28 febrero 2011

Martín Gringberg

POEMAS


1


La poesía no es un camino.


La vida tampoco.




Yo no sé si hay algo


detrás de la bruma


por nacer.




Yo mismo estoy yendo


detrás de la bruma


por nacer.






2


Pero nace:


con y sin espejos


y memoria


y el mar a veces


con y sin poemas


y luz


y sombra.





The Night of the Hunter-Tribute/Music Video

Miguel Hernandez,



En el mar halla el agua su paraíso ansiado
y el sudor su horizonte, su fragor, su plumaje.
El sudor es un árbol desbordante y salado,
un voraz oleaje.


Llega desde la edad del mundo más remota
a ofrecer a la tierra su copa sacudida,
a sustentar la sed y la sal gota a gota,
a iluminar la vida.


Hijo del movimiento, primo del sol, hermano
de la lágrima, deja rodando por las eras,
del abril al octubre, del invierno al verano,
áureas enredaderas.


Cuando los campesinos van por la madrugada
a favor de la esteva removiendo el reposo,
se visten una blusa silenciosa y dorada
de sudor silencioso.


Vestidura de oro de los trabajadores,
adorno de las manos como de las pupilas.
Por la atmósfera esparce sus fecundos olores
una lluvia de axilas.


El sabor de la tierra se enriquece y madura:
caen los copos del llanto laborioso y oliente,
maná de los varones y de la agricultura,
bebida de mi frente.


Los que no habéis sudado jamás, los que andáis yertos
en el ocio sin brazos, sin música, sin poros,
no usaréis la corona de los poros abiertos
ni el poder de los toros.


Viviréis maloliendo, moriréis apagados:
la encendida hermosura reside en los talones
de los cuerpos que mueven sus miembros trabajados
como constelaciones.


Entregad al trabajo, compañeros, las frentes:
que el sudor, con su espada de sabrosos cristales,
con sus lentos diluvios, os hará transparentes,
venturosos, iguales.

Foto de Isidoro Beltrán Sánchez

EL BARRIO - Andalucia

NO MAS VIOLENCIA MACHISTA,


Teléfono de ayuda 016

JOAN MARGARIT


LOS OJOS DEL RETROVISOR

Los dos nos hemos ido acostumbrando,
Joana, a que esta lentitud,
cuando, al bajar del coche, apoyas las muletas,
despierte a los cláxones y su insulto abstracto.


Me hace feliz tu compañía,
la sonrisa de un cuerpo tan lejano
de lo que siempre se llamó belleza,
la penosa belleza, tan distante.
La he cambiado por la seducción
de la ternura iluminando el hueco
que la razón dejó en tu rostro.
Y, si me miro en el retrovisor,
veo unos ojos que no reconozco,
pues brilla en ellos el amor dejado
por las miradas, y la luz, la sombra
de todo cuanto he visto,
y la paz que me da tu lentitud,
que está dentro de mí.
Tan grande es su riqueza
que no parecen míos los ojos del espejo

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26 febrero 2011

The Beatles - Yesterday

Pablo Neruda,


DESNUDA


Desnuda eres tan simple como una de tus manos:
lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente.
Tienes líneas de luna, caminos de manzana.








Desnuda eres azul como la noche en Cuba:
tienes enredaderas y estrellas en el pelo.
Desnuda eres redonda y amarilla
como el verano en una iglesia de oro.


Desnuda eres pequeña como una de tus uñas:
curva, sutil, rosada hasta que nace el día
y te metes en el subterráneo del mundo


como en un largo túnel de trajes y trabajos:
tu claridad se apaga, se viste, se deshoja
y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.










ERES TODA DE ESPUMAS...


Eres toda de espumas delgadas y ligeras
y te cruzan los besos y te riegan los días.
Mi gesto, mi ansiedad cuelgan de tu mirada.
Vaso de resonancias y de estrellas cautivas.
Estoy cansado, todas las hojas caen, mueren.
Caen, mueren los pájaros. Caen, mueren las vidas.


Cansado, estoy cansado. Ven, anhélame, víbrame.
Oh, mi pobre ilusión, mi guirnalda encendida!
El ansia cae, muere. Cae, muere el deseo.
Caen, mueren las llamas en la noche infinita.


Fogonazo de luces, paloma de gredas rubias,
líbrame de esta noche que acosa y aniquila.


