29 mayo 2015

Jose Hierro



Cae el sol



Perdóname. No volverá a ocurrir.
Ahora quisiera
meditar, recogerme, olvidar: ser
hoja de olvido y soledad.
Hubiera sido necesario el viento
que esparce las escamas del otoño
con rumor y color.
Hubiera sido necesario el viento.

Hablo con humildad,
con la desilusión, la gratitud
de quien vivió de la limosna de la vida.
Con la tristeza de quien busca
una pobre verdad en que apoyarse y descansar.
La limosna fue hermosa -seres, sueños, sucesos, amor-,
don gratuito, porque nada merecí.
¡Y la verdad! ¡Y la verdad!
Buscada a golpes, en los seres,
hiriéndolos e hiriéndome;
hurgada en las palabras;
cavada en lo profundo de los hechos
-mínimos, gigantescos, qué más da:
después de todo, nadie sabe
qué es lo pequeño y qué lo enorme;
grande puede llamarse a una cereza
( "hoy se caen solas las cerezas",
me dijeron un día, y yo sé por qué fue ),
pequeño puede ser un monte,
el universo y el amor.
Se me había olvidado algo
que había sucedido.
Algo de lo que yo me arrepentía
o, tal vez, me jactaba.
Algo que debió ser de otra manera.
Algo que era importante
porque pertenecía a mi vida: era mi vida.
(Perdóname si considero importante mi vida:
es todo lo que tengo, lo que tuve;
hace ya mucho tiempo, yo la habría vivido
a oscuras, sin lengua, sin oídos, sin manos,
colgado en el vacío,
sin esperanza.)
Pero se me ha borrado
la historia (la nostalgia)
y no tengo proyectos
para mañana, ni siquiera creo
que exista ese mañana (la esperanza).
Ando por el presente
y no vivo el presente
(la plenitud en el dolor y la alegría).
Parezco un desterrado
que ha olvidado hasta el nombre de su patria,
su situación precisa, los caminos
que conducen a ella.
Perdóname que necesite
averiguar su sitio exacto.
Y cuando sepa dónde la perdí,
quiero ofrecerte mi destierro, lo que vale
tanto como la vida para mí, que es su sentido.
Y entonces, triste, pero firme,
perdóname, te ofreceré una vida
ya sin demonio ni alucinaciones.


De "Libro de las alucinaciones" 1964

Consu Jimenez






PENSANDO EN TI


Hay caricia,
en la oscuridad de la noche,
en la cercanía.
Susurros entredormidos,
que cortan el silencio.
Ojos encarcelados,
por la rigidez de los años.
Cansancio.
Un despertar.
Entonces no estás.
Siento tus labios cerca.
Tan cerca que al abrir
los ojos te veo.
Te fuíste.

Pablo García Casado





por más que se extiendan las ciudades hasta juntarse 
unas con otras por más desengaños que el sexo la muerte 
o las oposiciones nos deparen quedarán siempre las afueras

la oscuridad de los polígonos industriales la ineficacia 
el ministerio de obras públicas por más que se empeñen 
colectivos ciudadanos asociaciones de vecinos seguirán

amaneciendo los restos del amor en las afueras 

Jorge Novak Stojsic Sarac.










dicen
que en las noches
de luna llena
del lago victoria

cuando resuena
la brutalidad hermosa
del agua cayendo

y se levantan
gotas minúsculas
flotando

aparece en el aire
el arco iris
de la medianoche

allí
me gustaría encontrarte
amor mío


28 mayo 2015

Jaime Sabines

Es la sombra del agua


Es la sombra del agua
y el eco de un suspiro,
rastro de una mirada,
memoria de una ausencia,
desnudo de mujer detrás de un vidrio.

Está encerrada, muerta -dedo
del corazón, ella es tu anillo-,
distante del misterio,
fácil como un niño.

Gotas de luz llenaron
ojos vacíos,
y un cuerpo de hojas y alas
se fue al rocío.

Tómala con los ojos,
llénala ahora, amor mío.
Es tuya como de nadie,
tuya como el suicidio.

Piedras que hundí en el aire,
maderas que ahogué en el río,
ved mi corazón flotando
sobre su cuerpo sencillo.


