31 octubre 2014

Manuel Carrasco A Dúo Con Malú "Que Nadie"

Aurelio Gonzalez Ovies


A veces esta casa me entristece

cuando cae la noche.

Tus vestidos colgados en la percha,

esta silla con restos de tu cuerpo,

nuestra cama...

No sé por qué, amor mío, tengo el presentimiento

de estar amando en balde

o de comprarte un ramo de ahoras los fines de semana.

Vale más que dejemos de hacer nuestras las cosas,

de escribirnos las fechas

detrás de esos momentos en que somos felices,

de regalarnos libros.

Mismamente este cuarto me llena de abandono

cuando antes de dormir me das un beso

y me quedo mirando tus ojos que se apagan,

tus cuadros, esas fotos, tus zapatos mojados,

tu colección de botes de perfume.

Mismamente esta hora se me queda tan larga

cuando el tiempo es tan corto,

que empiezo a perder ya lo que aún no he perdido:

tu nombre pasajero, tus labios pasajeros,

tus collares, tus cartas, tus muñecas, tu sitio.

Del libro " LA HORA DE LAS GAVIOTAS "


Rafi Guerra


“POEMAS DEL METRO”
(Donde el tiempo se altera…)

“MASSARROJOS”




Sobre barandas
resbalando versos,
he parido en el metro.
El acústico me avisa
tu llegada,
la multitud queda
difuminada,
entre vías
mis dedos te reclaman,
hoy tus besos
saben a madrugada.
Rayas blancas
sobre pasos huecos,
nos acercan al espejo
de dos Almas,
su reflejo nos devuelve
el beso,
la caricia,
la calma,
y nos hace volver
nuestra mirada,
a la estación de metro
que parió el verso,
transformando
en poesía una parada.




© mm65 (Rafi Guerra)

Almudena Guzmán,





Veladamente...


Veladamente,
descorriendo pestillos,
ha llegado hasta mi cuarto
una pantera translúcida con la piel de diamante
que me morderá la nuca cuando menos lo espere.
Es el deseo.

Pedro Javier Martín Pedrós

LA VIDA


En la hormiga andante,
en el papel manchado,
en el inodoro limpio,
en la muerte viva,
duermo.

En la cama alborotada,
en la sangre envenenada,
en la mujer aplastada,
en la jaula cerrada,
canto.

En el paro laboral,
en la receta médica,
en la falta de alimento,
en el subconsciente,
como.

En el fuego apagado,
en el vicio traicionero,
en la lengua picada,
en la flauta obstruida,
lloro.

En el sueño,
en el canto,
en el alimento,
en el llanto,

vivo.


Del libro : Trozos de vida

Jorge Carroll





















La catedral de tu ausencia.




Estés donde estés.
Estés con quien estés.
Soy la Catedral de tu Ausencia. 

Santiago Bao


LOS TRUENOS DE LA MEMORIA
Yo también me distraje
camino de la escuela
medias hasta la rodilla
guardapolvo blanco
por una piedrita luminosa
por un brillo
que me hacía retornar
por la calle arbolada
de naranjos amargos.
Yo también sentí el desamparo
de cosas que todavía
no se habían ido del todo
y se incorporaron a las frías
sombras de los desvanes
o los sótanos umbríos
y ahora
se aglutinan reservadamente
para congregarse otra vez.
Yo también oigo los truenos
sobre el río de la memoria
y espero la lluvia
que disipará la última lágrima
sobre la gran Madre Tierra
abierta que desde siempre
aguarda.


SANTIAGO BAO
DESPLIEGUES  (selección)  (2007)
(Premio de Poesía Fondo Editorial Rionegrino)

Sara R. Gallardo





Ariadna


Jugabáis al escondite, a polis y cacos, a guerras de agua en verano. Era como un laberinto. Poco sabías de lo que ocurría fuera de aquellas calles que pateabas con las mallas azules del colegio, con aquellos playeros rojos y negros tan feos que a ti te gustaban tanto. Poco sabías del mundo, nada habías leído. Usabas las camisetas de segunda mano de tu prima, camisetas amarillas, con pequeños agujeros con los que te entretenías y que hacías más grandes.

