en las tardes de agosto
y creía que sólo se moría en invierno
y no entendía por qué cada vuelta del mundo
envejecía a mi madre.
Estuve enamorado de una araña grandísima que vivía
en una grieta de la puerta
y hacía competiciones de gusanos.
El cielo me parecía una carpa gigante

y cuando vi pasar los primeros aviones los ojos
se me abrieron
como dos libertades.
Mi padre me enseñó a comprender el viento,
a predecir la lluvia en la piel de los árboles
y por eso he tenido siempre miedo al futuro.
De pequeño, además, yo quería ser gitano
para tener un burro, entre otras muchas cosas,
y caminar desclazo.
Pero la vida nunca acepta nuestros ruegos
y me gustó el latín no sé por qué motivo
y aquí estoy enseñando lo que a veces no entiendo.
¿ Qué voy a decir yo de la palabra hombre ?.
¿ como puedo explicar que para que haya historia
hubo que desde siempre ir matando o muriendo ?
Conseguí ser mayor y me quité estos vicios a pesar de mí mismo:
y me conformo y callo y voy tirando
y echo de menos mucho la araña de la grieta
y el olor de la cal me es como de familia.
Aprendí, como todos. a amar lo que no amo,
y a hacer, según la norma, lo que todos hacían.
Del libro " La hora de las gaviotas "
Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez. 1.990
2 comentarios:
qué bonito!
La verdad, es que es una gozada leer a este hombre,tuve la suerte de conocerlo hace muchos años y desde entonces sigo embriagado de su poesía.
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