Alicia Millán










la nieve me cae encima
se deshace, no se posa

-no puedo ser un tejado-
será porque él me dijo
tienes el cuerpo blanco

y caliente



A.M. "poemas sin lugar"

Anni B Sweet - Let's have a picnic

Vicente Aleixandre,




JUVENTUD

Estancia soleada:

¿Adónde vas, mirada?

A estas paredes blancas,

clausura de esperanza.

Paredes, techo, suelo:

gajo prieto de tiempo.

Cerrado en él, mi cuerpo.

Mi cuerpo, vida, esbelto.

Se le caerán un día

límites. ¡Qué divina

desnudez! Peregrina

luz. ¡Alegría, alegría!

Pero estarán cerrados

los ojos. Derribados

paredones. Al raso,

luceros clausurados.

Brenda Lopez Soler







Paseo el viejo Albaicín.
Y su antigua serenidad de pájaros de calles estrechas.
Del jazmín a la rosa.
De la mano al grito.

Este latir del agua.
Donde estalla la vida.

- El eco de tus pasos -

27 mayo 2015

Ana García Briones





Mis pulmones se abren
en la alegría de los niños,
en los ríos de las sonrisas,
en las luces del campo
donde el verde
y el olor a jara

visitan este poema.



Del libro: Partos de Luz.

Jordi Matamoros Sánchez,




Abren la puerta de golpe,
el encierro me enloquece.
Corro como un poseso
creyendo que es libertad.
Tiemblo cuando los veo,
miles de ojos mirar.
Sufro la humillación. Vienen con sus caballos,
me lancean sin compasión.
El suelo se empapa en sangre,
sufro por mi dolor.
Ellos, mis asesinos,
gritan por diversión
Caigo herido de muerte.
Veo, mientras me muero,
como alzan al “gran torero”. 

Felipe Benítez Reyes,


VALOR DEL PASADO

Hay algo de inexacto en los recuerdos:

una línea difusa que es de sombra,

de error favorecido.

Y si la vida

en algo está cifrada,

es en esos recuerdos

precisamente desvaídos,

quizás remodelados por el tiempo

con un arte que implica ficción, pues verdadera

no puede ser la vida recordada.





Y sin embargo

a ese engaño debemos lo que al fin

será la vida cierta, y a ese engaño

debemos ya lo mismo que a la vida.




GABRIELA MISTRAL




Adiós


En COSTA lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
sin decir adiós.
Y no fue verdad
la alucinación.
Ni tu la creiste
ni la creo yo,
"y es cierto y no es cierto"
como en la canción.

Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
Vamos hacia el mar
que devora al Sol.

Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
Vamos a ver juntos
donde se hace el Sol.

Ni por juego digas
o exageración
que nos separaron
tierra y mar, que son
ella, sueño y él
alucinacion.

No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador.
Echarás la sombra
que siempre se echo,
morderás la duna
con paso de dos...

Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!

Teresa Torres






AZUL


Hoy he recordado
todos los hombres que te habitan,
cuando vagando por mis costas
violaban mis equilibrios,
y yo, entregada, ciega, insensata,
desnuda como una ola,
en todas sus manos
balanceaba -cerrando los ojos-
lenta y azul, mi conciencia.

26 mayo 2015

Angela Botero



ALGUNA VEZ ME ENCONTRE

UNA NIÑA PEQUEÑA,

QUE MIRABA SIN

DETENERSE, FIJAMENTE,

SUS ZAPATOS DE CHAROL,

COMO SI VIERA EN ELLOS

SU ROSTRO REFLEJADO.

ELLA ME DIJO:

POR QUE NO TENGO ALAS?

CLARO QUE LAS TIENES,

RESPONDI. SOLO QUE SON

PEQUEÑAS, ESTAN EN TU

ESPALDA Y POR ESO

TU NO LAS VES.

TE EQUIVOCAS, DIJO,

SI YO TUVIERA ALAS,

LAS TENDRIA

EN MIS PIES.