Sumérgeme en tu nido de vértigo y caricia.
Anhélame, retiéneme.
La embriaguez a ]a sombra florida de tus ojos,
las caídas, los triunfos, los saltos de la fiebre.
Ámame, ámame, ámame.
De pie te grito! Quiéreme.
Rompo mi voz gritándote y hago horarios de fuego
en la noche preñada de estrellas y lebreles.
Rompo mi voz y grito. Mujer, ámame, anhélame.
Mi voz arde en los vientos, mi voz que cae y muere.


Cansado. Estoy cansado. Huye. Aléjate. Extínguete.
No aprisiones mi estéril cabeza entre tus manos.
Que me crucen la frente los látigos del hielo.
Que mi inquietud se azote Con los vientos atlánticos.
Huye, Aléjate. Extínguete. Mi alma debe estar sola.
Debe crucificarse, hacerse astillas, rodar,
verterse, contaminarse sola,
abierta a la marea de los llantos,
ardiendo en el ciclón de las furias,
erguida entre los cerros y los pájaros,
aniquilarse, exterminarse sola,
abandonada y única como un faro de espanto.

Alejandra pizarnik


Tu voz


Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema.
Rehén de tu dulce voz
petrificada en mi memoria.
Pájaro asido a su fuga.
Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo
para que nunca despierte.

25 febrero 2011

Laura Caro Pardo



La vida estando muerto


Ese señor que mira el mundo
con cara amargada
y expresión nauseabunda,
con los ojos hundidos
en una grieta de odio
de profundas raíces,
con las manos cerradas
en un puño agresivo...
no sabe que está muerto
desde hace mucho tiempo,
pero yo sí.

Por eso le devuelvo
una sonrisa de esperanza
cuando me escupe
sus letras contenidas
y pienso que me alegro
de creer aún en los milagros
aunque pertenezca a una especie
en absoluta extinción.


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ANA GORRÍA


Umbilical

Para Elena y Alejandra

Estación transparente resuelta en luz y herida,

Lento espacio sin voz
abriéndose a la tierra.

Canción hasta el dolor, sueño de cal:
ardiendo
qué hilo no nos separa de la nada.








IVONNE SÁNCHEZ BAREA



Bio-bibliograría


Ivonne Sánchez Barea. Española, nace en Nueva York en 1955, estudia en Colombia, Francia y Arte en España.


Poeta y artista multidisciplinar, versátil y cosmogónica, con más de 50 exposiciones Individuales y Colectivas realizadas en ámbitos Nacionales e Internacionales, entre las que destacan: OEI - Madrid 1994, Lille - Capital Cultural 2004, Museo de Arte Moderno de Guatemala 2005, Planetario de Bogotá 2006 y 2007, entre otros. Catalogada como Artista Cuántica, investiga constantemente en conceptos: espacio - tiempo, creando y recreando, desde las formas y en lenguajes altamente simbólicos que van desde el trazo lineal/ espacial, jugando siempre con la luz y el cromatismo. Su poética libre y a la vez enlazada con las expresiones en el espacio, definen viajes desde el inconciente, el principio de la incertidumbre, transitando la espiritualidad, el azar y trascendencia de la palabra bajo la observación y análisis desde su visión existencial.


Bajo seudónimo, publica poemarios: “Umbrales” en 1984, con la cooperación de la Embajada de Colombia en España, “Lo que las flores confiesan” en 1994, el Ayuntamiento de Cájar, Granada el libro “Un Todo” en el 2006. Colabora con otro tipo de artículos y publicaciones, artísticas, científicas y literarias. Gana premios escultóricos y literarios. En la actualidad participa en encuentros poéticos, es miembro fundador de la Asociación Cultural Granada13artes, Asociación A.VE.CA, y asesora para investigación de la Academia Nacional de Medicina de Colombia.




- Miembro Asosición Espejo (Alicante)


- Premio Internacional de Poesía - Mujeres Poetas Internacional (2010)


- Latin Heritage Foundation (2010)


- Incluida en la Cátedra Miguel Delibes (está en proceso de inclusión)






http://www.ivonne-art.com/






SIEGA DE UN ADIÓS





En un adiós de distantes ayeres,
se halló el libro abierto,
hojas con alas de vuelos.


En un adiós de distantes encuentros,
poseídas yemas sobre las sombras,
perfiladas orillas de los cuadernos.


En un adiós de sellos abiertos,
paginar con números los recodos,
horizontales escritos son los verbos.