Compartías el laberinto con más niños, pero no eran como tú. ¿Recuerdas aquella caseta blanca donde decías que se escondía el "hombre del pito"? Todo aquello era un juego. Os reíais tanto... ¿Recuerdas? Pero tú viste a niñas con las rodillas en carne viva, con los labios morados, con los ojos perdidos. Con las uñas sucias de tierra. Con sangre entre las piernas.

Mientras otras niñas, en otras ciudades, en otros lugares, en otros barrios, leían en el laberinto de sus abuelos o de sus padres. Leían a Melville o a Bram Stoker mientras tú veías en La 2 a Willy Fog y en las calles a aquellas niñas que se volvían locas.
 
Soltaste el hilo, por aquel entonces. Te perdiste en la casa de Asterión.

30 octubre 2014

Virginia Gawel


FRENTE AL ESPEJO

Yo, que comí la cáscara
por no merecer la pulpa.
Yo, que le creí a la culpa
y me escondí tras su máscara.
Yo, que me abofeteé y me dije
los más obscenos insultos,
que me negué a darme indultos

condenándome a estar triste.
Yo, que suicidé a mi anhelo
para lograr ser querido.
Yo, que me enemisté conmigo,
truncando todos mis vuelos
Yo, que me escupí en la cara,
abusador de mí mismo.
Yo, que complací al cinismo,
sobornando a quien me amara.
Yo: exigente y despiadado,
con nadie como conmigo.
Yo: mi más cruento enemigo,
mi juez y mi sentenciado......
me levanté esta mañana cansado de no quererme,
de apagarme, oscurecerme
(que mi luz no encandilara).Vi en el espejo mis ojos
mirándome en mi mirada,
tantas veces empañada
por mirarme con enojo...
Y me di ternura... Y vi,en ese rostro cansado
que me observaba extrañado,
lo bello de lo que fui:
me vi ante los que han sufridoamparando el desamparo.
Me vi veraz. Me vi honrado.
Me vi noble. Me vi erguido.Me vi alentando lo Hermoso.
Me vi reparando heridas.Con mi sangre agradecida
me supe ingenuo y gozoso.
Me vi venciendo al Abismo
sin mancha ni cicatriz...
y quise hacerme feliz
honrando que soy yo mismo.
Que soy franco, solidario.
Que soy leal y confiable,
y que cuando envainé mi sable
aposté a lo humanitario.
Sin autocompasión malsana,
fui piadoso ante mi pena,

y levanté mi condena...
como el que, amando, se ama.
Aprecié que, pese a todo,
pese al error y al acierto,
siempre elegí estar despierto,
sin sumergirme en el lodo.
Y mirando mi mirada
me pedí perdón, llorando.
Y, de mirarme mirando,
Amé a ése a quien miraba.
Quiero empezar a regarme,
fiel labriego de mí mismo,
porque no es egocentrismo
abrir mi Esencia y mostrarme.
Vine a Ser. Y eso decido:
dispongo abrirme a la Vida.
¡Ya basta de tanta herida,
siendo heridor... y el herido!
Declaro, en el día de hoy,
no una tregua: una Amistad.
Asumo la potestad
de respetar a quien soy.
Por todo lo que no fui,
y por lo que hice posible,
así: imperfecto y querible,
decido creer en mí.

Begoña Abad








Una sobredosis de dolor puede matar.
A veces volver a recordar es una sobredosis
y morir es lo menos terrible.

