31 mayo 2016

Rafael Guillén





Poema del no



Me decías que no. Por tu mirada
pasaban barcos lentamente. Había
gaviotas en tus ojos, en tus blandos,
oscuros ojos grandes,
donde iba cayendo la amargura
como un anochecer de altas sirenas
en los puertos del Sur.
Me decías que no serenamente.
Era un no original, que ya existía
antes que tú, que hablaba por sí mismo
mientras que tú, impotente, absorta, fijos
en mí tus ojos, lo sentías vivo,
palpabas su raíz por tus adentros.
Era un no adivinado,
mudo, pesadamente silencioso.
Tu duro cuerpo tibio
me decía que no, sin causas, iba

replegándose, como
si volviese a la infancia. Tú no eras.
Me decías que no, y en tu mirada
cabalgaba un dolor que yo diría
maternal. Un dolor implorando
comprensión. Un no de contenida
pesadumbre, pero total, abierto,
levemente asomado
a las playas del llanto.
Me decías que no lejana, sola,
terriblemente sola, maniatada,
sin un porqué donde apoyarte, pero
era no, era no, sin gritos, no...
Los puertos, las sirenas,
los barcos en la noche, todo iba
perdiéndose, alejándose.
Yo, delante de ti, triste, abatido.



Isabel Rezmo






 Se hace tarde.
 Se hace un juego.
 Se hace decrépito
 mar, metiendo un
 pedazo de ímpetu
 entre el pecho y la espalda.
 Antes que el corazón
 desangre la sílaba.
 Y se haga otra vez
 la noche

30 mayo 2016

Francisco Cobacho




PÁRPADOS DE NIEBLA


Eres la luz vital
para que broten los versos,
el color de las palabras
y el soplo etéreo
que espanta mis ahogos.

Eres la dulce melodía,
la leve brisa peinando el vaho,
la hilaridad de mis andares,
la voz que habla
al hueco que deja tu ausencia.

Eres el clamor de los ecos,
los rescoldos de ímpetu
dibujando anhelantes figuras
y los párpados de niebla
donde habitan los silencios.



© F. Cobarcho
"Varada luz"

Crocus de otoño, cólquico o quitameriendas
Óleo sobre lienzo, 46 x 38 cm.
© F. Cobacho/ 2010



ISABEL IZQUIERDO

DOS MIL CINCO
Para que puedas comer me he desgarrado parte de la espalda y el muslo derecho, me parece justo, si me llenas cada día tendremos que alimentar
el programa locomotor.
Por soledad te echas a otra aorta, por miedo, a cualquier hígado.
Y en este siempre inconcluso periodo de evolución
más animal que ayer y menos bestia que mañana.
Para que no te canses de venir he depurado mi agonía hasta esa nota aguda
y asfixiante que tanto te emociona.
Para que puedas beber he arrancado los geranios de la barriga, ya estoy calva, sin hiedras para que tu cabeza de vaca no se enrede.
Por amor uno se da más puntadas que el doctor Frankenstein


Corrupta y salvaje, hasta mañana.
A lo Mary Shelley
_____________Tu amante.

29 mayo 2016

Walt Whitman,



Cuando escuché al docto astrónomo...
Cuando escuché al docto astrónomo,
cuando me presentaron en columnas
las pruebas y guarismos,
cuando me mostraron las tablas y diagramas
para medir, sumar y dividir,
cuando escuché al astrónomo discurrir
con gran aplauso de la sala,
qué pronto me sentí inexplicablemente
hastiado,
hasta que me escabullí de mi asiento y
me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato,
en silencio perfecto a las estrellas.

Noelia Aramar




No me acostumbro
al sonido del silencio.
Mis labios huérfanos
mueren cada día
después de pronunciar
tu nombre.
Vuelo por el cielo del pasado
y la niebla me impide verte.
El invierno se cuela sigiloso
para oscurecer mas
esta nostalgia
y los días claros y encendidos
duermen en un blanco baúl.
Era tan sencillo ver al hombre
y tan difícil que se haga recuerdo.
En mi vientre guardare tu ausencia
y cerraré mi alma a otros cuerpos.
Al regreso de la primavera
daré sosiego a mis ojos
y sacaré al aire mis heridas.


