30 octubre 2013

Paquita Pedrós Espinosa





¿ESTAS?



¿Estás ahí corazón?
¿Quieres acompañarme?
Dame la mano ¿quieres?
Y vamos a un mundo nuevo
a un mar azul, donde su olas 


van y vienen acércando su aroma
de mar salada.
¿Me acompañas?
quiero que vengas conmigo
y no te separes nunca de mi,
necesito tu aliento, tu aroma
tu manos con las mías,
a tu lado se caminar, sin ti no puedo,
te necesito para seguir viviendo
dame ese amor que tu sabes.
¿Quieres?
Dime que si, lo veo en tu mirada
ese brillo que tanto alegra mi alma,
y me hace ser feliz, saber vivir y sentir
ser yo, esa que te quiere tanto
que sin ti las noches son penas
y lagrimas en mis ojos,
solo al verte esas lagrimas son de felicidad.
Estar a tu lado es como estar entre nubes,
¿Estás amor? ¿Vienes?.
Te espero.


Autora Paquita Pedrós Espinosa
España-10-2013
Reservados los Derechos de Autor

Jorge Urrutia



Huida

        

Son diecisiete días. No adivina
que las bonanzas nunca son eternas.
Perderá el agua dulce. Rodarán
los pellejos de vino.
De nada servirán las diecisiete noches
mirando a las estrellas, ni la filosofía,
barata,
que el amplio mar sugiere.

        Los troncos de la balsa fijó en cuatro jornadas.
Un abrazo fugaz. Un beso. Despedida
de un hermoso paréntesis, un lapso
en la vida o la muerte.
No preveía nadie el fin de la bonanza,
la huida de la paz, de la sonrisa el luto.
Agua, sudor y hierro en la firmeza,
el ciego sol, el alma dura apenas.

        Las cosas, al fin y al cabo,
son como son las cosas. Simplemente.

Ana María Lorenzo




BESOS DE BALAS

Abren las recias puertas
que dan a la calle ancha.
Con el revólver miré el espejo,
entretanto se la llevaban.

El silencio mordía los ruidos.
A través de la ventana
la caja se veía muy blanca.
Cristalina era su tapa.

Iluminada  se veía su cara.
Los adoquines vertían lágrimas
por cada paso que le acompañaba.

La coroné con balas de besos.
Locamente la vi cristal a cristal,
mientras mis manos esposaban.

Carlos Edmundo de Ory,




Estar contigo es un vocablo insólito...




Estar contigo es un vocablo insólito
y el día que se rompa en pedacitos
el enorme silencio del olvido
será un eco anacrónico en mis noches




Alejanado de tu hechura a tientas
repitiendo sintigo en mi destierro
ya no cultivaré la corteza uniforme
de una estrella en la punta de mis dedos




Eres tan espantosamente joven
que estar contigo es un regalo loco




De "Miserable ternura"

Alejandra Pizarnik,








Si te atreves a sorprender

la verdad de esta vieja pared;

y sus fisuras, desgarraduras,

formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,

seguramente vendrá

una presencia para tu sed,

probablemente partirá

esta ausencia que te bebe.

Juan María Jiménez López




Juan María Jiménez López



Loja, Andalucía-Granada, Spain


Nace en Loja (Granada) en 1956. Estudia Ciencias Empresariales en la Universidad de Granada, y Animación Sociocultural en la UNED. Vinculado al periodismo desde 1991, fue director de Aquí TV, Onda Loja Radio y el periódico El Corto de Loja hasta 2009, siendo en la actualidad subdirector. Comienza a escribir poesía a mediados de los años 70, publicándose en 1979 el libro “Trescientos gramos de poesía”, del que fue coautor con otros tres poetas, con prólogo de Juan de Loxa, quien a su vez dedicó a este poemario uno de los programas radiofónicos de “Poesía 70” (Premio Ondas). Ha ofrecido numerosos recitales poéticos, espectáculos poéticos audiovisuales y publicado en diversas revistas. En 2000 queda finalista del primer Premio Artífice de Poesía, incluyéndose sus poemas en el libro Proemio Uno. En todos estos años se fueron configurando seis libros que no vieron la luz como obra independiente y que se corresponden con los seis apartados que aparecen en el libro “Sin orden y con cierto” que se presentó en 2009 mediante un espectáculo audiovisual y teatral. Prepara una nueva publicación. Participó en el I Premio de Poesía Addison de Witt (2010) y colabora en el blog Videopoetry.

