31 enero 2010

Luis Felipe Comendador



conviene distraerse un poco

Porque da igual el mes del calendario

o el día de la semana

y salir o quedarse en la cocina

con unas aceitunas,

porque no tiene caso enfadarse o reír tanto

que te duela la cara o los nudillos,

porque se caen las horas

y mi cuerpo regula solo su adrenalina,

porque al final de todo

el dinero resuelve

pone y quita,

porque me da la gana

o ni siquiera por eso,

porque estando sentado

pasa el mundo y sus cosas

como un telediario o un concurso grotesco,

porque me duele a vecesser como soy

pero me olvido,

porque si digo basta

es que ya no hay salida,

porque hace calor,

porque estoy viejo,

porque ya ni pensar me sirve

ni aún sirviendo...
Porque soy,siempre fui,subjuntivo o pasado...
¡Qué desastre!

Baudelaire



Perfume exótico


Cuando entorno los ojos bajo el sol otoñal

Y respiro el aroma de tu cálido seno,

Ante mí se perfilan felices litorales

Que deslumbran los fuegos de un implacable sol.

Una isla perezosa donde Naturaleza

Produce árboles únicos y frutos sabrosísimos,

Hombres que ostentan cuerpos ágiles y delgados

Y mujeres con ojos donde pinta el asombro.

Guiado por tu aroma hacia mágicos climas

Veo un puerto colmado de velas y de mástiles

Todavía fatigados del oleaje marino,

Mientras del tamarindo el ligero perfume,

Que circula en el aire y mi nariz dilata,

En mi alma se mezcla al canto marinero.

Accidents Polipoètics

30 enero 2010

The Beatles- Because with lyrics

Sonia Martínez Requejo (Berenice),



De la angustia a la conciliación universal

El camino que lleva
desde la angustia
a la conciliación universal
se recorre en un abrazo,
dos palabras de afecto,
y unos quince pasos
hacia tu propio camino.

El camino inverso,
aquel que atenaza la alegría
y cierra la boca del estómago
se jalona de
pobrezas provocadas,
esclavitudes autoinducidas
y violencia gratuita.

Cuanto más mira uno hacia afuera
y más cantidad de paisaje
abarca con la mirada,
más se dirige
al camino de la angustia
y más pierde de vista
la senda que concilia con el paisaje mismo

Por eso
lo mejor de escribir poesía
es que uno no mira tanto afuera
y el paisaje que abarca
se inicia en los brazos
y regresa por su camino
hacia la conciliación universal

Juan Gelman



Reseña biográfica



Poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1930.Hijo de inmigrantes rusos, se inició en la poesía desde muy pequeño, orientado por su hermano Boris quien fue un lector compulsivo. Abandonó su carrera de Química para dedicarse por completo al destino de las letras. Salió de Argentina en 1976 durante la dictadura militar y vivió en el exilio en México, donde decidió fijar la residencia en forma definitiva. De su obra poética se destacan las siguientes publicaciones:«Violín y otras cuestiones» en 1956, «En el juego en que andamos» en 1959, «Gotán» en 1962, «Los poemas de Sidney West» en 1969, «Fábulas» en 1970, «Salarios del impío» en 1993, «Sombra de vuelta y de ida» en 1997, «Incompletamente» en 1997 y «Salarios del impío y otros poemas» en 1998.En 1997 obtuvo el Premio Nacional de Poesía en Argentina, el premio Juan Rulfo en el año 2000, en 2004 el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde, en 2005 los premios Iberoamericano Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía, y en el año 2007 el Premio Cervantes. ©




Oración de un desocupado

Padre,

desde los cielos bájate, he olvidado

las oraciones que me enseñó la abuela,

pobrecita, ella reposa ahora,

no tiene que lavar, limpiar, no tiene

que preocuparse andando el día por la ropa,

no tiene que velar la noche, pena y pena,

rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,

que me muero de hambre en esta esquina,

que no sé de qué sirve haber nacido,

que me miro las manos rechazadas,

que no hay trabajo, no hay,

bájate un poco, contempla

esto que soy, este zapato roto,

esta angustia, este estómago vacío,

esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre

cavándome la carne,

este dormir así bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

tócame el alma, mírame

el corazón,!

yo no robé, no asesiné, fui niño

y en cambio me golpean y golpean,

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

si estás, que busco

resignación en mí y no tengo y voy

a agarrarme la rabia y a afilarla

para pegar y voy

a gritar a sangre en cuello

se muestra la imagen tal como aparece en: www.opisantacruz.com.ar/.../7204

29 enero 2010

Mercedes Sosa - Canción con todos

Pablo Mora


Para qué la poesía
Pablo Mora
moraleja@telcel.net.veProfesor Titular, Jubilado, UNETSan Cristóbal, Táchira, Venezuela

Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.
No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni añadir
brillos a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad. Seamos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.
Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame la impostura, restriégame la estafa.
Te lo agradeceré, en serio.
Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.
Rafael Cadenas
Ars poética (De Intemperie - 1977)



Para mantener abierta la palabra
Para reinar sobre la muerte
Para revivir cada día
Para sentir junto con los otros
Para sacar la flor de las cenizas
Para vigilar mientras todos duermen
Para que le sirvan
Para apuntalar el sueño
Para servirse
Para alimento espiritual
Para unir lo posible con lo imposible
Para salvar del diario morir
Para hacer más vivo el vivir
Para la Poesía y la Verdad
Para la vida
Para transformar la vida
Para limpiar cuando el poder corrompe
Para cambiar la vida
Para alentar todas las otras formas
Para la fidelidad al relámpago
Para la memoria de los pueblos
Para la salvación del hombre
Para el asombro antiguo
Para un no sé qué
Para descubrir los secretos del mundo
Para llevar el infinito a cuestas
Para salir a la percepción de la mirada
Para alumbrar la maravilla
Para todos y por todos
Para despertar a latigazos el silencio
Para defender el milagro de la vida
Para amar a los otros

