14 enero 2008

Más... sobre la contaminación en HUELVA. INFORME DE GREENPEACE.ORG.


Huelva, España ? Tras el accidente de Acerinox en 1998, se enterraronen las marismas de Huelva más de 7.000 toneladas de materialescontaminados por cesio-137 radiactivo. Greenpeace acusa al Consejo deSeguridad Nuclear, al Ministerio de Industria y a la Junta deAndalucía de haber instalado una ?bomba de relojería radiactiva? enlas inmediaciones de la ciudad de Huelva.Greenpeace ha descubierto fugas del isótopo radiactivo cesio-137 alrío Tinto, en las marismas de Huelva, a escasos centenares de metrosde la ciudad de Huelva, procedentes de las más de 7.000 toneladas dematerial contaminado radiactivamente por el accidente de Acerinox en1998. Éstas se enterraron de forma incontrolada en el denominadoCentro de Recuperación de Inertes (CRI) nº9, ubicado en las Marismasde Mendaña.Este importante hallazgo se debe a un grupo de expertosinternacionales en materia de protección radiológica pertenecientes ala organización ecologista, que a instancias de Greenpeace España sehan reunido desde el pasado lunes en la ciudad de Huelva para analizarla problemática de la contaminación radiactiva que sufren las marismasde los ríos Tinto y Odiel.Mediante la utilización de equipos especializados de medición de laradiactividad, este grupo de expertos ha descubierto la vía de escapeal medio ambiente del cesio-137 de ese depósito incontrolado. A travésde filtraciones del terreno, el cesio-137 está incorporándose a lasaguas de un afluente (estero) de la Rivera de la Nicoba, que pocodespués confluye en el río Tinto.El cesio-137 es un elemento radiactivo altamente peligroso, incluso encantidades muy pequeñas, cuyos perniciosos efectos para la salud sonsobradamente conocidos.Greenpeace acusa al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), a la EmpresaNacional de Residuos Radiactivos (ENRESA), dependiente del Ministeriode Industria, Turismo y Comercio, y a la Junta de Andalucía de haberactuado de forma altamente irresponsable al verter esos residuos deforma incontrolada y, con ello, haber provocado un grave problema decontaminación radiactiva por cesio-137 en las aguas del río Tinto, enlas inmediaciones de la ciudad de Huelva.El 12 de junio de 1998, tras ocultarlo a la opinión pública durantedos semanas, el CSN se vio forzado a reconocer que la nube del isótoporadiactivo cesio-137 que estaba recorriendo media Europa y había hechosaltar todas las alarmas en el viejo continente, se debía a unaccidente en la factoría que Acerinox tiene en Algeciras (Cádiz). Ensus instalaciones se había fundido accidentalmente una fuente decesio-137 días antes, el 25 de mayo, que se liberó a la atmósfera ycontaminó a su vez las escorias de la fundición, los hornos y otrosequipos de la planta.Las autoridades nucleares de Francia, Suiza, Italia, Alemania llevabandías preguntándose por el origen de la contaminación detectada, que enalgunos puntos había llegado a ser de hasta 1.000 veces superior a laradiactividad de fondo natural.La tardía reacción de Acerinox y del CSN, sumado a la nefasta gestióndel accidente, provocó a su vez la contaminación radiactiva de laPlanta de Inertización de Palos de La Frontera, a donde fueronenviadas las cenizas de los hornos de Acerinox.El total de materiales contaminados por cesio-137 ascendió finalmentea 7.131 Tn, según datos del CSN, quien reconoce que este materialpresenta niveles de radiactividad equivalentes a más de 3.500 veceslos permitidos por la legislación.Por oscuras razones completamente ajenas a los criterios de seguridady protección radiológica, el CSN, ENRESA/Ministerio de Industria yJunta de Andalucía, acordaron no considerar estos materiales comoresiduos radiactivos y por lo tanto no confinarlos en el cementerionuclear de El Cabril.En su lugar se decidió, como hemos visto, verterlos en el CRI-9,tratando de camuflarlos entre la radiactividad de los fosfoyesosvertidos por Fertiberia en las marismas (ver NOTA), y recubrirlos deuna capa de arcilla, lo que sería, para el CSN, la ?actuación másadecuada?. En 2001, Acerinox se vio obligada, mediante sentenciajudicial, a pagar unos 3 millones de euros a EGMASA, empresa públicadependiente de la Junta de Andalucía, en quien recayó laresponsabilidad de poner en marcha un Plan de Vigilancia paracontrolar con la supervisión del CSN, durante al menos 30 años, laevolución de este vertido de materiales contaminados por cesio-137 yevitar su intrusión en el medio ambiente. Este Plan de Vigilancia sepuso en marcha, oficialmente, a finales de 2001.?La decisión de enterrarlos de forma descontrolada se ha demostradoclaramente errónea y peligrosa para la salud pública y el medioambiente, y desde luego la gestión de la empresa EGMASA y la supuestasupervisión del CSN han fracasado estrepitosamente?, ha declaradoCarlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear deGreenpeace.Greenpeace estudia en estos momentos posibles actuaciones legales conel fin de que se depuren responsabilidades en este asunto.NOTAS:A escasos 500 metros de la ciudad de Huelva se acumulan actualmentemás de 120 millones de toneladas de fosfoyesos radiactivos generadosprincipalmente por la empresa Fertiberia, vertidos directamente y sinningún tipo de control sobre una extensión de 1.200 hectáreas. Éstafue en su día un maravilloso espacio natural de enorme biodiversidadcreado por la confluencia de los ríos Tinto y Odiel.Debido a los altos niveles de radiactividad en las balsas defosfoyesos, y en particular en el llamado CRI-9, Greenpeace hasolicitado al Gobierno que declare de forma urgente estasacumulaciones de residuos como instalación radiactiva. Asimismo elevóel pasado mes de junio al Comité de Peticiones del Parlamento Europeouna denuncia para que éste revise la vulneración de las Directivassobre radiaciones ionizantes, gestión de residuos tóxicos y peligrososy protección de las aguas que se está dando en las marismas de Huelva.


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