
El hombre que no tuve
no sabe todavía cuánto le esperé entonces.
Ignora los domingos y las noches insanasdonde su sola ausencia emborrachaba el alma.

Nunca comprenderá los modos insensatos,
la carcajada a tiempo, el raro maquillaje,
ni la maleta abierta guardando el horizonte.
El hombre que no tuve desconoce
cómo ser infeliz por culpa mía
y cómo ser un dios innecesario.
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