Para alimento espiritual

“Si bien como alguna vez escribió Borges: No hay ejercicio intelectual que no sea finalmente inútil, en estos tiempos pragmáticos la poesía es el poco alimento espiritual con que contamos, y el que a su vez nos permite soñar que es algo que a nadie le pueden quitar.” (Juan Guillermo Ríos Becerril).
A pesar de la contundente expresión de Auden en cuanto a que “la poesía no hace que sucedan cosas... no hace que ocurra nada”, a través del diálogo que el poeta establece con el Tiempo y la Historia -como en el caso de Auden mismo-, al través justamente de esa mirada espaciotemporal, confirmamos con Joseph Brodsky que “los poetas se han puesto sobre la tierra para crear la civilización”, constituyéndose en su verdadero centro y raison d’etre humana. A pesar de que “tal vez sólo se trate de sentir la vida en nosotros. La vida, lo desconocido, el misterio, la naturaleza, el ser, el Tao, el Self o como quiera llamarse eso que no tiene nombre y sobre lo cual nada se puede decir.” (R. Cadenas).



Girapoema



DESCOMPOSICIÓN CON LAS PROPIAS MANOS

calderos vacíos llenos de mí, te doy

y te doy mis libros para el fuego y el agua que lo apaga...

vomitaré, como un pelícano, peces...para ti

que nada te doy de lo mucho que te debo

te debo un entierro sagrado con flores en tierra húmeda y coger tu alma, ... tu alma que me pesa

Isabel Barbero Antón – España

28 enero 2010

Pedro Javier Martín Pedrós Copyright ©, Del libro "Travesía Interminable "



No fue casualidad nuestro encuentro.
aunque nos conocimos ayer,
os quiero hace veinte años.
De profesión soy vendedor de sueños,
de vocación, caminante,
de procedencia, la vida misma.
se muestra la imagen tal como aparece en: instintofemenino.wordpress.com/.../

Roy Orbison - Crying

Campaña Solidaria‏

A TODA LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Desde la Escuela Universitaria de Enfermería se solicita colaboración para> > la recogida de juguetes, ropa y zapatos que se harán llegar a los niños y niñas de Afganistan, Libano y Bosnia. Coordinan el envío el mando de Operaciones del Ministerio de Defensa y la Unidad del Ejército del Aire> (SEADA) y la Organización no Gubernamental SOS Ayuda sin fronteras.

Esta campaña solidaria quiere contar con todas las personas y colectivos que forman parte de la Universidad de Huelva. Es por lo que solicitamos vuestro apoyo y colaboración.

Más información en:

http://www.uhu.es/sacu/voluntariado/campaniasolidaria.html

Reciban un saludo Agu González Rodríguez Profesora del Departamento de Enfermería

Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria Aula de voluntariado de la UHU

Julia Isasi Martínez,





Todo cuanto diga estará en mi contra

si dijera la flor,
el alma,
el destino...,
sería culpable
de la primavera,
el amor,
de tí...
Si dijera el dolor,
la crueldad,
la injusticia...
Sería responsable...
de la vida,
el caos,
la balanza.
Sólo el silencio otorga
libertad,
inocencia...
aunque callada siga detenida,
en el tiempo...

Luz Pichel



Luz Pichel nació en Pontevedra en 1947. Estudió Filología Románica, en Santiago de Compostela. Posteriormente, se trasladó a Madrid donde terminó su formación universitaria y se instaló definitivamente. Durante los primeros años en Madrid, se centró en su actividad como docente, hasta ser Catedrática de Lengua y Literatura Castellanas. En la actualidad, continúa como profesora en el Instituto de Enseñanza Secundaria Ágora, de Alcobendas.
Su primera publicación fue El pájaro mudo, en 1990, un poemario que supuso su única obra durante más de diez años. Desde el año 2002 compagina su labor como docente con la dirección, junto a Guadalupe Grande, del Centro de Estudios de la Poesía, de la Universidad Popular “José Hierro” de San Sebastián de los Reyes.
Su obra ha obtenido el enorme reconocimiento que supone el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez 2004 por su libro La marca de los potros. Con anterioridad fue galardonada con el Premio de Poesía de Ciudad de La Palma con la obra El pájaro mudo (1990). En El pájaro mudo y otros poemas (Universidad Popular José Hierro de San Sebastián de los Reyes, 2004), se recoge, además de la reedición de su primer libro, el resto de su obra, con los libros Ángulo de la niebla, Las cartas de la mujer insomne y Hablo con quien quiero.
Su último libro es Casa pechada, poemario por el que ha conseguido el XXVI Premio Esquío de poesía en la modalidad de gallego.
También existen diversos poemas de la autora publicados en las siguientes antologías:Voces nuevas (1989), Pánica segunda (1989), Y el Verbo se hizo carne (2005), Jardín en llamas (2006), Agua, símbolo y memoria (2006), Poesía viva, poesía pura (2007).
Ha publicado en distintas revistas de poesía y literatura, como son Buxía, arte y pensamiento; Cuadernos del matemático; La sombra del membrillo; Nayagua; Piedra del molino; El invisible anillo; Mester de Vandalía; Madrygal, Revista de estudios gallegos de la Universidad Complutense de Madrid; R.E.C. Revista de erudición crítica de la Facultad de Filología Hispánica de la Universidad Autónoma de Madrid.




EL SUEÑO DE LA POESÍA:


Publicado en LA SOMBRA DEL MEMBRILLO



Que el papel esencial de la poesía sea reconocido en la escuela y en la vida es algo que a muchos parecerá
sueño imposible. Personas como Luz Pichel mantienen en pie ese sueño por su inteligencia, sensibilidad
y trabajo incansable. En mayo de 2007 en el Centro de Apoyo al Profesorado de Getafe se celebraron
las V Jornadas de Animación a la Lectura con el título de “Poesía aquí y ahora”. La conferencia
que inauguró aquellas jornadas emocionó a muchos de los asistentes. Su autora, Luz Pichel, ha tenido la
generosidad de rescatárnosla para su publicación.