Solía de niño

confundir muchas cosas:
unas de niños y otras no.
Creía, por ejemplo, ser siempre mayor
a la edad con que me trataban y mientras tanto
ellos envejecían y envilecían ante mis ojos como el caracol
de un cuento infinito.
Arreció pronto la barba para mis adentros,
siglos antes que en mis mejillas de ángel y no apreciaban
la solidez del hombre que era. Puede
que ellos y yo
hablásemos lenguajes diferentes o mirásemos
hacia otro lado, cada cual
a su ventura.
Conocí el arte antes que el sexo
y hube de callarlo por años y años. Los demás
acariciaron el pubis de las rosas antes de la primavera,
yo hube de esperar al verano de los primeros verbos. Pero fui feliz
porque conocí a un poeta ebrio
que versificaba con sus manos la divinidad de la tierra
y glorificaba con sus pupilas y su lengua
la rotundidad de la carne y sus contornos.
Quise desde entonces crecer conspirando versos
mientras los otros decapitaban pájaros o mariposas,
y reconocí por primera vez la distancia
entre la vida y la muerte
o el designio de los dedos.
Pero fue suficiente para amar por amar
y sentir por sentir
en las mañanas hirientes de sol y anhelos
y temer por temer
y llorar por llorar
en los días grises de soledad y hastío.
Luego, alguien añadió que era pronto
para desconsiderar lo cierto y abrazar los sueños,
que llegaría el tiempo de las luces con el ocaso
y me negué y renegué de su agorero encargo.
Jamás falté desde ese instante
a la libertad como dogma, como un dios apacible
contiguo y certero
que nunca falta de mi bolsillo.



FRANK RUFFINO




CONVICCIÓN
Pretendo levitar en esta noche.
Mi geco se alza
conmigo, dormidos los dos,
como benditos.
Mas esta realidad malsana
aprendida de niños
nos acerca
a la sábana
con la fuerza de gravedad

más repugnante conocida nunca,
mientras pienso
que no soñar
es el mayor indicio
de que uno es miserable.
(De “Viaje de ausentes”, 2006)

Soledad Alvarez,




Marco mi territorio con la lengua,

la tierra de carne y hueso donde retoña el instante
hasta abrir los cauces de la eternidad:
alto pelaje nocturno poblado por mis huellas,
escrutable en sus orificios,
en el gozo presentido que asciende por celajes de temblor
como pez en vorágine de líquenes y arenas tibias.
No hay reparos que no deshaga mi lengua
ni espacio intocado que no explore
este lento acariciar mamífero en la noche del primer fuego,
hombre y mujer descubriéndose,
olisqueándose donde crece una flor viva
y la sed abreva en pozos y estalactitas íntimas.
Aquí hueles a cardumen y médanos tibios,
aquí rezuma un dulzor que extiende su espesura
y se derrama como ofrenda en la planicie esférica del vientre.
Movimiento miscible. Desgarradura de velámenes.
Yo oigo el ir y venir del tiempo en su marea,
dejándome ir me encuentro conmigo en lo que abrasa
- entraña henchida de goce y soledades-
y entre un latido y otro
acezante
la infinitud de la pequeña muerte.














PRIMER ENCUENTRO

29 octubre 2013

MANA - TE LLORE UN RIO

Poesía en la distancia






Desde la ventana del blog, deseo compartir con todos mis amigos este séptimo libro“ Al final poesía. ( Antología ) de la colección “Poesía en la distancia “,así iré abriendo, poco a poco, las páginas del mismo.


