31 marzo 2013

.Asereje - opera singers version :) - watch in high quality .

Maria Eugenia Caseiro






Aquí lloviendo.


Estoy aquí, aquí lloviendo
acumulada de cajas de cartón
con dibujos y letreros,
jorobándome la poesía por dentro
con el techo de zinc en la cabeza
con la lengua enredada
y la canción fuera de tono,
con mis alas de papel
pegándose a esta lluvia...
y me dan en la nariz hechos un trapo
mis ancestros, que ahora son ángeles
con ojos empedrados por la catarata
condenados a la pena de estos bolsillos rotos.
Estoy aquí, aquí lloviendo
con el luto perpetuo por las cosas perdidas;
mis palomas, mis abejas, y mis playas...
abrazándome al fantasma de la lluvia
gris humante en el cojín acuchillado.
A mi espalda un maniquí con la cara tapada
hubiera evitado el llanto del borracho que me vio
hubiera evitado
que la mujer que peina la calle por las noches
buscando sobre los contenes la húmeda pisada
lanzara una moneda a la fuente donde lluevo,
pero soy monólogo de lluvia
y estoy aquí, aquí lloviendo.


José María Zonta







Uno parece feliz.
No entrar como turista en el corazón de una mujer
haciendo fotos
dejando latas de cerveza
buscando sólo catedrales inmensas
y estatuas transparentes
con la mochila llena de mapas
y haciendo comidas rápidas
hay un país
siete ciudades
una cordillera y un invierno
en el corazón de una mujer
no bebas allí sólo un vaso de mar
no entres en avión
toma el tren de la media luna
no reveles allí tus fotos en una hora
si no hace demasiado frío
entra desnudo
no lleves paraguas
y sobre todo no tales árboles
en el corazón de una mujer
no acostumbran volver a crecer. 


Mercedes Sosa-Todo Cambia

30 marzo 2013

Pedro Javier Martín Pedrós





MIEDO


Sueños de pamela,
mañana de ciudad de dolor.
a veces, me inmagino la
vida del niño
antes de nacer,
y, es curioso,
cuando nos paren
los dos sentimos miedo
del saludo que nos
hace la vida.



Del libro " Trozos de vida "

India Martinez - Vencer Al Amor .

Rafael Cadenas




You

Tú apareces,
tú te desnudas,
tú entras en la luz,
tú despiertas los colores,
tú coronas las aguas,
tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor,
tú rematas la más cegadora de las orillas,
tú predices si el mundo seguirá o va a caer,
tú conjuras la tierra para que acompase su ritmo a tu lentitud de lava,
tú reinas en el centro de esta conflagración
y del primero
al séptimo día
tu cuerpo es un arrogante
palacio
donde vive
el
temblor.

Lorenzo Oliván



 Saber morir

El sol se va
olvidando, olvidando
de sí mismo y, de pronto,
anochece.

                      Qué bien saben morir
algunas cosas que ya estaban muertas.



Puntos de fuga  1996-2000

Ali Salem Iselmu




“Mírame siempre

Trata de entenderme,

Ver mi destino como el tuyo.

Nunca dejes de observarme,

Si lo haces, habremos desaparecido…”









29 marzo 2013

Lupe García Araya





Te esperé entre cervezas
y conversaciones de gentes aburridas.
Te esperé recordando caricias
e inventado argumentos
por si no llegabas.
El sol teñía mi pelo esperando tus besos
y ya sabía que no vendrías.
Tu ausencia
la guardé muy bien doblada,
y de vez en cuando la uso como adorno en el invierno.


Del libro : Imágenes de Agua y tiempo

• Pepa Giráldez Tinoco •







Te miró
Te miró el mar
todo se lo diste,
gaviotas en sueños
te hicieron volar.
Dibujaron tu nombre
la mirada triste,
horizonte sereno
tu barco se va.



Del libro " Abrazos de náufragos "

Colección Poesía en la distancia

Andres Carlos Méndez Perez






Hoy de nuevo la soledad abre la puerta,
sin dar opción
a preguntar quien es.

Se ha vuelto a sentar
frente a mi,
desafiante,
orgullosa y enérgica.

Me mira…
parece deseosa de revivir
viejas cruzadas
que un día dejamos atrás juntos,
dispuesta a usar las llaves
que abren las celdas
de los recuerdos,
de hacer palanca sobre miradas
ya cerradas,
de romper muros
tras los que dejé
anhelos de caricias perdidas.

.Schubert - Ave Maria (Opera) .

