
Yo nunca tuve un pueblo
donde jugaran los niños
en la alberca del abuelo.
Donde al amanecer se estiraran
las ramas de los árboles
y trinaran pájaros azules, verdes, amarillos.
Yo nunca tuve un pueblo
de aldeanos, de pastores
ni cosechas, trillos y una era,
ni de amores ocultos, en las alamedas.
Yo nunca tuve un pueblo con castillo,

ni una ermita solitaria en la atalaya
ni una casa ahumada y soleada,
ni un invierno de pan,
ni un verano de cigarras.
Yo nunca tuve un sueño de horizontes
ni escapadas de mi pueblo al del vecino,
nunca tuve un pueblo de añoranzas
nunca me fui, por recorrer sus caminos.
Yo nunca tuve un pueblo de gentes,
vengo del mar, que es mi destino.
2 comentarios:
Realmente lindo Julia, me llega tu forma de escribir.
Ha sido una suerte encontraros por las esquinas de la vida.
Un abrazo.
Javier.
Gracias Javier, me gusta que te llegue.
Otro abrazo para tí.
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