                           • Antonio Gómez Hueso •




Petra




Callada suspiras
y nadie te oye.
La soledad pura te guarda
como si fueras fresa eterna
cuyo dulce sabor amarga.
Sombras de los rojos atardeceres
palpitan bajo las grietas
y se oyen ecos del pasado
entre tus rocas quietas.
Atrás el desierto reposa,
sabedor de que nada te inquieta,
resignado a moldear arena
mientras tú vigilas el cielo atenta.
Cualquier día
retornarán los que te poblaron,
retocarán tus heridas,
retomarán el suelo,
renacerás de tu ancestral vida.

Jaime Gil de Biedma




Idilio en el café




Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos -qué latido
de la sangre en los párpados- y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.
No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con nosotros vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.
Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.
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elculturaldenerea

Roberto Bolaño



Reseña biográfica



Escritor, novelista y poeta chileno nacido en Santiago, en 1953.


Residenciado en México desde los quince años, suspendió pronto los estudios académicos para dedicarse


de lleno a la actividad intelectual. Fue un infatigable lector y trabajó como articulista en varios medios periodísticos


mexicanos. Regresó a Chile donde militó en la izquierda, razón por la cual debió exiliarse en El Salvador.


Viajó luego por diferentes países europeos fijando su residencia definitiva en España, donde contrajo matrimonio.


Es autor de los poemarios "Los perros románticos" 2000 y "Tres" 2000, y de las novelas La pista de hielo 1993,


Monsieur Pain 1999, La literatura nazi en América 1996, Estrella distante 1996, Los detectives salvajes 1998, con la


que obtuvo el Premio Herralde 1999, el Premio Rómulo Gallegos 1999 y el Premio del Consejo del Libro de Chile en el


mismo año. Con el libro de relatos Llamadas telefónicas, fue galardonado con el Premio Municipal de Santiago de Chile


en 1998. Además publicó otros libros de poesía en editoriales marginales.


Falleció en julio de 2003. ©





LLuvia

Llueve y tú dices es como si las nubes
lloraran. Luego te cubres la boca y apresuras
el paso. ¿Como si esas nubes escuálidas lloraran?
Imposible. Pero entonces, ¿de dónde esa rabia,
esa desesperación que nos ha de llevar a todos al diablo?
La Naturaleza oculta algunos de sus procedimientos
en el Misterio, su hermanastro. Así esta tarde
que consideras similar a una tarde del fin del mundo
más pronto de lo que crees te parecerá tan sólo
una tarde melancólica, una tarde de soledad perdida
en la memoria: el espejo de la Naturaleza. O bien
la olvidarás. Ni la lluvia, ni el llanto, ni tus pasos
que resuenan en el camino del acantilado importan;
Ahora puedes llorar y dejar que tu imagen se diluya
en los parabrisas de los coches estacionados a lo largo
del Paseo Marítimo. Pero no puedes perderte.



Alicia Calero Cervera



Recortes de vidas

Imágenes de vidas
pasan ante mis ojos.
Vidas pasadas,
vidas presentes,
vidas ficticias,
vidas futuras,
vidas reales,
vidas que no son vidas
vidas vividas por extraños personajes.
Recortes de sucesos
amontonados en un cajón.
Fragmentos de rostros.
Siluetas de cuerpos
suspendidos en el espacio.
Sombras de aquello
que siempre quise ver
y nunca vi.
Amaneceres acumulados
en una caja de sueños,
esperando ser descubiertos. 

Felix Morales Prado



Los relámpagos sobre el cielo lejano
estallan en los sueños
por los que escapa la tristeza,
mi tristeza, esa gallina muerta.
Cierro el paraguas, entro en un bar vacío.
Huele a vino callado.
Me busco por las mesas
y tengo frío en la memoria.

BEGOÑA PAZ




AMOR 1.1

Si un día
el ángel del amor
llamase a
mi puerta
bajaría las persianas
y me haría un ovillo
en el centro del salón
desnuda,
esperándolo
en lo más oscuro,
en lo más helado,
para que él
me encontrase
allí,
redonda,
entumecida
indefensa,
para que él
me incubase
en el nido
de su amor.