***


Envejeció mi sangre de repente,
vi los surcos en mudos pasos
de mi entierro,
besé la húmeda tierra en el encuentro.


Desperté de pronto y como muerta,
un duelo cascabel quebró mi vida,
de repente, mi sangre quedó helada
al pie de mi cadáver y mi féretro.

Ernesto Cardenal,




(Corn Island)



El agua de South


West Bay es másazul que el cielo

pero tus ojos son

más azules que


south west bay


Y en las cuevas de

(...)


han llegado ya


las lluvias de mayo,


han vuelto a florecer


los malinches colorados


Y el camino del


Diriá está alegre


lleno de charcos;


pero ya vos


no estás conmigo



Pablo Milanes El Amor de mi Vida

24 febrero 2011

Poetas Andaluces, Canción tonta, Federico García Lorca,

Begoña Abad,



Besos en salsa verde.


Un día te hiciste mayor.
Lo supe porque dejaste de venir
a acurrucarte a mi lado
los domingos por la mañana.
Dejaste de buscar el calor
de mi costado
y mi mano distraída
haciéndote dibujos en el pelo.
Dejaste de pedir que te contara
cómo eras de pequeño
y cómo era yo y cómo tu abuelo
y apareciste, sabio ya.
Todo lo sabías en esa mañana triste.
Me costó acostumbrarme
a verte aparecer en la cocina
con el ceño fruncido, silencioso.
Tuve que aprender a quererte de nuevo,
también así, distante y gris.
Aprender que sólo era un baile de disfraces
en el que me tocaba adivinar
de qué ibas vestido,
pero sabiendo que siempre
detrás estabas tú,
igual que tú esperabas
que yo estuviera siempre
esperando, sin disfraz.

Antonio de Padua Diaz,





Aguardándote

Sobre la noche
cae la luna naranja de octubre
y solo estoy con tu no presencia en mis hombros,
con tanto amor a distancia
perturbado por la mar cercana,
a la guarda del consuelo ante el encuentro escrito
y tus besos en papel verjurado de dos gramos,
tu tarjeta de visita castellana,
la palabra sugerida por tus cálidas manos.



Del poemario Santuario Azul




se muestra la imagen tal como aparece en: lady1710.wordpress.com/.../

Ángela Botero



Poemas


Y claro!
Todo pasa,
pero
por que sera
que lo que pasa
es menos
de lo que
queda.



Ocurre que
eres
como un dia
esplendoroso
pero
por la noche.



Si supieras
como necesito
ese dormir
siete horas
junto a ti.

Con Sentido. 1995









NO MAS VIOLENCIA MACHISTA

Luis Felipe Comendador,



conviene distraerse un poco


Porque da igual el mes del calendario
o el día de la semana
y salir o quedarse en la cocina
con unas aceitunas,
porque no tiene caso enfadarse o reír tanto
que te duela la cara o los nudillos,
porque se caen las horas
y mi cuerpo regula solo su adrenalina,
porque al final de todo
el dinero resuelve
pone y quita,
porque me da la gana
o ni siquiera por eso,
porque estando sentado
pasa el mundo y sus cosas
como un telediario o un concurso grotesco,
porque me duele a veces
ser como soy
pero me olvido,
porque si digo basta
es que ya no hay salida,
porque hace calor,
porque estoy viejo,
porque ya ni pensar me sirve
ni aún sirviendo...


Porque soy,
siempre fui,
subjuntivo o pasado...


¡Qué desastre!



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23 febrero 2011

Luis Cernuda,



Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma…
De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
quieto en ángulo oscuro,
buscaba en ti, encendida guirnalda,
mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
y en ti los vislumbraba,
naturales y exactos, también libres y fieles,
a semejanza mía,
a semejanza tuya, eterna soledad.
Me perdí luego por la tierra injusta
como quien busca amigos o ignorados amantes;
diverso con el mundo,
fui luz serena y anhelo desbocado,
y en la lluvia sombría o en el sol evidente
quería una verdad que a ti te traicionase,
olvidando en mi afán
cómo las alas fugitivas su propia nube crean.
Y al velarse a mis ojos
con nubes sobre nubes de otoño desborda
dola luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
te negué por bien poco;
por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
por quietas amistades de sillón y de gesto,
por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
por los viejos placeres prohibidos
como los permitidos nauseabundos,
útiles solamente para el elegante salón susurrado,
en bocas de mentira y palabras de hielo.
Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
que yo fui,
que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
limpios de otro deseo,
el sol, mi dios, la noche rumorosa,
la lluvia, intimidad de siempre,
el bosque y su alentar pagano,
el mar, el mar como su nombre hermoso;
y sobre todo ellos,
cuerpo oscuro y esbelto
te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
y tú me das fuerza y debilidad
como el ave cansada los brazos de la piedra.
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
y erguido desde cuna vigilante
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo
a los hombres,
por quienes vivo, aún cuando no los vea;
y así, lejos de ellos,
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
roncas y violentas como el mar, mi morada,
puras ante la espera de una revolución ardiente
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.
Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?
Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.