27 mayo 2016

Fernando Pessoa,





Autopsicografía


El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.


Y quienes leen lo que escribe,
Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive
Sino aquél que no han tenido.


Y así va por su camino,
Distrayendo a la razón,
Ese tren sin real destino
Que se llama corazón.




Ana García Briones





Dejadme abrazar 
la luz
respirar
el aroma 
ausente
de mediocridades
bailar 
con la soledad
con los 
pájaros heridos
con los bufones 
de la muerte…

Partos de luz




26 mayo 2016

Amalia Bautista





Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.


Juan Seoane.








La luz se ha desvanecido,
la luna habita enlutada
en la noche.

Una música de agua borra el silencio,
todo es abundancia
de cicatrices en el aire.

El agua se oscurece lenta como la memoria,
hilos líquidos se inscriben en cristaleras tapizadas de vaho.

El viento, enigma del aire
dibuja sombras envueltas de frío
encima de ciudades blancas.

En sus subterráneos
he leído
lo que la pizarra y el adoquín mantienen inédito.

Sobre ello,
sujeto está el árbol que se presta al sueño,
sus hojas tiene dos gotas de agua
hablando de pasión.


25 mayo 2016

Maria Prados Garcia.






LA VIDA


La vida me enseñó
a echar de menos,
a pasar hojas
que derraman miedos.
Fotograma a fotograma
prendidos en el recuerdo.
Imágenes imantadas
en la retina del tiempo.
Fotos en color
que se vuelven
en blanco y negro.
Pero también aprendí,
a saborear instantes,
mirar a los ojos,
decir un te quiero.
A vivir la vida
solo por momentos,
dar una caricia
luchar, sonreír,
un abrazo, un beso.
También aprendí...
A seguir viviendo.

Ramón Llanes






QUÉDATE


Quédate,
mi puerta abre siempre hacia adentro,
la cerradura es una flor,
la llave no es de oro.
Quédate,
el ruego lo encontrarás en la mesa,
el pan está adornado de hormigas,
la casa huele a azufre de noche.
Quédate
hasta que rían los cristales,
hasta que suenen los primeros golpes del barreno
y se sienta la gloria.
Quédate
yo llegaré con el alma.




Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)



24 mayo 2016

Federico García Lorca



Alma ausente

No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.

No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.

El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.

Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.

No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.

Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.


Consuelo Jimenez




SEGUIR VIVO


Cambiar el orden de las palabras,
conmutarlas, asociarlas, llevarlas
a punto de ebullición, detenerlas,
enfrentarlas, mermarlas,
confundirlas sin razón de ser.
Inventar lo inverso, ser opuesto
en el sentido, crear números
siendo letras...Ah! vencer.
Vencer a la sombra en la sombra.
Amarse en la risa de lo obscuro.
Sonreir, seguir vivo.


23 mayo 2016

Francisco Gálvez,


 


 




Vaivén

El mar mantiene su vaivén

variable, e invariable.

Miro las aguas espumosas
y luego transparentes,

suben y bajan en la playa,

se estrellan en las rocas.

En apariencia son uniformes

en su movimiento,

pero la diversidad reina

en todos sus gestos.

21 mayo 2016

Vicente Aleixandre,




JUVENTUD

Estancia soleada:

¿Adónde vas, mirada?

A estas paredes blancas,

clausura de esperanza.

Paredes, techo, suelo:

gajo prieto de tiempo.

Cerrado en él, mi cuerpo.

Mi cuerpo, vida, esbelto.

Se le caerán un día

límites. ¡Qué divina

desnudez! Peregrina

luz. ¡Alegría, alegría!

Pero estarán cerrados

los ojos. Derribados

paredones. Al raso,

luceros clausurados.