Sitio web de esta imagenSobre el amor incondicional



queridoreiki.com

Luis Eduardo Aute De Alguna Manera

28 octubre 2013

Poema de Amor-Lole y Manuel

LUIS FELIPE COMENDADOR



ANNA
No sé reprimir la conmiseración hacia mí mismoporque soy tan vulgar como los cantos de victoria.


Fue su voz y no otra cosa

la que me trajo las trenzas y los ojos como abismos

donde dejarse caer la falda corta

plisada hasta las manos y un rubor como de primer beso.

De aquella voz fueron los primeros bocetos los planos

y los planes de futuro o presentimiento o nada

pero ella era real y misteriosa o quizás

fuera de otro por entonces no estoy seguro

de que el primer café fuera importante aunque su voz

sonase ya en mis labios y a la vez el Frente Sandinista

y algunos colombianos venidos por la fuerza mayor

y los chilenos el cine era el escueto dormitorio

donde el amor también de las batallas

perdidas y aquella independencia vietnamita

Ho Chi Ming cuando besó mis labios

ya nada fue importante y supe de la Historia Natural

de los monzones de la armonía que amansa al Universo

del fracaso como principio y no importó

que el General pisase los recuerdos de mis muertos

con sus botas sudadas ser paria o proletario

quedaba en la caricia o el abrazo pero dejó de comer

y mi utopía fue de bollería pasteles empanadas París

tuvo la culpa de la contradicción

por eso quiero viajar con ella allí o quizás nunca

el amor creció a la par que las camas por hacer

los hijos volver a las banderas

para arder de desencanto fue otra cosa

la práctica diaria el tedio los nombres tachados

y la cruz entre gladiolos amar ahora resulta

soportar las labores de la casa quizás algún abrazo

un beso un verso.

Mario Benedetti



Descalzo
Cuando uno anda descalzo por la vida, concibe de a poco otra definición del mundo. Los pies reciben en sus plantas el sentido cabal de lo que pisan, ya sean baldosas, yuyos, caminos, hierbas, adoquines, praderas, bulevares, collados, veredas o andurriales.

Lentamente, los pies van aprendiendo qué es la tierra, o sea este planeta que nos ha tocado en suerte. Las plantas descalzas comienzan ignorantes, pero lentamente se van volviendo sabias. La superficie por la que andamos tiene su lenguaje y nos va instruyendo. Los pies descalzos elevan su informe y gracias a esa gratuita desnudez, vamos sabiendo algo más, tanto de los otros como de nosotros mismos.

El mundo descalzo no precisa de filtros, simplemente nos da lecciones de realidades varias.

Los pies pueden lastimarse y dejan huellas de sangre, que suelen servir de guía a los descalzos de segundo rango. Uno mismo, cuando va descalzo por su entorno, llega a creer impunemente que el mundo es suyo. Pero no lo es. Unas pocas veces pertenece a ciertos fantasmas que nunca dejan huellas.

No sé por qué tengo la loca intuición de que el mundo acabará perteneciendo a los descalzos. Que me perdonen los pies del homo faber omnipotente.

LUIS ROSALES



AUTOBIOGRAFÍA
Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.

27 octubre 2013

Francisco Cenamor,





el fin de la historia

ya no tiene sentido la normalidad
ha llegado el momento de los disturbios espirituales
de cortar la calle con macetas

plantar magnolias en las autopistas
arruinar el futuro sembrando esperanzas
poner comas entre sujeto y predicado

correr de espaldas palpando el presente
condenar sin juicio, enjuiciar sin condena
subir de dos en dos las escaleras

abrir de par en par las ventanas
de los viejos aposentos modernos
vaciar las estanterías metálicas

acudir silbando a la biblioteca
enarbolar banderas transparentes
que no nos amordacen los ojos

sorprendernos abrazados al paria
al que vino de lejos, a la prostituta
matar de risa al desamor

ir a la oficina de empleo cantando a puccini
pagar la ópera con la cartilla del paro
recitar poesía desde el patíbulo

construir con firmeza en las nubes
y cada noche, soñarse escondido en el jardín
ignorando elecciones generales y tarjetas de crédito

Del libro Amando nubes. Talasa Ediciones, Madrid, 1999. 

