- OTOÑO
En tu lento caminar
de pisadas indecisas,
recorres los bosques
de hojas caducas.
El suelo, como alfombra
de colores, limpia tus pies
con el rocío de una noche
intensa y húmeda.
Los gritos se oyen en la lejanía,
o ¡tal vez es el eco!
de la voces sin dueño,
que quedaron impregnadas
en los árboles de antaño.
Hoy, sin motivo aparente
le han dado alas a las hojas de otoño.
En su vibrar, recogen los sonidos
del alma de aquellos que ya no están.
¡Los ausentes!.
Verás,
mírame a la cara
y entiende de una vez,
que no me rozas ,
que no
salpicas mi piel.
...
Que la vida va por otro camino
y ese a mi lado
no lo vas a recorrer,
que por fin me vi en el espejo
y no es tu reflejo el
que mi lado quiero ver.
Que me cansé de escucharte,
que me cansé de
ofrecer la otra mejilla,
una y otra y otra vez…
Que no…,
que no…,
que a tu lado no quiero crecer.
Verás,
mírame a la cara
y entiende de una vez,
que no me rozas ,
que no salpicas mi piel.
...
Que la vida va por otro camino
y ese a mi lado no lo vas a recorrer,
que por fin me vi en el espejo
y no es tu reflejo el que mi lado quiero ver.
Que me cansé de escucharte,
que me cansé de ofrecer la otra mejilla,
una y otra y otra vez…
Que no…,
que no…,
que a tu lado no quiero crecer.
y entiende de una vez,
que no me rozas ,
que no salpicas mi piel.
...
Que la vida va por otro camino
y ese a mi lado no lo vas a recorrer,
que por fin me vi en el espejo
y no es tu reflejo el que mi lado quiero ver.
Que me cansé de escucharte,
que me cansé de ofrecer la otra mejilla,
una y otra y otra vez…
Que no…,
que no…,
que a tu lado no quiero crecer.