CARLOS BOZALONGO





AHORA QUE YA SABEMOS


Ahora que ya sabemos
Que el bosque es necesario
Que es precisa la hoja
Que es necesaria la manzana
Ahora que ya sabemos
Que el dinero no alimenta
Ahora que ya sabemos que el trabajo
No es lo mismo que el oficio
Ahora que ya sabemos
Quién se queda el beneficio
Ahora que ya sabemos que los vampiros
Ven su rostro en los espejos y toman
El sol sin vergüenza
En paraísos fiscales
Ahora que ya sabemos que los pobres
Heredarán las deudas
Ahora que ya sabemos que es tan fácil
Creer en el mal de ojo como en las advertencias
De las autoridades sanitarias
Ahora que ya sabemos
Que los frentes populares
No pueden ganar unas elecciones
Sin que todo acabe
Pareciendo un accidente
Ahora que ya sabemos que los reyes
No son nuestros padres
Ni los padres de nuestros vecinos
Ahora que ya sabemos
Que el gobierno no quiere
Que los profesores hablemos
En exceso en nuestras clases
Ahora que ya sabemos que el hombre
Puede ser criado intensivamente
Gracias a los modernos
Barrios residenciales
Ahora que ya sabemos
Que Madre Patria
Son dos palabras
Irreconciliables
Ahora que ya sabemos cómo hacer
Que el deseo mate
Más que el deber cumplido
Ahora que ya sabemos
Que un crucifijo en la pared
Es un recordatorio / una amenaza para el que quiera
Montar el Cristo
Ahora que ya sabemos lo que espera
Al que desbarata los puestos del mercado
Ahora que ya sabemos
Que la Tierra tiene
Más colores que el mejor de los cielos
Ahora que ya sabemos
Dónde vive Dios
Ahora que conocemos
Dónde están las llaves de su casa
Ahora que ya sabemos que están hechas
De carbono
De hidrógeno y de oxígeno
Ahora que ya supimos
Lo que es el terror
Ahora que ya sabemos
Que es necesaria la hoja / que es precisa la manzana
Que la verdad es necesaria
Cuando la mentira
Ha perdido su valor
Que nos hace falta la poesía


Ahora sabemos
Lo que tú y yo hacemos en el bosque.

LUIS ROSALES



AUTOBIOGRAFÍA
Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.

Lluïsa Lladó









La marca del sedal.
Mañana será un día especial,
me bañaré con gel de argán
por el río árabe
de los ojos de mi hijo.

Atolondrada novia o novicia
colocando la seda fucsia
que engalanará mi cuerpo sin flores.

Tengo ausencias clavadas
en alfileres dentro de mi páncreas;
la familia no estará en su comitiva política
en ningún ángulo de la carpa,
si al caso la gulas de mi pena
carcomiendo la añoranza anguila
en esta vieja costumbre de amar sin carne.

Pensaré en vosotros, cuando sorba de un vaso,
o tosa mirando la ventana número cuarenta.

Esta noche, no tengo sueños,
y no son suficientes los halagos felinos.

No hay nada que sea tan importante
como el exilio de los poetas.

25 mayo 2015

Jose Lobo









En una plaza junto a indigentes
de una ciudad sin nombre,
nos encontramos una noche.
Me recordaba tanto a mí mismo
que sentí escalofríos.
Era un mes de noviembre

pero no como otro cualquiera
pues aquel solitario lobo
en esa madrugada de otoño
en la tierra halló su estrella.

Pablo Neruda





Con Quevedo, en primavera





Todo ha florecido en
estos campos, manzanos,
azules titubeantes, malezas amarillas,
y entre la hierba verde viven las amapolas.
El cielo inextinguible, el aire nuevo
de cada día, el tácito fulgor,
regalo de una extensa primavera.
Sólo no hay primavera en mi recinto.
Enfermedades, besos desquiciados,
como yedras de iglesia se pegaron
a las ventanas negras de mi vida
y el sólo amor no basta, ni el salvaje
y extenso aroma de la primavera.

Y para ti qué son en este ahora
la luz desenfrenada, el desarrollo
floral de la evidencia, el canto verde
de las verdes hojas, la presencia
del cielo con su copa de frescura?
Primavera exterior, no me atormentes,
desatando en mis brazos vino y nieve,
corola y ramo roto de pesares,
dame por hoy el sueño de las hojas
nocturnas, la noche en que se encuentran
los muertos, los metales, las raíces,
y tantas primaveras extinguidas
que despiertan en cada primavera.