Mía Gallegos





    1. Mía Gallegos Domínguez nació en San José, Costa Rica el 17 de abril de 1953. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Golpe de Albas en 1977, con el que obtuvo el Premio Joven Creación, concurso convocado por la Editorial Costa Rica y la Asociación de Autores. En 1978 recibió el premio Alfonsina Storni en Buenos Aires, Argentina por el poema Asterión, concurso auspiciado por la Fundación Givré. En 1983 obtuvo el premio de los ex becarios de la Fundación Fullbright por el poemario que lleva el título de Makyo. En ese mismo año fue galardonada con el Premio Rubén Darío del Verso Ilustrado por el poema en prosa La Mujer que conduce el coche. En 1984 se le otorgó el premio de periodismo cultural Joaquín García Monge por su trabajo en el programa de televisión Galería. En 1985 publicó el libro Los Reductos del Sol y recibió ese mismo año el Premio nacional de Poesía Aquileo J. Echeverría. En 1985 fue invitada a participar en el Programa de Escritores en la ciudad de Iowa, Estados Unidos. En 1989 publicó El Claustro Elegido bajo el sello de la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia. En 1995 publicó el libro de prosa poética Los Días y los Sueños bajo el sello de la Editorial Costa Rica. En el año 2006 publicó El Umbral de las Horas en la Editorial Costa Rica y al año siguiente recibió el Premio Nacional Aquileo Echeverría en poesía. Poemas suyos han aparecido en revistas y libros antológicos de Costa Rica y España. También han sido traducidos 






    De pronto vuelvo
    a la noche
    con mis zapatos de agua.
    Me desnudo
    en el lento
    ejercicio de mis manos
    y busco
    solamente
    un objeto mío,
    un pequeño barco,
    un cometa,
    un circo de inventadas cosas,
    figuras cotidianas,
    tuyas y mías,
    que amo.
    Pero sé
    que de pronto
    me vuelvo inaccesible
    y vuelvo a ser silencio
    y llama oscura,
    donde mi barco
    se escapa de tu orilla.


Brenda Shoshanna


EXIGIMOS



Exigimos vivir para siempre, sin ser capaces de apreciar la belleza de envejecer o de los ancianos. Exigimos que todo el mundo nos quiera (sea quien sea), no cometer errores, comer sólo de lo mejor, permanecer bellos para siempre, conseguir todo aquello que consideramos merecer. Nos esforzamos todo lo posible por asegurar esas ilusiones, incluso arriesgando nuestra verdadera vida. Nos escondemos de la enfermedad, de la tragedia, de la vejez y de la soledad; abandonando a aquellos que las experimentan. Rechazamos el pesar y la fealdad, sin darnos cuenta de que la fealdad y el pesar moran en nuestro interior. Y luego nos preguntamos por qué sufrimos, atrapados en una vida sin salidas.

Brenda Shoshanna. Sabiduría zen para la vida cotidiana. Ed. Oniro, 2010

28 marzo 2013

Amy Winehouse - Les Eurockeenes de Belfort - Malsaucy, France full concert video .

No más violencia machista !!



No más violencia machista !!


Teléfono de ayuda 016

Felipe Zapico





Tres Poemas de Balances Parciales- Felipe Zapico


La noche inmensa
testifica
olor de mujeres frondosas
ausentes
intactas en mi alma vacía
y si declino la caricia
robada
olvidando las por mi pedidas
establezco el punto de unión
entre mi locura
y mi mente podrida.




Una mañana fui dios
caústico
abrupto
desperdigando
a la noche.
Tentado por tu cuerpo grosero
encontré la perdición
la recta final
del caos controlado.






Es ahora cuando el deseo
es inocuo,
la churrería empieza a oler
a frito,
los mariquitas corren presurosos
a casa de su madre
y las niñas desvirgadas
se enamoran
de una polla envenenada
y la luna imperceptible
no testifica
sino
la presencia de esos viejos
cogidos de la mano.

Faustino Lobato Delgado





TRANSEUNTES

Nos volvimos a besar, y la caricia destapó,
libre de amarres, los demonios de la pasión.
Un rito peligroso, sin igual.

Todo se volvió nada, feliz vacío,
en esa danza, limpia, vertiginosa

de los cuerpos, pendientes de la sombra.

Los ruidos, fecundaron otros ruidos
en ese torbellino, límpido, de caricias
donde la piel, perfecta, se hizo agua
y las manos ciegos transeúntes

agarrados al alma.