Poesía en la escuela
Hablar de poesía, explicarla…
El lugar donde nace
No abramos el grifo del fregadero para explicarles
a los chicos dónde nacen los ríos. Hagamos
la excursión al lugar de la magia
Leer o escribir. Qué hacer primero
Interpretabilidad de la obra poética. El modo
de comunicar de la poesía
Poema y referente
La explicación técnica del poema
La escritura del poema. El trabajo del profesor
Transgresión y desautomatización. Poesía y libertad
Poesía y soledad
El espacio de la escritura
Literatura y dolor. Literatura y juego
Ser jóvenes
Poesía y libertad
Y otros tópicos. La dulce poesía
Contar el mundo
La manera de significar del poema
Para qué sirve la poesía


POESÍA EN LA ESCUELA



Buenas tardes, compañeros amigos de la poesía,
profesores de lengua que os encontráis como yo,
cada mañana, con el difícil reto de hacer que a los
niños y jóvenes de hoy no les abandonen ni la lectura,
ni la poesía, ni la escuela en sí misma. Estar
en este espacio extraescolar, en esta hora extraescolar,
para reflexionar en torno a todas estas cosas,
tal vez sea la prueba de que la poesía no se
va, anda por las aulas todavía y quiere seguir ahí,
zapateando un poco, cargando el otro plato de la
balanza.
No voy a insistir en lo difícil que resulta luchar contra
el magnetismo de la imagen o de las nuevas
tecnologías y otras tentaciones igual de mundanas.
En realidad, la poesía es tan mundana como
cualquiera. No se pelea con la tentación, más bien
busca armonizar con el pecado y el invento, como
tendréis ocasión de ver en estas jornadas.
Quisiera con esta charla compartir con vosotros
por un rato el interior del dormitorio de la poesía
si ella nos dejara, si no la molestamos. A lo mejor
no está en casa, pero si la vierais dormida por
allí, a la poesía, medio descalza, encima de cualquier
somier oxidado, besadla por si acaso: lo
mismo parece rana y se transforma. Eso es lo que
a mí me pasó en aquella aldea donde aprendí a
leer, cuando la maestra tuvo el detalle de abrirme
una de esas extrañas puertas. Esta charla quiere
ser también un homenaje a mi segunda vocación,
la de la Enseñanza, que este año me abandona un
poco.
En aquella escuela unitaria de la aldea de Alén,
topónimo gallego que significa “más allá”, veinte
niños de todos los niveles compartíamos la leche
del plan Marshall y el brasero y los zancos para
caminar sobre la nieve. Un día la maestra nos mandó
escribir una redacción sobre los campos de trigo.
Aquel día el trigo, no sé si en mi cabeza o en los
campos de al lado de la escuela, se movía ligeramente
a ritmo de ola, quizás verde, aún. Así que
yo escribí en el castellano de la maestra, que no
era mi lengua: “El trigo en los campos me recuerda
las olas del mar”. La frase, como veis, no era ninguna
cosa del otro mundo. Si algo tenía de particular
es que yo no había visto nunca el mar. Y
tardé muchos años en verlo. Conocía, en cambio,
todos los pormenores de los campos de trigo.
Aquella mujer cambiaba pañales a sus dos hijos
al mismo tiempo que atendía la cocina en la planta
alta, y todo ello de paso que corregía las redacciones
de los veinte chicos, que no tenían ni madre
si no era en Argentina o Venezuela, pero tenían
unos zuecos muy grandes, con más tierra que
pies allí dentro, y se negaban a la leche Marshall
por respeto a la belleza de sus cuatro vacas.
Me miró aparentemente sorprendida por lo extraño
de la comparación y tuvo la feliz ocurrencia
de afirmar: “Si pudieras estudiar, serías escritora”.
No recuerdo haber escrito más redacciones: o no
merecieron el elogio de la maestra, o ella evitó
tener que corregirlas escaleras arriba.
Aquel día siguió con sus cosas sin darle al comentario
la importancia que yo sí le di, y aún hoy
le sigo dando. Nunca sabré si percibió el único
acierto poético de la frase aquella, el hecho de recordar
el mar que no se vio. Supe, mucho después,
que la anécdota no dejó huella alguna en
su memoria –eso me dijo–, pero condicionó muy
positivamente toda mi vida. Nadie tuvo que volver
a explicarme nunca que la poesía consiste,
entre otras cosas, en recordar lo desconocido.
No sería una mala definición.
La poesía, antes que la escritura, nació en mí en
aquella escuela, donde tantas cosas desconocidas
se recordaban: la muñeca de cartón que hubiera
sustituido a la mazorca de largas trenzas, que atábamos
con la hebra de un trébol o de una margarita.
Nuestra muñeca temporera se moría en verano,
era una niña campesina mutilada y sin ojos.
Una muñeca trágica. Pero había más cosas desconocidas
que recordar: la madre lejanísima que
el padre se inventaba los domingos; los barcos
nunca vistos en que se iban las mujeres, los tractores
antes de los tractores; las cerezas antes de
las cerezas; el universo misterioso de la finca de
López –tres metros de cerca de piedra y cristales:
higos, albaricoques, mirto, cipreses, dalias, crisantemos,
lirios, parras, estanques, renacuajos. Pavorreales.
Patos. Cisnes. Gallinas gigantes de triple
cresta capaces de poner una docena de huevos
diarios, perros de dos cabezas que aullaban en vez
de ladrar, niños reciennacidos que vivían en diminutas
habitaciones forradas de organdí, ancianos
muertos muy pálidamente, enterrados debajo
de un manzano alguna vez, romanos de otros siglos
que decidieron quedarse convertidos en piedras
de extrañas formas semihumanas, con ojos
y boca, y barbillas muy lánguidas–. La casa de López,
con finca y pozos y escudos y cipreses sobrepasando
la cerca, nos recordaba todo lo desconocido,
mucho más que las estrellas del cielo
de agosto o el fondo de las aguas: era el misterio.