Eduardo Galeano,








LOS NADIE

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadie con salir
de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a
cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los
nadie la llamen,
aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie
derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la
prensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.

Miguel Otero Silva



SIEMBRA
Cuando de mí no quede sino un árbol
cuando mis huesos se hayan esparcido
bajo la tierra madre;
cuando de ti no quede sino una rosa blanca
que se nutrió de aquello que tú fuiste
y haya zarpado ya con mil brisas distintas
el aliento del beso que hoy bebemos;
cuando ya nuestros nombres
sean sonido sin eco
dormidos en la sombra de un olvido insondable;
tú seguirás viviendo en la belleza de la rosa,
como yo en el follaje del árbol
y nuestro amor en el murmullo de la brisa

¡Escúchame!
Yo aspiro a que vivamos
en las vibrantes voces de la mañana.
Yo quiero perdurar junto contigo
en la savia profunda de la humanidad:
en la risa del niño,
en la paz de los hombres.
en el amor sin lágrimas.

Por eso,
como habremos de darnos a la rosa y al árbol,
a la tierra y al viento,
te pido que nos demos al futuro del mundo...

Julia Gallo Sanz,





El monje de la luna
Y llegas desde dentro, desde el sí de la boda;
desde las nuevas vidas que sembraste en el vientre.
Del miedo en los minutos de todos los relojes,
del amor ofuscado y la lágrima oculta.
Y llegas cual durazno. Como de un desencuentro
desde ese claroscuro -del todo incomprensible-,
con la palma feroz, arrasando los sueños,
en una nebulosa de puño amenazante
que mísero obedece un impulso de ira
subiendo, como fuego, del sexo a la garganta,
-amargura en la boca y maraña en las sienes-.
Y llegas, y ella siente convulsión y rencores,
más una pena dulce inventando disculpas,
y se le cae el cuerpo, más abajo del suelo,
con una gravedad cargada de pisadas
hasta acoplar su mundo dentro de una canica.
Tiene la luna un monje azuzando mareas.
Ella tiene la noche de insomnio y de cerrojos,
pero ama al que pisa su dignidad más honda,
al que llora arrastrado suplicando perdones
cuando la sangre muda la fronteriza dermis
del color violeta, a la magulladura
Tal vez un día cambie, se dice con recelo
-mientras pica cebolla, preparando la cena-,
¡está tan convencida de ser nada ni nadie…
!Hoy la canica es perla en un ebúrneo lecho;
mas hoy luce contenta, del hombre ha recibido
un gran ramo rosas de pasión, sin espinas,
que contrasta perfecto con la usada negrura
del terciopelo eterno que cubre el catafalco.
(Este poema que denuncia la violencia de género es el EPÍLOGO del cuaderno titulado “48 horas”, 1º Premio de Poesía VICTORIA KENT- 2006) 

Rafael Delgado,



NOCTURNO
Y nada más lejos que arrepentirse.

Una caricia no exime la razón.
Cabalga en ella el ser.

Culpable es quien ejecuta con culpa.….

26 octubre 2013

HOMENAJE AL POETA ESPRONCEDA - ARTISTAS EXTREMEÑOS

Katie Melua - If You Were A Sailboat

JOAN MARGARIT



LOS OJOS DEL RETROVISOR

Los dos nos hemos ido acostumbrando,
Joana, a que esta lentitud,
cuando, al bajar del coche, apoyas las muletas,
despierte a los cláxones y su insulto abstracto.


Me hace feliz tu compañía,
la sonrisa de un cuerpo tan lejano
de lo que siempre se llamó belleza,
la penosa belleza, tan distante.
La he cambiado por la seducción
de la ternura iluminando el hueco
que la razón dejó en tu rostro.
Y, si me miro en el retrovisor,
veo unos ojos que no reconozco,
pues brilla en ellos el amor dejado
por las miradas, y la luz, la sombra
de todo cuanto he visto,
y la paz que me da tu lentitud,
que está dentro de mí.
Tan grande es su riqueza
que no parecen míos los ojos del espejo

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Miguel Hernandez,




En el mar halla el agua su paraíso ansiado
y el sudor su horizonte, su fragor, su plumaje.
El sudor es un árbol desbordante y salado,
un voraz oleaje.


