Azuldemar
31 agosto 2022
Ida Vitale.
Corta la vida o larga, todo
lo que vivimos se reduce
a un gris residuo en la memoria.
De los antiguos viajes quedan
las enigmáticas monedas
que pretenden valores falsos.
De la memoria sólo sube
un vago polvo y un perfume.
¿Acaso sea la poesía?
04 junio 2019
Federico García Lorca
Alma ausente
No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.
No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.
El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.
Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.
No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
Pedro Javier Martín Pedrós
Viajo
por los raíles de este día
con
el corazón lleno de
nostalgias,
a
veces con sobrepeso.
Silencios
en los rostros de mis
compañeros
de viaje por Roma.
La
religiosa mueve con armonía rítmica
su
rosario austero de madera, con olor
a
sándalo.
Espero
que su generosidad no tenga
fronteras
y me llegue alguna
fragancia
de sus oraciones.
Recuerdo,
con caricias visuales,
a
la joven con esclerosis múltiple por
su
mar de sonrisas.
No
muy lejos de aquí, lloran,
en
los cimientos de su fe,
cristianos
en el vaticano.
Florencia.
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