Asomarse a ese mundo era realmente una experiencia
poética. Pero eso lo supe mucho más
tarde.
Toda mi poesía nació en torno a aquella escuela,
centro de un pueblo que desconocía palabras para
nombrar el dolor, la ausencia, la amargura, la di-
cha, el éxtasis… pero todo lo recordaba pues todo
lo intuía entre la piedra y la nube. Centro de un
pueblo, la escuela fue, junto con la iglesia, el lugar
donde los niños aprendimos, leyendo entre
los nombres de las tumbas, la palabra guerra. Saltábamos
sobre aquellos nombres, las cruces, las
fechas, suponiendo allá dentro un oído sin tiempo,
pendiente de seguir escuchando la vida…
Era la maestra la misma que en días de muerte
nos enseñaba a escuchar la campana y a enfrentar
la palidez del rostro de un difunto. Nadie podía
evadirse del ritual de la visita: cada niño, un
repaso a sus zuecos; el coro de voces sin hacer
rezando un dies irae lleno de extrañas resonancias;
la rama de olivo en el agua y la cruz de agua
bendita sobre el rostro del muerto, por fin limpio,
sorprendentemente limpio de tierra, al fin.
Limpia la ropa, como de señor, las manos, los
pies tan fríos. Era darle la cara a la muerte, recordarla
y llevarla por compañera, higiénicamente
limpia.
Se aprendía también la poesía con la cadencia de
las letanías en el mes de mayo, el ritmo de la luz
insegura de las velas, y el contraste de tanto silencio
con la bulla soez y algo bruta de los chicos
y las chicas a la salida, haciendo competiciones
de meadas en la cuesta, libres ya del ojo lloroso
de la maestra y de los otros santos.
Era difícil, imposible, que yo pudiera pensar en ser
poeta. Lo fui de casualidad, como ocurren la mayor
parte de las cosas buenas y malas en la vida.
De casualidad se cumplió la frase del conjuro: “si
pudieras estudiar, serías escritora”. Llegué un día
al colegio de monjas donde las actividades relacionadas
con la literatura se limitaban a que una
profesora de moño en punta y ojos resecos, cada
mañana nos hacía repetir la larguísima lista de títulos
de obras de los autores clásicos que nunca
consiguió que recordáramos. Y a pesar de ello, y
del evidente encanto de las matemáticas y la excelencia
de la profesora que las impartía, senté plaza
y papel en el bachillerato de letras, dios sabrá por
qué, y estudié filología sin ninguna aparente justificación,
que yo recuerde, como no fuera aquella
frasecita casual de una maestra que tenía un
idioma importante y unas manos envidiablemente
blanquísimas frente a nuestras manos de mazorca
campesina. Pero hubiera podido blanquear mis manos
igualmente con la tiza de las matemáticas. Lo
sé.
Y siempre supe que en el origen de mis decisiones
hizo acto de presencia aquella cara de sorpresa
de la maestra ante la inocente frase del trigo,
su espontánea respuesta, los ojos llorosos con que
me miraba desde la distancia de un idioma que
no era el nuestro, desde la experiencia de un mundo
que no podía entender nuestra especial manera
de recordarlo todo, incluida ella, que había llegado
un día de entre los pinos como de otro planeta.
También supe cuánto acompañaban aquellos poemas
de las enciclopedias Álvarez, y cómo alimentaron
mis ganas de leer muy bien, para que
sonaran, cuando la maestra me pidiera leerlos en
voz alta, como sonaban en mi interior, cuando yo
los leía en el dormitorio de la rana dormida, a punto
siempre de dejarse besar. Era importante hacerlas
sonreír, a la maestra y a la rana: se lo debía.
En llegando a esta pasión,
un volcán, un Etna hecho,
quisiera arrancar del pecho
pedazos del corazón:
¿qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegio tan suave,
exención tan principal,
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?
He de confesaros que a partir de entonces no he
vuelto a colgar de la memoria ningún otro poema.
Quizás no sea tan difícil luchar contra el magnetismo
de la imagen o de las nuevas tecnologías,
después de todo. Al fin y al cabo, los tiempos son
mejores; lo es la escuela, también.
La soledad a deshora, la carencia, el sentimiento
de la muerte tempranamente educado, el miedo,
el miedo físico y moral, la presencia del misterio
formaron la materia primera de mi mundo poético.
Los tiempos son mejores, la escuela lo es también,
pero el ser humano que son nuestros alumnos
sigue estando lleno de carencias, sigue viviendo
en soledad, sigue enfrentándose al misterio y a la
muerte, necesitando explicación para lo desconocido,
nombres para lo que no entiende.
Mi aportación esta tarde, si algo consigo aportar,
ha de ir por el lado de la reflexión sobre la experiencia
de la escritura y la lectura poéticas, dando
por supuesto que se trata de dos caras de la misma
moneda. Y perdónenme si constantemente vuelvo
18 Junio 2008 - Número 9-10
La Sombra del Membrillo
a lo que significa para mí la experiencia de la creación
poética, en el doble momento de la escritura
y de la lectura. Lo hago porque creo que es
este el único lugar desde donde podría abrir algún
camino hacia el entendimiento de cuántas cosas
se pueden hacer en el aula encaminadas a hacer
poetas y en consecuencia lectores y escritores
de poesía.

CONTINUARA...


Se muestra la imagen tal como aparece en:

elgritocapicua.blogspot.com/2008/10/recital-p...

27 enero 2010

Proyecto Poesía en la Distancia.Abrazos de náufrago,


Desde la ventana de nuestro blog, queremos compartir con todos nuestros amigos este tercer libro“ Abrazos de Náufrago “ de la colección “Poesía en la distancia “, así iremos abriendo, poco a poco, las páginas del mismo.



Aurelio González Ovies.