Ernesto Sábato




Tal vez a nuestra muerte el alma emigre:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de bengala;


mientras nuestro cuerpo se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la tierra sin memoria,
para ascender luego por los tallos y las hojas,
y convertirse en heliotropo o yuyo,
y después en alimento del ganado,
y así en sangre anónima y zoológica,
en esqueleto,
en excremento.
Tal vez le toque un destino más horrendo
en el cuerpo de un niño
que un día hará poemas o novelas,
y que en sus oscuras angustias
(sin saberlo)
purgara sus antiguos pecados de guerrero o criminal,
o revivirá pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de comadreja,
su turbia condición de feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías y traiciones.

Foto de Sergio Juan

Esteban Martínez Serra




Cuando vengas de visita no me traigas más palabras, te lo
( ruego.
No me queda más espacio en el cillero y en la fresquera
( no cabe

ni un adverbio.

Últimamente por cortesía te engaño y las escucho

pero cuando te das la vuelta o te vas con viento fresco

a contrarrembolso se las envío a ese nuevo inquilino tuyo

que te viene arreglando el sentimiento

a ver si se empacha de una vez de tanto adjetivo posesivo
y me deja en su sitio los recuerdos,

que aunque puedan parecerle antiguos y muy poco aseados,

todavía, amigo mío, no han prescrito.
Foto de Carmen Maldonado

Antonio Martínez Ferrer





temblor en las raíces
-máscaras-
se desploma
sobre la caricatura
humana
un vendaval de gritos
el dolor
recorre todos los patios
en la azotea una ventisca
araña las miradas
-geometrías-
la arquitectura del dolor
tiene pies de espanto
sus temblores
recorren la noche


Imágen de Pedro Javier Martín Pedrós

Javier Sologuren


Haiku

1.
La tinta en el papel.
El pensamiento
deja su noche.


2.
¿Qué canta el agua?
El agua canta el agua
canta el agua canta.


3.
Cascada de agua seca,
papel de cielo
iluminado
(Buganvilla)


4.
Bailan, ascienden,
ascienden, bailan.
Viejo jardín de fiesta.
(Fucsia)


5.
¡Cómo se obstina
la vida en la canción
de la cigarra!


6.
Con las penas
mido
la extensión de mi cuarto.


7.
Nada dejé en la página
salvo la sombra
de mi inclinada cabeza.


8.
No veo el florecer
del naranjo, oigo
subir su canto.


9.
En el silencio
del estanque arde
la lámpara votiva.
(Nenúfar)


10.
Blanca,
sencillamente blanca,
abierta al blanco espacio.
(Jazmín)


11.
Cerrado cielo.
En una callejuela
se rasca un perro.


12.
Un día más
y una jornada menos
llevándonos al cero.




De "Tres hojas de herbolario"

María José Collado





Oponerse al caos



Pisar de puntillas la incertidumbre
para evitar un desplome de vigas,
caer invertido en la locura,
o perdurar atrapado en el lodo.
El negativo impreso en cera,
despejadas todas las salidas,
disolver estatutos del vacío,
el láudano de las cerraduras.
Morder la herrumbre, escupir
el óxido sobe las aceras,
aventar limaduras de plomo,
el nido inquietante de las cenizas.

26 marzo 2013

THE QUEENS "si supieras" FT. THE VEGA (video oficial) .

José García Nieto





Tú eres el corazón con lo vivido...



Tú eres el corazón con lo vivido;
en ti está todo lo que atrás vamos dejando,
lo que hemos ido con pasión amando,
definitivamente ya perdido.

En ti vemos las gracias que se han ido,
los paisajes y el cielo de ayer, cuando
las cosas que ahora sigues recordando
flotan sobre las aguas del olvido.

Pero vives y estás: claro y pequeño,
miras aquellos prados, aquel sueño
tan lejano, las rosas de aquel día.

Crees que puedes cambiar toda la suerte
y, aunque vamos derechos a la muerte,
vives de lo pasado todavía.


Milagros Terán






  1. Te di mi cuerpo

    mis piernas de cristal lozano
    paseándose por tus aposentos.

    Te di mi cuerpo
    solamente mi cuerpo;

    el haz de luz del goce
    los ojos de la perdición
    la boca campana nerviosa
    de los besos.

    Mi cuerpo solamente.


Ángela Figuera Aymerich






  1. No quiero
    que los besos se paguen
    ni la sangre se venda
    ni se compre la brisa
    ni se alquile el aliento.
    No quiero
    que el trigo se queme y el pan se escatime.

    No quiero
    que haya frío en las casas,
    que haya miedo en las calles,
    que haya rabia en los ojos.

    No quiero
    que en los labios se encierren mentiras,
    que en las arcas se encierren millones,
    que en la cárcel se encierre a los buenos.