Foto de: Luis Alberto Sorzini

NO MAS VIOLENCIA MACHISTA,

Dante Medina,



Estando en casa de viaje




Todo viaje,
me dijo Amy en la cama
después de hacer el amor,tiene un fin.




¿ Y el fin de nuestro viaje,
cuál fue ?, le dije.




Acabas de preguntarme la respuesta,
me dijo,
y sacó de entre las sábanas
dos voletos de avión :




sus senos.




sobra decir que me instalé en primera clase,
y seguí viajando.








Foto publicada en :Olhar Lascivo

La caída - by Agustín Calvo Galán

22 febrero 2011

Fernando Sabido,






ERES SÓLO UN VERSO


Eres sólo un verso de mi poema más maldito
donde esperas impaciente el golpe del rayo
para nacer en un acorde a ras de suelo
o amarme de memoria
cuando broten de mi orfandad las lágrimas


Eres sólo un verso hasta que me reclame el tiempo
un eclipse de nubes que ciega los ojos
cuando se encuentran las miradas
y arrojas al vacío las palabras estériles
que supura la muerte


Para enterrar los oscuros mensajes del amor

JUAN ANTONIO BERNIER



AMANECE EN EL BOSQUE


Me acerco hasta la puerta. El aire es frío
como el gélido lienzo de una cama vacía
y, aún conmocionado, lo acojo quedamente.


Hay pájaros cantando que, invisibles,
reclaman la atención hacia las hojas
que el bosque solicita. A ras de suelo
lo roza una neblina sin raíces.


Procuro no pensar. Quisiera devolverle
la familiar mirada con que el bosque nos mira.


Atento a lo contiguo, observo -me demoro-
la neblina inconsciente.


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ADRIANA SERLIK,


He salido hace días


y no he vuelto.


Me espero en todas las estaciones


en cada una de las esquinas de las calles


entre los negocios


en la parada de los autobuses


pero no llego.

No sé dónde hallarme


a quién preguntar por mí


quién me habrá visto ayer


o antes de ayer


o la semana pasada.


¿Quién puede darme datos sobre esa que soy


y no encuentro?


A ésta no la quiero


trato de destriparla


pero nada obtengo.




Tengo que seguir buscando


y mientras tanto


soportar


sus debilidades,


sus malas posturas


porque la otra no llega,


no me trae sus fuerzas


su caminar tranquilo.


Es un desdoblamiento de mi ser


y acepto


este grado de locura.


¿Quién soy,


quién es la que camina llorando por la calle


que no resiste la mirada


o el silencio?


¿Quién es esta mujer


que no socorre el tiempo?


Lo deja pasar sin respirar,


se angustia frente al retorno,


no sabe vivir el sol o la luna.


¿Cuándo podré recobrarla?


Esta hace una vida normal.


Se levanta todos los días


a las siete de la mañana


va a trabajar


se lava los dientes


desayuna


saluda al jefe


lee las galeradas de Minerva


recoge alguna palabra mal escrita


recibe una carta.


Es una persona normal,


se levanta a las siete


va a trabajar


y cuando sale...


el grito se acomoda en la garganta.


Se levanta a las siete


se lava los dientes


toma el metro


llega a la oficina,


el grito va instalándose...


—La libertad es como un grifo


abierto en la cabeza.


Busca en el diccionario.


—La libertad es...


Aquella otra que no está aquí


que espero todos los días,


en las esquinas de las calles


en la puerta de las estaciones


en la llamada telefónica


en la carta.


—La libertad es...


Un grito que no sale


que se hace nudo,


dolor,


silencio en la garganta.


que se hace...


Y no volverás


Si no te sigo buscando.








De “La silla de paja”

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