(Bañugues, 1964)
- Profesor titular de Filología Latina. Universidad de Oviedo.
- Vicedecano de la F. Filología desde 1997 hasta 2008.
Premios literarios:
-Premio de narración Isabel Bosquet. 1984.
-Premio de Poesía ‘Extensión Universitaria’. 1986.
-Publicación de ‘Las horas en vano’. 1989.
-Premio Internacional de Poesía ‘Ángel González’. 1990.
-Premio Internacional de Poesía ‘Feria del Libro-Ateneo Jovellanos. 1991.
-Premio Internacional de Poesía Juan Ramón Jiménez. 1992.
-Accésit Premio Adonais. 1992.
-Accésit Premio Esquío. 1994.
Libros:
-Las horas en vano. Plaquette. Heracles y nosotros. Gijón. 1989
-Versos para Ana sin número. Oviedo. 1989.
-En presente (y poemas de Álbum amarillo). Gijón. 1991.
-La hora de las gaviotas. Huelva. 1992.
-Vengo del norte. Rialp. Madrid. 1992.
-Nadie responde. El Ferrol. 1994.
-(Editor) La muerte tiene llave. Avilés. 1996.
-(Ed.) Con los cinco sentidos. Avilés. 1999.
-(Ed.) Las señas del perseguidor. 2000.
-Nada. Ed. Deva. Gijón. 2000.
-34 (Poemes a imaxe del silenciu), Oviedo. 2003.
-Tocata y Fuga. Alvízoras Llibros. Oviedo. 2004.
-(Ed.) Una realidad aparte. Avilés. 2005.
-El poema que cayó a la mar (Infantil ilustrado). Oviedo. 2007.
-Chispina (Infantil ilustrado). Oviedo. 2008.
-Caracol (Infantil ilustrado). Oviedo. 2008.
-El cantu’l tordu. Oviedo. 2008.
-Esta luz tan breve (Poesía 1988-2008). Oviedo. 2008.
Antologías:
-Inclusión en ‘Antología de poesía española’, a cargo de José Enrique Martínez. Castalia, 1997.
-Inclusión en la Antología (Luis Salcines ed.) Toles direcciones /Todas direcciones. Asturias-Santander.2001.
-Inclusión en la Antoloxía Poesía asturiana contemporánea. Palabres clares. Oviedo.2004
-Inclusión en la Antología Poesía Española. Zigurat. Hungría-Ateneo Obrero de Gijón. 2005.
-Inclusión en la Antología La hamaca de lona. Málaga. 2006.
Colaboraciones literarias:
-Colaborador habitual en El Periòdico de Quirós.
-Colaborador en el suplemento cultural La nueva Quintana. La Nueva España.
-Columnista de opinión en La Nueva España (sección La Rucha).
-Columnista de opinión en La Voz de Asturias (sección La Rueda).
-Colaboraciones en distintas revistas literarias (nacionales e internacionales).
-Conferencias y recitales en Institutos y Colegios regionales y nacionales.






POSTAL DESDE LOS VALLES



Escribo este paisaje: la tarde va
cayendo con sus viejos cencerros.

Qué inmensa y verdadera la belleza sencilla:
el humo de una hoguera. La vida trascurriendo
y la fruta, madurando en los árboles.


Escuela de Escritura

Bob Marley - One Love (spanish subtitles)

Poema de Andres Carlos Mendez Perez,

Mis manos se
entierran en la arena
recién lavada,
las olas rompen abrazando mis muñecas,
el sol oscurece

la mirada,
la brisa me sumerge en sensaciones.

Contemplo aquellos paisajes añorados,
me divierto ante
la ausencia de compañía,
disfruto de mí,
leyéndome por dentro,
compartiendo mi soledad,
buscando
el espejo amigo.


Imágen de : Pablo Renedo

Josefa Virella,


POEMAS PARA UN TSUNAMI


Paraíso de sombras al atardecer,
el recuerdo es algo íntimo.
Náufragos para siempre.