Elba Alicia Junco





Diente de león. ..
Has demolido las piedras
inconducentes.
Has convertido el lugar,
con el amarillo de
tus pétalos,
que dialogan,
expuestos al sol.
Sobre aquella playa,
que acuna sabiamente
el dolor,
de las soledades
de los transeúntes
de la vida...
-----------------------
E.Alicia Junco
Poetas mirando al río
Argentina

20 mayo 2016

Soledad Alvarez,





Marco mi territorio con la lengua,

la tierra de carne y hueso donde retoña el instante
hasta abrir los cauces de la eternidad:
alto pelaje nocturno poblado por mis huellas,
escrutable en sus orificios,
en el gozo presentido que asciende por celajes de temblor
como pez en vorágine de líquenes y arenas tibias.
No hay reparos que no deshaga mi lengua
ni espacio intocado que no explore
este lento acariciar mamífero en la noche del primer fuego,
hombre y mujer descubriéndose,
olisqueándose donde crece una flor viva
y la sed abreva en pozos y estalactitas íntimas.
Aquí hueles a cardumen y médanos tibios,
aquí rezuma un dulzor que extiende su espesura
y se derrama como ofrenda en la planicie esférica del vientre.
Movimiento miscible. Desgarradura de velámenes.
Yo oigo el ir y venir del tiempo en su marea,
dejándome ir me encuentro conmigo en lo que abrasa
- entraña henchida de goce y soledades-
y entre un latido y otro
acezante
la infinitud de la pequeña muerte. 

Javier Sánchez Durán




LA TARDE

Ululan los colores esta tarde
mientras brillan especialmente el azul inmenso
y el rojo nacarado del sol que se desangra.
Para ´ti y para mí, para nosotros,
se deshace la tarde en elogios
y erupcionan vaporosos los amores
y los silencios murmurados.
Nos invitan los sonidos del crepúsculo
a la fiesta de los tactos,
a bailar con nuestros ojos
y mirar con nuestros dedos
las delicadas geografías de nuestros cuerpos
y llevar hasta el límite
la proclividad aventurera de nuestros labios.
Alejarnos y acercarnos con persistencia repetida
con vocación de olas espumosas que se quiebran en la roca.

19 mayo 2016

Carmen Maroto




Diremos algo
para fingir que ya no sentimos
como entonces,
que las palabras arrastran arenas
de playas
que desaparecieron del mapa,
diremos
que el amor juega
con nuestras pertenencias
y que sobran los deslices
los portazos
y las jugadas.
Diremos discursos
a un amor que se ciña
a los parámetros
de nuestros tiempos,
un amor que no sude
que no tiemble,
un amor
que no nos mueva del refugio
miserable
de nuestros miedos.




RAFAEL ALBERTI







A PABLO NERUDA, CON CHILE EN EL CORAZÓN
.
No dormireis, malditos de la espada,
cuervos nocturnos de sangrientas uñas,
tristes cobardes de las sombras tristes,
violadores de muertos.
.
No dormireis.
.
Su noble canto, su pasión abierta,
su estatura más alta que las cumbres,
con el cántico libre de su pueblo
os ahogarán un día.
.
No dormireis.
.
Venid a ver su casa asesinada,
la miseria fecal de vuestro odio,
su inmenso corazón pisoteado,
su pura mano herida.
.
No dormireis.
.
No dormireis porque ninguno duerme.
No dormireis porque su luz os ciega.
No dormireis porque la muerte es solo
vuestra victoria.
.
No dormireis jamás porque estais muertos. 

18 mayo 2016

Nana Schmith







Palabras
tan solo ...palabras,
a veces habladas,
a veces...escritas,
a veces amantes, y
a veces...malditas.
Palabras
que anuncian...
futuros inciertos
que en ocasiones,
se las lleva el viento.
Si quedan, se clavan
con tal ironía,
que de ser amables,
matan alegrías
A veces te sirven,
para hacer amigos,
y otras tantas veces...
crean enemigos.
Por eso...
es mejor, no decir palabra,
callar... la omisión,
a veces te salva
Pero...
el ser humano, emite palabras.

Vicente Huidobro


Para llorar
    Es para llorar que buscamos nuestros ojos
    Para sostener nuestras lágrimas allá arriba
    En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas
    Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día
    Y sobre nuestra memoria de carne
    Es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada.

    Junto a la novia
    Escondemos nuestra voz de todas las noches
    Porque acarreamos la desgracia
    Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras
    Respiramos más suavemente que el cielo en el molino
    Tenemos miedo.