Del libro: Cómo aprender a volar

Esperanza Medina Martínez



CARTA ABIERTA

Dime que me calle
y yo,
que no pretendo otra cosa que tus ojos
enmudeceré dócil,
olvidaré los signos de las letras,
esconderé los lápices,
dedicaré mis manos a tareas
finitas, cotidianas…
Pero dime que vuele y te recree,
que preñe la palabra
de susurros, cosquillas, sensaciones…
de promesas, de lágrimas,
y dejaré
vacía mi despensa,
solitaria mi casa,
para que quepan dentro, sonrientes,
los nombres de los hombres
a los que nadie llama.
No sé cómo nombrarte,
pero sé que me escuchas,
que me hablas…
(situado justo frente a estas palabras). 

Malika El Bouzidi






CAMINANDO



Sobre la tierra voy caminando,
buscando el bueno camino
que me da la esperanza
en mi vida como una fuente.
Veo una luz en el horizonte
de una estrella en el cielo fulgente
en una noche oscura
con tinieblas
buscando la luz del día fragante.

Caminando en un bosque con follaje
lleno de árboles semejantes.
Escuchando el sonido del viento,
de la naturaleza como un
perseverante enamorado.

Caminando sobre la orilla del mar
buscando en la arena
huella perdida,
por el viento borrada.

Esteban Martínez Serra,




El cuerpo
Para hacerte oír o, quizá, oírte
hiciste del cuerpo un púlpito
y en él congregaste tantas voces
con los años…
Hablaron sin orden establecido
pero sin atropellos: el dolor, la ternura,
el miedo, la ira, la ilusión,
la otra que inventaste, la que te inventamos,
el sentimiento retórico, la rutina,
la que no supo qué decir, y la que
—en los espacios vacíos de las palabras—
lo dijo casi todo.
Ahora,
no te queda más que esta alma y está muda.

Amalia Bautista





A Dieta


Me acosté sin cenar, y aquella noche
soñé que te comía el corazón.
Supongo que sería por el hambre.
Mientras yo devoraba aquella fruta,
que era dulce y amarga al mismo tiempo,
tú me besabas con los labios fríos,
más fríos y más pálidos que nunca.
Supongo que sería por la muerte.

29 octubre 2014

Pedro Javier Martín Pedrós.









Creo en la magia que nace
de los besos
que
despiden las estrellas.



Del libro: Travesía interminable

Africa Eúfrates









El perro del llanto


Tú traías unos perros rabiosos en tus ojos
que miraban el mundo con miedo.


Me hablaste de que el invierno se agazapaba
tras las montañas del Este,
y que el camino del sol
le habría paso en días cada vez más cortos.


En mi casa las paredes son como muros,
siéntate, descansa.
¿No sabes que el invierno es más cruel
cuando huele el frío en la herida?.


La jauría comenzó a aullar al unísono
en tu garganta,
no se inmutó el fuego,
se recogió la habitación sobre nosotros
como un abrigo,
y los perros se convirtieron en un mar
que se escapaba
bajando por tu cuerpo de llanto.


Toda la noche se llenó el bosque,
la carretera y el pueblo
del grito salado de tu dolor.


Puse mi mano en tu pecho,
donde tú me decías que ahora
vivía un gran vacío.


Y sentí el latido dulce y lento
de mil primaveras por nacer.




Rafael Delgado,



NOCTURNO

Y nada más lejos que arrepentirse.
Una caricia no exime la razón.
Cabalga en ella el ser.
Culpable es quien ejecuta con culpa.

Victor Manuel Guzmán Villena,





Eres la esencia del universo

Traspaso las fronteras de mi corazón
cruzando por el umbral del tiempo
para buscarte en la inmensidad del universo
Me guía la música de las celestes esferas
para llegar hacia ti la más brillante estrella
donde una centella de la chispa divina
nos unirá en la eternidad
purificándonos en el sagrado fuego
para que tu esencia quede sellada a mí esencia
Seremos dos existencias consagradas
a adorarnos en el recinto de la tierra
donde materializaremos el mágico encuentro
de la liberación de nuestras almas

Benita Paredes




La madrugada quieta , me trajo hasta tu puerta

y tu cercanía lejana es reveladora,

es comosi al fin amaneciera en mis ojos,

todo tan claro, las verdades, el frío que se torna

en calor, los cuerpos semidesnudos, las almas vestidas
tu rostro en mi pecho, un suspiro de mi boca

y tu pelo en mis manos. . .