Jesús Zomeño,


Les voy a decir la gran ocupación de la guerra,
la única que cuenta: He tenido miedo
Gabriel Chevallier
LA TREGUA
Me fusilan. Mañana me fusilan.
Un tribunal escucha tu nombre, coge un papel y firma con tinta debajo de una orden de fusilamiento. Ese papel circula de mano en mano y todos los porteadores saben leer. Cuando llega a su destino no hay sorpresa alguna. No se trata del azar, de que te acierte o no uno de esos cientos de obuses que cada noche lanzan hacia delante los alemanes. Mañana me fusilan y siento la extraña satisfacción de haber vuelto a un mundo ordenado, se acabó el caos y el miedo.
Incluso me queda el capricho de mi última cena. Pediré poca cosa, un poco de pan con aceite. Puede que me anime con un vaso de vino. Vino tinto, por supuesto. No admito ceder en eso, me gusta el vino tinto.
Me han lavado la camisa blanca. Un buen hombre Pierre, siempre tan atento con los pequeños detalles. Un poco de plancha no le hubiese venido mal pero no creo que las planchadoras de Montmartre estén dispuestas a frecuentar las cárceles militares. Falta un botón, vestigio antiguo de una noche en la que tuve mucha prisa en quitármela. No tiene importancia.
Me lavaré todo el cuerpo. Seguro que Pierre me trae agua mañana. Tengo una pastilla de jabón que le compré a Lorian, un trozo pequeño del que fabrica su madre en Borgoña. Buen jabón perfumado. Será suficiente, he adelgazado mucho durante la guerra, la extensión de mi piel es más pequeña.
No quiero que el sacerdote entre aquí antes de que haya terminado mi aseo. La eternidad no me interesa porque no creo que las piedras sean felices, pero me gusta mucho hablar de religión. En ese tema los hombres son ingenuos aunque honestos y siempre hablan de la muerte con nobleza, al menos si te igualan a lo que esperan de la suya. Pero para que el sentimiento sea fluido al hablar no debe uno oler a sudor y llevar mugre con picazón entre las piernas. Espero que llegue el capellán después de que me haya lavado. Le pediré a Pierre que lo retenga si no he acabado.
Lo cierto es que debiera escribir unas cuantas cartas, pero le falta solemnidad a esta celda para que pueda inspirarme pensamientos profundos. Además, no puedo tener ninguna palabra de consuelo para mis padres porque nunca me han comprendido. Mis hermanos murieron los dos antes que yo, en las primeras batallas del Argonne. No queda nadie. Podría, sin embargo, pasar toda la noche escribiendo, imaginando amigos a los que dar consejos y mujeres a las que hablarles de amor y esperanza. La idea es tentadora, incluso podría inventar direcciones y gastarle una broma a Pierre con siete u ocho cartas a mujeres distintas. Lástima que el pobre carcelero no sepa leer.
Es preferible dormir un poco. No puedo olvidar las uñas, deben estar limpias cuando me aten las manos a la espalda. Con las manos cuidadas puede que me ofrezcan no vendarme los ojos porque esas cosas distinguen a un caballero, me refiero a las uñas limpias. De todas formas, tampoco tiene mucha importancia y depende del ánimo que tenga cuando llegue el momento. Si ahora duermo un poco mañana me sentiré más capaz.
Estos tres días, desde que me condenaron a muerte, he dormido bien. Lo peor no es la muerte sino el miedo. Antes tenía los nervios rotos. Ahora está todo escrito y sé que no me pasará nada hasta que llegue el momento.
Una tregua de doce horas con la vida es suficiente. He hecho un pacto de tres días contra el miedo, aún me quedan diez horas y después habrá merecido la pena volver siquiera por tres días a un mundo en calma.
Pierre me trae aguardiente, se sienta un rato conmigo. Me enseña la cicatriz que lleva en el costado, después cuenta con los dedos las vacas que tiene en su granja, a cada dedo le pone un nombre, simula que ordeña a una cualquiera, se ríe y me hace reír. Le deseo suerte, eso le entristece porque es una despedida. “No importa -le digo- repíteme el nombre de tus vacas”. Enseguida vuelve a sonreír. Cuenta con los dedos las vacas, a cada dedo le pone un nombre, simula que ordeña a una cualquiera... Podría pasar toda la noche pidiéndole que hable de lo mismo y él lo repetiría igual cada vez sin acordarse de que ya me lo ha contado.
Se disculpa porque tiene que hacer una ronda. Se acerca a la puerta y gira la cabeza hacia mí, me pregunta por qué no intento matarle para escapar. Le digo que los cadáveres no abren puertas. Se queda pensando, pero no acierta a contestar nada. Será cuestión de dormir un poco, Pierre puede pasar el resto de la noche intentando comprender lo que le he dicho. Escucho sus pasos cuando se aleja. Juraría que no ha pasado el cerrojo. No importa, no quiero volver a pasar miedo. Cierro los ojos y me siento a salvo.
Me despierta un gallo. Pobre Francia tan ocupada en despertar a los condenados a muerte. Uno comienza a despedirse de las cosas, supongo que ya no volveré a orinar. Extraño pensamiento que asocio al rojo del crepúsculo como si orinase sangre. La última gota es una estrella fugaz. Me río de mi ocurrencia. De todas formas, me gustaría mirarme desnudo ante un espejo. Mi cuerpo es el mapa de mi vida, en él reconozco los detalles de mi pasado. Cuando caiga al suelo acribillado por las balas, será como si me doblase para meterme en un bolsillo. Sin embargo esa idea me apena, me entristece la posibilidad de no encontrar ningún destino.
Será mejor que piense en otra cosa. Intento ordenar mi mente, faltan tres horas. Me apetece ponerme a leer un libro. Pierre me trajo dos libros ayer. Miro el lomo y escojo el más grueso. No tengo prisa por hacer otra cosa, ni siquiera importa leer completo algún relato breve. Primer capítulo, estoy relajado, supongo que mi lectura es parecida a la de Dios porque a mí tampoco me preocupa el final de este libro.
Imágen de Miracoloso

26 enero 2010

The Piano

EDUARDO JORGE ARCURI MÁRQUEZ


EDUARDO JORGE ARCURI MÁRQUEZ (San Martín, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 1946). Narrador, dramaturgo y ensayista. Licenciado en física. Socio Fundacional y Vicepresidente de la Sociedad de Escritores de San Martín.
Socio Fundacional de la Filial Escobar de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Provincia de Buenos Aires. Miembro del equipo de redacción de Editorial Distal y de la revista literaria Recomendados & Novedades, columnista con el seudónimo de Ácido Clorhídrico. Entre su extensa y diversa obra, ha publicado los ensayos “Manual sobre técnicas narrativas”, “De Waterloo a Trafalgar, historia de cuando el mundo cambió”, editado por Distal Libros en 2005 con el título de “Trafalgar – Nelson – El arte de la guerra”. Entre otras conferencias ha dictado el seminario “Técnicas Narrativas” organizado por SESAM y la Municipalidad de San Martín. Frecuentemente ha sido jurado en los certámenes nacionales, también del Certamen Internacional “Jorge Luis Borges” de la REVISTA SESAM.
Obras teatrales representadas:
• Mamá, te presento a mi novia.
• Parar la oya.
Distinciones:
• Premio publicación, en el Concurso de Cuento Corto del Club de Leones de San Martín (1999).
• Premio Reconocimiento Especial del Concurso de Cuentos SADE (2002).


LLAMADO DE LA SELVA


Como un pubis vegetal, un tramo de selva se enclava en medio del desierto arenoso y tórrido de la llanura africana. Cruzando los límites imprecisos y notorios, demarcados por el verdor de las plantas y las palmeras, se extiende el sol que hacia lo lejos recalienta el paisaje sin sombras. En esta parte, donde el mismo sol se filtra entre el follaje de un claro abierto por la mano del hombre, una sucesión de chozas se alinean al costado de un camino liso y seco, que se pierde zigzagueante en el monte como un sendero de hormigas gigantes.Hay revuelo entre los nativos, muchos están en estado de alerta; un nuevo suceso repetido a lo largo de la historia del hombre está por repetirse inexorable. En una de las chozas, los gemidos de una mujer y las voces de otras que ayudan en el parto, se mezclan con el silencio de los hombres que esperan afuera.

