16 octubre 2007

La chófer del autobús




Iniciamos este taller de relatos llamado “La chofer del

autobús”,donde cada participante se convierte en el

artífice de poner nombre y dar vida a un pasajero de los

que Olga transporta diariamente.



Las colaboraciones las enviáis a los siguientes correos :

Lupe: lariex@msn.com

Javier : jmartinpedros@hotmail.com




LA CHOFER DEL BUS:

Olga siempre fue minuciosa y delicada con las cosas que le rodeaban.
Su infancia transcurrió jugando en el taller de mecánica que su padre tenia.
Así fue como surgió su afición por los coches. Casi todas las tardes después de llegar del colegio apretaba algún tornillo o arreglaba ruedas pinchadas.
No le hubiese importado seguir los pasos de su padre, pero éste siempre se negó.

Olga era una chica lista y responsable, independientemente de la mecánica sentía pasión por los idiomas,
Así que una vez terminado el instituto se matriculó en la universidad en la especialidad de filología inglesa.

Algunos veranos iba a Londres y alternaba alguna tarea extra a la vez que practicaba inglés.
Nunca se acostumbró al frío y al aspecto gris de la ciudad, pero decidió seguir allí.
Comenzó a dar clases de apoyo a chicas y chicos de un instituto, así se ganaba algún dinerillo extra.

Una tarde pasó por delante de una empresa de autobuses donde un anuncio solicitaba conductores. Al día siguiente dejó su currículum con la foto donde ella se sentía más guapa.
A las pocas semanas y tras una larga entrevista con el jefe de recursos humanos fue seleccionada para formar parte de la plantilla.

La empresa le había asignado inicialmente a Olga una línea tranquila de cercanía cuyo recorrido era de unos 15km, desde la ciudad hasta su destino.

Casi siempre subían los mismos pasajeros. Poco a poco Olga se fue fijando en cada uno de ellos.
En la forma de subir las escalerillas, si daban los buenos días, las buenas tardes, la forma de coger y pagar sus billetes; también observó como casi siempre se sentaban en los mismos asientos, se respetaban los sitios como si estuviesen abonados a los mismos.

Un día se le ocurrió imaginarse como serían sus pasajeros fuera del autobús, sus vidas, costumbres, preocupaciones…

Miguel era uno de ellos. ..

1 comentario:

Anónimo dijo...

YA HA SUBIDO EL SEÑOR DEL BOMBÍN. Si estamos en Londres... (¡no lo sé!), no se va a llamar Felipe... Ya sería mucha casualidad. Iba a acabar siendo el "autobúes de los inmigrantes".
Con que vamos a ver si situamos a Olga... ¿Vale?
ENHORABUENA POR LA INICIATIVA