Esta alegría melancólica que ocupa todo

el espacio de mi ser me puede durar toda la vida

esa certeza de que más nunca se ira tu recuerdo

ni tu ternura, en instante y para siempre guardado

en mi alma.

28 octubre 2014

Alizee J'en Ai Marre subtitulada en español

Ana García Briones. Copyright ©








Mi boca busca tu mirada,
mis ojos se han quedado mudos
callados y perdidos
en un océano de palabras.

Mis manos tiemblan heladas
como las de una niña
esperando la lluvia
como una flor abierta al cielo
y a las nubes.

Mis pies vuelan  descalzos
resecos de flores ,
 sin alas a cada extremo
de la tristeza,
sin violines dulces
en un amanecer luminoso.




Ernesto Cardenal


El Oficio Nocturno

2 AM. Es la hora del Oficio Nocturno, y la iglesia
en penumbra parece que está llena de demonios.
Esta es la hora de las tinieblas y de las fiestas.
La hora de mis parrandas. Y regresa mi pasado.
'Y mi pecado está siempre delante de mí'
Y mientras recitamos los salmos, mis recuerdos
interfieren el rezo como radios y como roconolas.
Vuelven viejas escenas de cine, pesadillas, horas
solas en hoteles, bailes, viajes, besos, bares.
Y surgen rostros olvidados. Cosas siniestras.
Somoza asesinado sale de su mausoleo. (Con
Sehón, rey de lo amorreos, y Org, rey de Basán).
Las luces del 'Copacabana' rielando en el agua negra
del malecón, que mana de las cloacas de Managua.
Conversaciones absurdas de noches de borrachera
que se repiten y se repiten como un disco rayado.
Y los gritos de las ruletas, y las roconolas.'
Y mi pecado está siempre delante de mí'
Es la hora en que brillan las luces de los burdeles
y las cantinas. La casa de Caifás está llena de gente.
Las luces del palacio de Somoza están prendidas.
Es la hora en que se reúnen los Consejos de Guerra
y los técnicos en torturas bajan a las prisiones.
La hora de los policías secretos y de los espías,
cuando los ladrones y los adúlteros rondan las casas
y se ocultan los cadáveres. Un bulto cae al agua.
Es la hora en que los moribundos entran en agonía
La hora del sudor en el huerto, y de las tentaciones.
Afuera los primeros pájaros cantan tristes,
llamando al sol. Es la hora de las tinieblas.
Y la iglesia está helada, como llena de demonios,
mientras seguimos en la noche recitando los salmos.

Maria Magdalena Gabetta,




Ámame como soy
No pidas nada más.
No pidas que cambie.
No lo haré por vos.
No lo haré por nadie.
Ámame como soy,
soñadora incurable.
Te ofrezco amores nuevos.
Ganas de besar.
Entrega sin reparos.
Pensamientos buenos.
Caricias íntimas.
Sentimientos sinceros.
Almohadas compartidas,
café en la madrugada.
Amor sin límites.
Ámame sin cuestionarte
por la simple y loca sensación
que te produce el verme,
por la incontrolada punzada
que te revuelve el bajo vientre
al presentirme,
por el calor en tu nuca
al sentirme.
Ámame sin razones.
A cara limpia.
A frente descubierta.
A ojos sin celosías.
A corazón abierto.
Ámame así, de esa manera
alocada y sin problemas,
sencilla y sin traumas.
que así, de esa manera,
recibirás de mí,
lo que entregas.

Rafael Alberti

Si mi voz muriera en tierra



Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!


José Agustín Goytisolo

Me lo decía mi abuelito,
me lo decía mi papá,
me lo dijeron muchas veces
y lo olvidaba muchas más.
Trabaja niño no te pienses
que sin dinero vivirás.
Junta el esfuerzo y el ahorro
ábrete paso, ya verás,
como la vida te depara
buenos momentos. Te alzarás
sobre los pobres y mezquinos
que no han sabido descollar.