Finalmente, un llanto agudo quiebra el silencio del monte y los pájaros vuelan asustados. La antigua voz de un ser humano hace alusión a su presencia. Ha nacido un niño, de ojos como dos cerezas negras y un pelo ensortijado delineando el contorno de un cráneo de primate evolucionado.La comadrona que ayuda a la parturienta se acerca al padre y le hace una seña para que entre a reconocer al hijo. El hombre, con un manojo de ornamentos entre sus manos y las primitivas armas que usó su propio padre, comienza a pasarlas por sobre la cabeza del recién nacido. Murmura unas palabras en lenguaje arcano, y con un gesto de ojos elevados parece implorar al cielo no se sabe qué cosa. Ese niño agita los bracitos y estira las piernas como de ámbar negro, mientras pareciera que se despereza de un largo sueño. Un nuevo gesto en la expresión desconcertada del niño, consigue que los pocos presentes se miren y aprueben en silencio. Sin duda, es el anciano que ha reconocido sus chucherías, confirmando así, que ha regresado al fin del largo viaje que separa a los vivos de los muertos.


El padre sale de la choza, radiante y satisfecho grita a todos los habitantes de la selva que su padre ha reencarnado. Los escasos habitantes festejan, están contentos con el regreso del abuelo que un tiempo atrás se había ido, dejando su deshabitado cuerpo en el mundo de los restos. La esperanza renace, ha venido vestida con una nueva piel dentro del cuerpo del recién llegado. Ese ser que crecerá sin infancia, con la responsabilidad de su abuelo, intentando recordar su anterior vida para que todo siga como era entonces, cuando la muerte se le hizo ajena.Aunque quizás a nuestros ojos occidentales sea injusta la propuesta, el niño no tendrá derecho a la inocencia; en su aprendizaje, los adultos tratarán de ayudarlo a recordar como era su mundo de entonces. Sin saberlo, se amamantará de los pechos de su nuera y su hijo, el actual jefe del clan, le dejará el trono que le pertenece, apenas recobre la memoria con los años.

Pedro Salinas,



Agua en la noche, serpiente indecisa,
silbo menor y rumbo ignorado:
¿Qué día nieve, qué día mar? Dime.
¿Qué día nube, eco
de ti y cauce seco?
Dime.
—No lo diré: entre tus labios me tienes,
beso te doy, pero no claridades.
Que compasiones nocturnas te basten
y lo demás a las sombras
déjaselo, porque yo he sido hecha
para la sed de los labios que nunca preguntan.

Waclaw Wantuch Erotic Photos,

Exaltación del amor fisico en el arte

Antonietta Valentina




"los convoco a navegar a toda vela

y sepultar al mundo nuevo con sus letras,

proyectiles de la inteligencia y la sensibilidad"

(Álvaro Ancona)

Subir anclas

y con el viento a favor

navegar juntos por este mar de poesía.

Levantemos las voces en novísimos cantos,

acurrucados en la misma nave de un poema.


Hagamos con el vocablo amor un adagio de olas.

Un oceánico encuentro, paraíso de verbos en acción.

Miremos al sol asomar su nariz sobre el océano,

levantarse hasta el cenit y regocijarnos en él

y su maravillosa cabellera de luz…


Hasta llegar al ocaso,

donde bailando se recuesta sobre el mar

con una nana en los labios...

Asistamos a la fiesta del camino,

bordado de estacionarias flores

que evocan versos heptasílabos

o sonetillos de fe y esperanza

o versos libres como el viento…

Por los riscos de la imaginación corramos

y avisemos al mundo que la palabra

puede tener cuatro letras, no más…

Alma

Motivos

Orgullo

Redención…

Y en la belleza de los fiordos

reconozcamos que se puede llegar a juntar

millares de sentimientos, de voces, de letras

en un solo brillo…

Imágen de JUAN LOPEZ ORTIZ

Mara Torres entrevista a José Luis Sampedro (La 2 Noticias)

Alejandra Pizarnik,


POEMA PARA EL PADRE

Y fue entonces

que con la lengua muerta y fría en la boca

cantó la canción que le dejaron cantar

en este mundo de jardines obscenos y de sombras

que venían a deshora a recordarle

cantos de su tiempo de muchacho

en el que no podía cantar la canción que quería cantar

la canción que le dejaron cantar

sino a través de sus ojos azules ausentes

de su boca ausente

de su voz ausente.

Entonces, desde la torre más alta de la ausencia

su canto resonó en la opacidad de lo ocultado


en la extensión silenciosa

llena de oquedades movedizas como las palabras que escribo.

Imágen de Stephanus Meyer

25 enero 2010

Antonio Manuel Fernández Morala,












MÚSICA PARA........


Entonces me dices que en la muerte
solo se escucha olvido,
vida.
Que la música solo la escuchan los ángeles buenos.
Que nadie está en el pentagrama entre lineas y notas.
Me dices que el viento solo susurra a las hojas.
Que las formas musicales es un invento de los sueños.
Que cuando navego entre violines y pianos,
solo el mar lo percibe.
Me dices que cuando bailaba al atardecer descalzo
entre hierbas perdidas, aplaudían las ortigas.
Que cuando se termina la música
los huesos despiertan del pasmo.
Que al amanecer, solo los pájaros y los árboles
viven la música.Entonces..,
me dices que en la muerte solo se escucha olvido,
vida.
Y no hay música.....,
y no hay música.......


Carilda Oliver Labra,


Tenemos casa,

libros tenemos,

y nos abrasa

el sol que vemos.


Tenemos días

para ser malos,

y hasta regarlos

y hasta alegrías...