    No quiero
    que el labriego trabaje sin agua
    que el marino navegue sin brújula,
    que en la fábrica no haya azucenas,
    que en la mina no vean la aurora,
    que en la escuela no ría el maestro.

    No quiero
    que las madres no tengan perfumes,
    que las mozas no tengan amores,
    que los padres no tengan tabaco,
    que a los niños les pongan los Reyes
    camisetas de punto y cuadernos.

    No quiero
    que la tierra se parta en porciones,
    que en el mar se establezcan dominios,
    que en el aire se agiten banderas
    que en los trajes se pongan señales.

    No quiero
    que mi hijo desfile,
    que los hijos de madre desfilen
    con fusil y con muerte en el hombro;
    que jamás se disparen fusiles
    que jamás se fabriquen fusiles.

    No quiero
    que me manden Fulano y Mengano,
    que me fisgue el vecino de enfrente,
    que me pongan carteles y sellos
    que decreten lo que es poesía.

    No quiero amar en secreto,
    llorar en secreto
    cantar en secreto.

    No quiero
    que me tapen la boca
    cuando digo NO QUIERO...

Carmen Cristina Wolf





Caminas y caminas con tu niño cargado
del campo al centro urbano, de la ciudad al campo.
A veces el autobús te lleva
mientras sueñas con un mundo mejor.
Viajas con la esperanza de un riachuelo
hacia las lluvias que caerán en algún paraíso.
De talle fino y el andar de espiga
aún tienes fuerza para embellecerte
con un turbante que te queda bien
y tienes temple para unir tus fuerzas
en solidario apoyo, a las otras mujeres
Plantas medicinales, las conoces
y riegas con tus lágrimas
¡Retrocede, desierto!, es tu reclamo.
Un trocito de espejo es un tesoro
haces milagros
con alguna hortaliza del camino
Luchar es tu bandera
de escudo, llevas el corazón.
Te cuento en confidencia
—te pareces un poco
a la mujer del campo en Venezuela
en su amor a los hijos
por la brega constante
ante los desafueros del poder


25 marzo 2013

Santiago Pablo Romero



  • Disfraces Brunos…
  • Nos encontramos cuan el río a la montaña
    Supiste doblegar mis cimientos, derrengar mi desplante
    Con disfraces, máscaras de flores bellas y aromas regados
    Era yo la inmensa cordillera de tu vasto valle
    ...
    Nuestros sueños correteaban alados sobre unicornios

    Bebíamos del arroyuelo del deshielo de gélidos recuerdos
    Pétreas efigies rebanadas por el atroz y despiadado tormento
    Supimos crecer entre capas desnudas de los dientes de león
    Las lilas sonreían entre nuestros cuerpos, impregnados de celo
    Te desternillabas cuando me hacías contonear al besar mis pies
    Llenaste el hueco en mi pecho de promesas, de eternos quejidos
    Dibujabas en el grafito de mi cuerpo entregado, imágenes
    De entrelazadas manos, y verdor amarillento, preñada de luz
    No me preguntaste, tomaste el disfraz bruno y marchaste
    Este último tramo, el más largo hasta el espumoso seno
    Lo haces solo, sin mirar atrás, con tu cara marchita, y yo,
    Yo, aquí me hallo, derrengada, despojada de todo hálito
    Esperando que me mires y sonrías, me extiendas la mano
    Me lleves y me liberes del suplicio de verte partir sin mí.
    No pierdo el resuello de saberte, pues no tardaré, no te alejes.

Gregorio González Perlado


HARAKIRI

si todavía hay tiempo
bajaré hasta mi vientre
el vicio inevitable
de la muerte
como el sangriento error
de una ausencia dolorosa
si todavía hay perdón
qué sencillo morir arrodillado
sosteniendo la tristeza
entre las manos

si todavía hay esperanza
     todavía
qué pureza desangrarse
arrodillado
con la causa del dolor
entre las manos

 del libro; “Todo lo que no es música se confunde en el silencio”

.Los Amaya, Bebe - Vete (Lyric Video) .

Alejandra Pizarnik




Más allá del olvido



alguna vez de un costado de la luna
verás caer los besos que brillan en mí
las sombras sonreirán altivas
luciendo el secreto que gime vagando
vendrán las hojas impávidas que
algún día fueron lo que mis ojos
vendrán las mustias fragancias que
innatas descendieron del alado son
vendrán las rojas alegrías que
burbujean intensas en el sol que
redondea las armonías equidistantes en
el humo danzante de la pipa de mi amor

 

JoséS.delViejo





























Bajo la lluvia

Las alas de la lluvia
sobrevuelan las aceras
con consabida destreza.
Las mariposas de cristal
filtran los rayos solares,
y el arco iris aparece
en la magia concreta
de la otoñal contienda.
Cada tarde es mañana,
y ayer pasó de moda,
que no puede quererse
lo que no se recuerda.