Me lo decía mi abuelito
me lo decía mi papá
me lo dijeron muchas veces
y lo olvidaba muchas más.
La vida es lucha despiadada
nadie te ayuda, así, no más,
y si tú solo no adelantas,
te irán dejando, atrás, atrás.
¡Anda muchacho y dale duro!
La tierra toda, el sol y el mar,
son para aquellos que han sabido
sentarse sobre los demás.

Me lo decía mi abuelito
me lo decía mi papá
me lo dijeron muchas veces
y lo he olvidado siempre más.

  

27 octubre 2014

Desde cuando - ALEJANDRO SANZ (Paraiso Express NUEVO álbum 2009)

Faustino Lobato.






No hay palabras.
Te descubrí al oeste
peinándole la luz.

Y cuando te miré
me molestaba el ruido
del sol y de los cielos
que enmarañaban todo.

Después,
mucho después, llegó el silencio.
Tus besos provocaban el silencio.
Tus ojos se me abrían.
Me abrían el secreto
de aquel cálido viento
del sur.
Sólo
del
sur.

Luis Felipe Comendador






Amante fiel

Si fueras el pecado y su tragedia,
quien aplica tortura
o simplemente firma los papeles,
si te fueras con otro
o compartieras cama
conmigo y otros hombres,
si fueras de una secta,
monjita de clausura o esclava del Diablo,
si huyeras de mis ojos
y arropases los tuyos
con una causa injusta,
si asesinases a tus padres
o incluso a nuestros hijos,
si mintieses en todo
o fueses tan sincera
que tu palabra hiriese
como daga o venablo.

Si levantases cada minuto
un falso testimonio
sobre mí...

te seguiría amando.


Eduardo Galeano




Los nadies



Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Teresa Torres.










Necesito cierta brisa que sostenga lo mortal
y que aun así
no deje de caminar por mi espalda
como un milagro.


24 octubre 2014

Kansas - Dust in the Wind Subtitulada

Marina Mariasch



dinner










Voy caminando por la calle a la noche
y siento el olor de las milanesas
que viene de las casas
Y miro adentro para ver cómo cocinan
o se sientan a la mesa
En una casa hay una araña
con una sola lamparita encendida
Miro las plantas de las casas
tratando de imaginar
a los que se sientan
a cenar supremas o en otra
hay filet de merluza, parece.
La luz sale por la parte más alta
de las ventanas, donde las cortinas no llegan
a tapar a los que cenan.
Camino y algunos hombres
con bebés en la mano
me dicen piropos
aunque yo espíe sus quizás casas
y no toleren verme llorar.
Una vez, alguien me dijo
que el Tang tiene mucha proteína
—como la gelatina—
Desde entonces tomo todo
lo que se parece al Tang
para hacerme más fuerte.

VICENTE LLORENTE



MUEBLES

De todas mis dudas
quiero salvar
una certeza de madera
renqueante y con vetas
para acondicionar
esta sala de espera
que es la vida.

Una mesa.
Con dos cajones.
La viruta que llueve al abrirlos.

En su interior,
siempre a mano
y susceptibles de combustión,
guardo mis textos.

Hoy
he dejado un papel en blanco:
Flaco favor al mundo
mi testamento.

Eugenio Montejo


Regreso



Un instante la silla ha regresado
a su lejano árbol
con sus verdes tatuajes ya secos.

Sus pájaros están dispersos, muertos,
y la manada del rugoso cuero
yace plegada bajo las tachuelas.


Ya no hay más que silencio nivelado
bajo la sombra de un follaje extinto
donde se curte todo su misterio.

Fiel a sus tablas, sólo da reposo,
cuando en tardes la hemos recostado
a la pared, ahogando una memoria
de días que crecieron como un árbol
y la vida tronchó por cosa muerta,
claveteada con viejos pensamientos.