Pero aún me quejo

de un temor viejo:

¿ Si Dios te gana


y te hace estrella,

y a mí una huella

de la mañana ?

24 enero 2010

Breve Antología de la Poesía Experimental por CLEMENTE PADÍN

Esperanza Medina Martínez,



EL MARTES A LAS SIETE
Deshojabas palabras adiestradas y esquivas
mientras la eternidad se derretía.
Sólo pude añadir
¿me pagas el café?
y salir desangrada hacia la vida.
Sin ti.

Silvia María Alvarez Merino,



EL VACÍO

Se despertó con prisas, se puso las zapatillas a tientas y quitó el despertador. El pasillo estaba oscuro, encendió la luz del baño y se dispuso a lavarse la cara. Se enjabonó y esperó ver su cara llena de espuma. Pero no vio nada. No se sorprendió, sería la luz, el sueño, un efecto óptico... Pero no. Simplemente no se veía. El mosquito aplastado, las gotas secas, el polvo adherido, la pared del fondo. Pero su cara no. Las piernas le empezaron a temblar, tocó el espejo, tocó su rostro, todo en su sitio, pero nada. Salió del cuarto, cogió el teléfono, eran las seis de la mañana, lo volvió a colgar. Estaba sólo, necesitaba notar algún tacto, se acarició el brazo, el hombro, y vio que estaba helado. Sentado en la cama se balanceó, abrazado a sí mismo y esperó. Volvió al baño, no se atrevió a mirar, primero rozó el espejo, notó que sus dedos sí los veía y se fue acercando poco a poco. Le pareció ver un mechón de pelo, pero se sobrecogió y dio un salto hacia atrás. No sería tan valiente nunca. Se rindió. Bajó el espejo, lo dejó tirado en el suelo y con un martillo lo hizo trozos. Nunca más.

23 enero 2010

Luis Pastor y Bebe,

Pedro Javier Martín Pedrós Copyright ©, Del libro "Travesía Interminable "


He saboreado vuestras sonrisas,
he paseado por vuestras cascadas,
y disfruto cuando la manzana
es compartida.
A lo mejor, en estos momentos
estáis soñando, cada uno de
vosotros, con reinar en las estrellas.
Os quiero recordar que hemos bebido
juntos el mejor vino,
hemos masticado juntos el mejor pan,
y esto, no es obra de vuestra inspiración.
Quiero abrazar vuestro sortilegio,
quiero confundirme, sentirme amado entre
vuestras sábanas para salir después transportado
de nuevas ilusiones y aventuras.
Me voy a mi tumulto, que también será el vuestro.
Me marcho con mi vanguardismo,
Que también es el vuestro.
Me incorporo en la vestimenta
de los olores diarios y os invito
a la ducha en común que nos hace
amigos de la no violencia.
Alumbro con mi yugo de esclavo de
los sentimientos,
y os participo del volcán de paz
que llevo dentro.
Mi bastón,
mi cantimplora y la mochila
son vuestros,
nuestros,
este viaje no es de tránsito ni de
tedio.
Siempre, siempre es de júbilo.



Proyecto Poesía en la Distancia.Abrazos de náufrago,

Pepa Giráldez Tinoco


Punta Umbría-Huelva, 1968.
Pintora de óleo y palabras. Hija de patrón de barco
a quien le debe la inspiración y el amor al mar.
Tiene escrito dos libros inéditos, “De tanto como te quiero”
Y “Repartiendo caramelos”.


Correo electrónico: chiagiraldez@hotmail.es



Desde la ventana de nuestro blog, queremos compartir con todos nuestros amigos este tercer libro“ Abrazos de Náufrago “ de la colección “Poesía en la distancia “, así iremos abriendo, poco a poco, las páginas del mismo.



TE MIRÓ

Te miró el mar
todo se lo diste,
gaviotas en sueños
te hicieron volar.


Dibujaron tu nombre
la mirada triste,
horizonte sereno
tu barco se va.

Francisco Gálvez



Bio-bibliografía


Francisco Gálvez nace en Córdoba en 1945. Es el fundador y editor de la significativa revista de la Generación del 70 “Antorcha de Paja” (1973-1983).Ha publicado una docena de libros, entre los que cabe destacar Tránsito (Premio Anthropos, 1994 y 2ª edición, 2008); El hilo roto. Poemas del contestador automático (Pre-Textos, 2001): El Paseante (Premio de Poesía Ciudad de Córdoba Ricardo Molina, 2004”. Hiperión, 2005); Asuntos internos (El Brocense. Cáceres, 2006). En la actualidad es coordinador del Seminario de Poesía y Traducción Poética de Córdoba y dirige el Aula de Poesía Córdoba 2016.


Mensajes


En este momento estoy ausente,

pero puedes dejar algún mensaje

y te llamaré cuando vuelva.

Si eres el amor

llama más tarde, o tal vez otro día;

si eres la soledad

espera, pronto estaré contigo;

si eres el suicida

marca otro número, apenas queda tiempo;

si eres la muerte

elige otro destino, sólo soy una técnica;

si eres el pensamiento

abandona, este hilo no medita;

si eres la palabra

da la vuelta, aquí nadie te pronuncia;

y si eres una voz anónima

que llamas angustiada

en cualquier momento llegaré a casa:

habla después de oír la señal.

De "El hilo roto"Pre-Textos. Valencia, 2001
Imágen de Morenita Nebrix

22 enero 2010

Gabriela Mistral






Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Cristina Peri Rossi,


Después

Y ahora se inicia

la pequeña vida

del sobreviviente de la catástrofe del amor:

Hola, perros pequeños,

hola, vagabundos,

hola, autobuses y transeúntes.

Soy una niña de pecho

acabo de nacer

del terrible parto del amor.

Ya no amo.

Ahora puedo ejercer en el mundo

inscribirme en él

soy una pieza más del engranaje.

Ya no estoy loca.

"Otra vez eros" 1994