Jorge Luis Borges






Al triste




Ahí está lo que fue: la terca espada
del sajón y su métrica de hierro,
los mares y las islas del destierro
del hijo de Laertes, la dorada
luna del persa y los sin fin jardines
de la filosofía y de la historia,
el oro sepulcral de la memoria
y en la sombra el olor de los jazmines.
Y nada de eso importa. El resignado
ejercicio del verso no te salva
ni las aguas del sueño ni la estrella
que en la arrasada noche olvida el alba.
Una sola mujer es tu cuidado,
igual a las demás, pero que es ella.


Ana Pérez Cañamares








Hay palabras que se van cerrando
como bares viejos
para abrir zapaterías. 

Palabras que nunca más pronunciaré
con naturalidad. Palabras que 
para siempre sólo serán citas.

Nunca viví dentro de la palabra
abuelo. Abuelo era el título de un cuento
escrito en otro idioma.

Madre fue una palabra temida y adorada
un tótem levantado en medio de La Mancha.

Padre un pasillo en el que nunca 
me detuve por mucho tiempo.

Palabras cerradas.
Juguetes de la infancia que ya

no se fabrican.

Juana Rosa Pita




Iríamos bordando los caminos
de sólidas canciones:
de inagotables luces
la eternidad nos sobreabunda

Y hay en este minuto tanto siglo
de mar contra silencio
a besos en la arena
que voy tejiendo sílabas sin rumbo

Brindo por la que alumbras
pasión de libertad que da a mis brazos:
tu sueño más distante
afluye en mi poema.


22 mayo 2015

Antonio Capilla Lomas

 






¡QUÉ DELIRIO DE COLORES!

No muy lejos de mi casa, en los pinos,
Hay una gran colonia de cotorras
Que, inquietas y chillonas,
Habitan en sus nidos
Como lindas marquesas
Confiadas y felices con su sino.

Fíjate ¡qué delirio de colores!:
Turquesas y amarillos,
Verdes y carmesíes... Las de colas
Largas y puntiagudas
Y verdes como su dorso deslumbran
Con el ocre pico y las patas glaucas.

¡Qué lindas están todas!
El pecho perlado, el plumaje verde,
Las alas azuladas...

Pero, escucha, Luita,
¡Qué algarabía!, ¿eh?
Sus chillidos sugieren
El chismorreo de tantas personas
Que no saben siquiera lo que dicen:

Cotorrá... cotorrá... cotorrá... ¿Ves?,
No es extraño que las llamen cotorras
¿Verdad, Luita?, ¡fíjate!:

Cotorrá… cotorrá…
¡Qué algarabía de locos!, ¿verdad?:

Bla, bla, bla... bla, bla, bla...
Y una vez y otra vez el mismo son:

Bla, bla, bla... bla, bla, bla...
Cotorrá, cotorrá… ¡COTORRÁ!... Vale.

Antonio Capilla, en LÚA, EDITORIAL LASTURA, Madrid, 2013
http://lavozquenadieapaga.blogspot.com.es/

GLORIA BOSCH MAZA




Barrio Chino







Viví la infancia en una planta baja


en pleno Barrio Chino


en medio de dulces y lecheras


interrogantes y ojeras.


Un gato negro se paseaba entre mis piernas


mientras yo, con un lápiz mordido,

jugaba con un poema.


Algunas tardes merendaban en casa


clientes diferentes


mendigos, prostitutas, travestidos


-buena gente-


otras, me sentaba en una silla baja


para ver como la vida, vestida de rojo,


se paseaba contoneándose por la acera.


Ahora vivo en un quinto sin ascensor


-he mejorado-


tengo palomas en la azotea


y un día invité a la vida a que subiera.






“Una llamada tuya bastará para sanarme” – Ed, Carena, 2003





Almudena Vidorreta Torres,



A veces, cuando estoy sola y bostezo,
no me tapo la boca con la mano
en señal de valiente atrevimiento
para que todo el mundo se dé cuenta
de que soy una mujer muy rebelde.
A veces, cuando nadie puede verme,
soy una sinvergüenza sin límites.



