30 agosto 2008

PARA QUÉ LA POESIA. Pablo Mora






Para qué la poesía
Pablo Moramoraleja@telcel.net.veProfesor Titular, Jubilado, UNETSan Cristóbal, Táchira, Venezuela








Para mantener abierta la palabra
Para reinar sobre la muerte
Para revivir cada día
Para sentir junto con los otros
Para sacar la flor de las cenizas
Para vigilar mientras todos duermen
Para que le sirvan
Para apuntalar el sueño
Para servirse
Para alimento espiritual
Para unir lo posible con lo imposible
Para salvar del diario morir
Para hacer más vivo el vivir
Para la Poesía y la Verdad
Para la vida
Para transformar la vida
Para limpiar cuando el poder corrompe
Para cambiar la vida
Para alentar todas las otras formas
Para la fidelidad al relámpago
Para la memoria de los pueblos
Para la salvación del hombre
Para el asombro antiguo
Para un no sé qué
Para descubrir los secretos del mundo
Para llevar el infinito a cuestas
Para salir a la percepción de la mirada
Para alumbrar la maravilla
Para todos y por todos
Para despertar a latigazos el silencio
Para defender el milagro de la vida
Para amar a los otros




Para apuntalar el sueño




En su célebre Defensa de la poesía, para Shelley la teoría de la poesía -ars artium- llega a ser igualmente teoría de la actividad creadora en general, la que soporta y nutre la vida; llegando el espíritu poético a ser el verdadero motor del mundo, puesto que, en suma, el mundo nace como poesía, siendo ésta responsabilidad hacia los otros, absorbiendo el nuevo conocimiento de las ciencias, adaptándolas a las necesidades humanas, coloreándolo con la luz de la imaginación, con las pasiones, transformándolo en la sangre misma de la naturaleza humana. Puesto que, según Shelley, la poesía es “el centro y la circunferencia del conocimiento, pues comprende todas las ciencias y todas a ella se deben referir.” Ya Cervantes nos advertía que ella -la poesía- se ha de servir de todas las ciencias, mientras todas se han de autorizar con ella.
Desde otra óptica, la poesía en sentido lato si bien no tiene que ver directamente con la política, se ofrece como la práctica más eficaz de la que se puede disponer, en cuanto la capacidad del individuo de crear un mundo utópico, mediante el florecimiento de las potencialidades humanas y de la creatividad en sí, privilegiando al extremo la conciencia de sí, en detrimento de un compromiso político como tal. De una u otra forma, letras, poesía y ciencia andarán siempre de la mano apuntalando el sueño de los hombres.
Fotografía de : Sumire

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