06 enero 2008

Poema de Felix Morales Prado



Las gotas de rocío
ornan el paraíso
y resbalan, gozosas, celestiales,
por las vaginas de las azucenas.
El sueño, moribundo y feliz,
está lleno de ángeles
que entran por la ventana
con las brisas del mar.
La piel se impregna de promesas azules.
El cuerpo se despierta
a través de un bostezo
en el que ríen las hadas del paisaje.
El mundo, nuevo,
parece una utopía
que el amor aprovecha
para sembrar las almas.
Todo es jardín y fiesta.
¿Por qué, entonces,
se dice el caminante,
esta tristeza vaga
que me acaricia,
desde tanta hermosura,
el corazón?



Del Libro " La belleza es el ángel del misterio "





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