(Tintación, Editorial Eclipsados, 2006)

21 mayo 2015

Andrés Neuman







Iluminación





El alma existe.
                                Y huele
a sales y calor,
lleva un silbido impuro,
arde como la menta
y se pliega y se ciñe
a tu vientre.

-Luis Alberto de Cuenca-








Dile cosas bonitas a tu novia:
《Tienes un cuerpo de reloj de arena
y un alma de película de Hawks》
Díselo muy bajito, con tus labios
pegados a su oreja, sin que nadie
pueda escuchar lo que le estás diciendo
(A saber, que sus piernas son cohetes
dirigidos al centro de la tierra,
o que sus senos son la madriguera
de un cangrejo de mar, o que su espalda
es plata viva). Y cuando se lo crea
y comience a licuarse entre tus brazos,
no dudes ni un segundo:

Bebétela.

Brenda López Soler






lo que más me gusta de mí eres tú
me da igual lo que hagas
que vengas o que te vayas
lo que vivas
que poseas o que sueñes
lo que olvides
que te canses o que te asombres
lo que rias
que te asustes o te duermas
lo que busques
que mates o que mires
lo que goces
que te ocultes o que llores
lo que muestres
que camines o que entierres
lo que ames
que te des o que ignores
mi brutal egoismo.

20 mayo 2015

Abel Ochoa




Bésame a cambio de cualquier afrenta,
que en insomnio se volvió este deseo
tan febril, tan brutal, tan maniqueo.
Dame tus migajas, mi muerte es lenta

y mi corazón está lleno de hambre.
En este lúdico amor ya ganaste,
cierra la llaga que una vez curaste
y cómete este, ya añejado, fiambre

aunque sea por una noche negra
con persianas cerradas, que la luna
no vea estas dádivas en tribuna
mientras que este pobre ser se reintegra.

Me invento tu dulce boca rojiza
arrancándome con tirria mis ropas
pero me siento desnudo; en estopas,
sin libertad, cubierto por cenizas.

Abrázame por la espalda, si quieres,
luego clávame el puñal de la apatía.
Cuando Dios algún día te hizo mía
teniendo arriba tantos menesteres;

comprobantes, facturas, mil castigos,
yo acá jugándome la única vida
y mi corazón en otra guarida.
¡Contigo tuve todos los abrigos!

¿Para qué quiero dormir si te sueño?,
¿para qué beber si ya no me sacio?
(sólo con la fuente de tu palacio),
¿cómo ver con los ojos del desdeño?

¿Para qué vivir si muero? Quizás
otros maldigan este amor bendito,
¿cómo escuchar? si sólo te repito:
ne me quitte pas, ne me quitte pas…

Alejandra Pizarnik

REMINISCENCIAS 





y el tiempo estranguló mi estrella 
cuatro números giran insidiosos 
ennegreciendo las confituras 
y el tiempo estranguló mi estrella 
caminaba trillada sobre pozo oscuro 
los brillos lloraban a mis verdores 
y yo miraba y yo miraba         
y el tiempo estranguló mi estrella 
recordar tres rugidos de 
tiernas montañas y radios oscuras 
dos copas amarillas 
dos gargantas raspadas 
dos besos comunicantes de la visión de 
       una existencia a otra existencia 
dos promesas gimientes de 
       tremendas locuacidades ajenas 
dos promesas de no ser de sí ser de no ser 
dos sueños jugando la ronda del sino en 
      derredor de un cosmos de 
      champagne amarillo blanquecino 
dos miradas cerciorando la avidez de una 
      estrella chiquita 
y el tiempo estranguló mi estrella 
cuatro números ríen en volteretas desabridas 
 muere uno 
 nace uno 
y el tiempo estranguló mi estrella 
sones de nenúfares ardientes 
desconectan mis futuras sombras   
un vaho desconcertante rellena 
     mi soleado rincón 
   
  la sombra del sol tritura la 
     la esfinge de mi estrella 
las promesas se coagulan 
frente al signo de estrellas estranguladas 
y el tiempo estranguló mi estrella 
pero su esencia existirá 
en mi intemporal interior 


 brilla esencia de mi estrella!