SIN QUE SE ATRAGANTE EL TIEMPO
No empezar antes de tiempo ¿o no recuerdas cuando de niño jugabas a ser mayor? Ahora buscas refugio en los recuerdos que te proporciona una infancia que devoraste con prisa, gastándola antes de hora y anhelando tiempos futuros que imaginabas mejores.
Saborearlas lentamente, como si el sabor de cada uva no precediera al de la inmediatamente posterior y ésta a su vez no se adivinara en el recuerdo de la anterior. Cada día es también diferente, a pesar de ese gusto amargo que llamamos rutina y nos da, en cambio, la medida de lo que somos que no es otra cosa que el fruto de nuestras elecciones.
Da lo mismo si la última uva no coincide con el sonido de la última campanada, asimismo intentemos acompasar el tiempo que nos es dado, con el dictado de nuestra propia urgencia. La urgencia no siempre equivale a la prisa. No hay citas ineludibles ni segundos impostergables. Traza el mapa de tu tiempo y hazlo coincidir únicamente con tus deseos.
FELIZ 2010.