24 marzo 2013

Max Roach - Live At Blues Alley .

• Silvia M.ª Álvarez Merino •




Man in green


Es un clavo en mi cerebro.
Aquel rostro, ese brillo divino, cegador.
Recién duchado, el pelo reposando en la frente,
las mejillas sonrosadas y los ojos tan verdes,
relucientes.
Se ataba un zapato y tenía sueño,
pero era feliz.
Yo observaba la serenidad de movimientos,
los colores de su cara
y esa media sonrisa insultantemente superior.
Y me daba miedo, me atenazaba tanta belleza.
No me atrevía a acercarme, no fuera a acabarse algo.
No podía creer que un milagro estuviese delante mío,
que, por fin, algo diese sentido a todo lo vivido.
Y ahí, mientras, estaba él:
La imagen sencilla de un hombre con sueño,
que ríe sereno, en paz y hermoso
como el último rayo verde del atardecer.


Del libro " Sin dejar señales "

Colección Poesía en la distancia

Elena Medel




Poeta y crítica literaria nacida en Córdoba en 1985.
Es una de las voces jóvenes de la poesía española. Desde  el año 2006 disfruta de una beca  del Ayuntamiento
de Madrid en la Residencia de Estudiantes.
Forma parte del equipo coordinador de La Bella Varsovia y colabora como articulista en diversos suplementos
literarios de la prensa española. 
Su obra,  contenida en los poemarios "Mi primer bikini", Premio Andalucía Joven 2001, "Vacaciones" en 2004,
"Tara"
en 2006,  el cuaderno "Un soplo en el corazón"  en 2007  y "Cuentos eróticos de San Valentín" en 2007,
ha sido traducida al árabe, inglés, italiano y portugués, y publicada en algunas antologías.      ©
     




Los niños que se mueren



Los niños que se mueren
pueden elegir entre saltar durante el día sobre camas de
          hormigón dulce, o comerse las sábanas muy lento, con
          los ojos cerrados y felices.
El privilegio de la franela. Dos centésimas de miedo para
          que suelten su mano: por la avenida se agarran de la
          punta de mis dedos, mordiéndome, mamá.
Ya no tengo piernas y canto muy bajito, buscando en un lugar
          cerca de mi padre, así que ellos me hacen compañía
          antes de llegar a casa.
Qué alegría en el vestíbulo: soy tan blandita que no puedo
          morir.
Tengo amigos sin sueño ni pijama. Huelen a víspera de
          festivo, y convierten los termómetros en un cuento de
          buenas noches, y han muerto y sin embargo
confían en enero igual que en las ventanas y la voz de la
          nieve.
Así es la vida de los niños que se mueren. Acolchada. Muy
          dulce. Es tan bello extinguirse siendo niño...



De "Tara" 2006

Pablo García Casado





Poeta español nacido en Córdoba en 1972.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Córdoba, dedica la mayor parte de su tiempo al ejercicio literario, escribiendo
poesía y colaborando en diversos medios periodísticos. Actualmente se desempeña como director de la Filmoteca de Andalucía.
Su primera publicación, "Calentura" data de 1993, seguida de "El poema de Jane" en 1996, "Las afueras" 1997, libro por el que
obtuvo el Premio Ojo Crítico de Poesía 1997, concedido por la Radio Nacional de España; con esta obra, además, fue finalista
en ese mismo año del  Premio Nacional de Poesía. En 2001 publicó "El mapa de América"  y en 2007 "Dinero".
En 1998   recibió de la Diputación de Córdoba la beca de Creación Literaria.
Ha sido incluido en diversas antologías, entre ellas Feroces  de Isla Correyero, La generación del 99 de José Luis García Martín,
El cristal y la llama
, de Domingo Sánchez Mesa, y 25 poetas jóvenes españoles de Ediciones Hiperión.
Parte de su obra ha sido traducida al inglés y portugués.          ©




Número nueve



quise borrar las huellas de aquel cuerpo
limpié con táifol el lavabo los restos
del afeitado corrieron por el desagüe

quise borrar la cita en el centro la puesta
en escena el vestido corto sus buenos modos
el beso a la salida del restaurante el sí

el día después la frialdad del desayuno




De "Las afueras"  DVD Ediciones 3ª Edición 2007