Man in green
Es un clavo en mi cerebro.
Aquel rostro, ese brillo divino, cegador.
Recién duchado, el pelo reposando en la frente,
las mejillas sonrosadas y los ojos tan verdes,

Se ataba un zapato y tenía sueño,
pero era feliz.
Yo observaba la serenidad de movimientos,
los colores de su cara
y esa media sonrisa insultantemente superior.
Y me daba miedo, me atenazaba tanta belleza.
No me atrevía a acercarme, no fuera a acabarse algo.
No podía creer que un milagro estuviese delante mío,
que, por fin, algo diese sentido a todo lo vivido.
Y ahí, mientras, estaba él:
La imagen sencilla de un hombre con sueño,
que ríe sereno, en paz y hermoso
como el último rayo verde del atardecer.
Del libro " Sin dejar señales "
Colección Poesía en la distancia
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