    Nuestro cuerpo cruje en el silencio
    Como el esqueleto en el aniversario de su muerte
    Es para llorar que buscamos palabras en el corazón
    En el fondo del viento que hincha nuestro pecho
    En el milagro del viento lleno de nuestras palabras.

    La muerte está atornillada a la vida
    Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
    Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
    Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
    Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
    El viento abre los ojos de los ciegos
    Es para llorar para llorar.

    Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces
    Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras
    Paloma de nube y de noche
    De nube en nube y de noche en noche
    Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro
    Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido.

    Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios
    Es para poder llorar, es para poder llorar
    Porque las lágrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde.

    Es para llorar que la vida es tan corta
    Es para llorar que la vida es tan larga.

    El alma salta de nuestro cuerpo
    Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes
    La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles
    La noche llega a paso de montaña
    Sobre el piano donde el árbol brota
    Con sus mercancías y sus signos amargos
    Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo
    La ciudad cae en el saco de la noche
    Desvestida de gloria y de prodigios
    El mar abre y cierra su puerta
    Es para llorar para llorar
    Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino.

    Es para llorar que buscamos la cuna de la luz
    Y la cabellera ardiente de la dicha
    Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma
    Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes
    En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana.

    Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia
    Y que no apagamos el fuego del cerebro.

    Es para llorar que la muerte es tan rápida
    Es para llorar que la muerte es tan lenta.

17 mayo 2016

Angel Petisme





VELAS SOBRE EL TIGRIS
El día de Zacarías en Bagdad
encendemos velas y las colocamos
flotando sobre el Tigris,
pensamos un deseo.
No tenemos nada
salvo la guerra sobre nuestros hombros,
es cierto Ahmed, 
como abejas sin néctar.
Pero volverán días buenos,  
te casarás, tocarás la belleza,                   
y acunarás otra vida en tus brazos
con las promesas de la felicidad.      
Los puentes del río, las nubes
del Caspio que venían
untando el mar y recogían velas.
Había peces y amor en su profundidad,
era tan hermoso,
las mujeres arrojaban pescado a las gaviotas.
Y ahora este sudario de humo,                         
el insomnio de los escorpiones.
Ahmed, el mundo que da miedo acabará.
Los tanques, los disparos,
las hélices siempre allá arriba.
Sé lo que piensas:
Si no luchas por tus sueños
es que no los mereces.
Vendrán días mejores,
pase lo que pase, no pierdas tu inocencia, le digo.
¿Quién sabe si un día volverá a sonreír?



Ana García Briones






Aquel día
recogí todas las flores
todos los perfumes
del aire.
Quería sembrar
de aromas
mis espacios
llenar el silencio
de esencias.
Quería regalarme
la vida.
Aquella mañana
en el atardecer
de aquel lugar
bailé entre campos
de amapolas
con la poesía.

Del libro: Partos de Luz

16 mayo 2016

-Sara Zapata-









-Regresar-

Sentirse muerta sin estarlo
percibir el mundo que la rodea
como un frío y silencioso ataud
en el que ya nada
el que ya nadie.
Caminar muerta entre los vivos
sentirse sombra
agua estancada
eco sin voz.
Y allá, en el país de los muertos
donde la estación no cambia
y sólo pasean recuerdos
se abre paso un rayo de luz
directo a su pelo,
un rayo que todo lo cambia.
La vida vuelve
siempre vuelve
porque sólo los muertos de verdad
saben ser muertos.


Ángel Cornago Sánchez.



HUELLAS


Las huellas se desdibujan con la lluvia.
Historia indolente
del destino autómata dirigido a la nada.
Los seres grabados de cicatrices,
heridas abiertas y sus cargas,
con actitud dominante
creemos saber a dónde vamos.

Sobre el camino:
huella sobre huella
profanando historias y lugares sagrados,
iconos y símbolos,
difuminando
el rastro ausente de que fuimos.

La lluvia arrecia
y el camino se convierte en torrentera.
Después viene la calma.
Las huellas del pasado
ya no existen.
Comienza otro presente
con otros caminantes
que dejan la señal de sus sandalias
y sus estigmas,
que hollarán otras huellas venideras,
para después ser borradas por la nada.


De mi poemario: "El mundo en el que habito". Eds. Trabe.