Llega desde la edad del mundo más remota
a ofrecer a la tierra su copa sacudida,
a sustentar la sed y la sal gota a gota,
a iluminar la vida.


Hijo del movimiento, primo del sol, hermano
de la lágrima, deja rodando por las eras,
del abril al octubre, del invierno al verano,
áureas enredaderas.


Cuando los campesinos van por la madrugada
a favor de la esteva removiendo el reposo,
se visten una blusa silenciosa y dorada
de sudor silencioso.


Vestidura de oro de los trabajadores,
adorno de las manos como de las pupilas.
Por la atmósfera esparce sus fecundos olores
una lluvia de axilas.


El sabor de la tierra se enriquece y madura:
caen los copos del llanto laborioso y oliente,
maná de los varones y de la agricultura,
bebida de mi frente.


Los que no habéis sudado jamás, los que andáis yertos
en el ocio sin brazos, sin música, sin poros,
no usaréis la corona de los poros abiertos
ni el poder de los toros.


Viviréis maloliendo, moriréis apagados:
la encendida hermosura reside en los talones
de los cuerpos que mueven sus miembros trabajados
como constelaciones.


Entregad al trabajo, compañeros, las frentes:
que el sudor, con su espada de sabrosos cristales,
con sus lentos diluvios, os hará transparentes,
venturosos, iguales.

Foto de Isidoro Beltrán Sánchez

Martín Gringberg


POEMAS


1


La poesía no es un camino.


La vida tampoco.




Yo no sé si hay algo


detrás de la bruma


por nacer.




Yo mismo estoy yendo


detrás de la bruma


por nacer.






2


Pero nace:


con y sin espejos


y memoria


y el mar a veces


con y sin poemas


y luz


y sombra.

25 octubre 2013

Aretha Franklin - I say a little prayer ( Official song ) HQ version , Photos

Sergio Antonio Chiappe

Mi cuerpo


Mi cuerpo inanimado,
irremediablemente roto,
                                                             regurgitado
yace otra vez en una habitación oscura.


         Mi cuerpo es un abismo,

es carne esclava de la rutina
                               y de la lluvia.

A este cuerpo mío
deberían quemarlo
y las cenizas enterrarlas
en la oscuridad del bosque.


Bogotá


                                  Imagen tomada de Internet

Pablo Guerrero



Toda la vida es ahora


Arden las hojas en los parques sin luna
rueda el firmamento en el agua.
Dueña del reino de la buena fortuna
toma mi canción más embrujada.

¿Cómo decirte que se aleja una nube
y que tengo miedo a que me abandones?
¿Cómo pedirte que me tengas presente
allá en el infinito de tus constelaciones?

Acércate, acércate.
Siento que toda la vida es
ahora.

Llevas a los barcos a ciudades sin mares
salvas a los que naufragaron.
Guardas el eco de lo que haya existido
reina paciente de los desamparados.

¿Cómo decirte que desatas la Música
que te veo y quiero enamorarme?
¿Cómo contarte que me encuentro perdido
en la belleza de tus soledades?

Acércate, acércate.
Siento que toda la vida es
ahora. 

Itziar Mínguez Arnáiz,





Posas por primera vez el pie
En este suelo

Sientes que regresas

Regresas
A un tiempo
Que desconoces
Del que oíste hablar
Cuando no te interesaban
Las palabras

Ahora que ya es tarde
Te arrepientes
De haber dejado que las palabras
Huyeran de la red
De tus preguntas
Igual que las mariposas huyen
Del alfiler
Que las hace eternas

(Luz en Ruinas – Visor, 2007) 

Alejandra Peart,




A escondidas


Sabores a chamoy

en la lengua

algunos recuerdos de niña

bailan en mi boca


Horas de trabajo

que me chupo con los dedos

y río.