Me vienen recuerdos de música
llena de juventud,
de algunos amigos hoy eternos.
De amores huracanados, salvajes.
De mi Vespa H-15045, llamada
cariñosamente “La leprosa”
porque se caía a trozos.
De la trenka marrón franciscano,
de mi pelo largo a media melena.
De montones de latas de conservas
abiertas a cualquier hora de la
madrugada y en lugares variopintos.
De la novia que perdí con profundo
dolor de corazón, llamada
luego entre mis amigos del
alma “el muerto”.
De los agujeros en los bolsillos
del pantalón de pana.
De los mini chalecos que tejían mis amigas.
De las apariciones de la Virgen en
cualquier servicio de taberna que
después resultaban ser almanaques colgados
con publicidad de polvorones de Estepa.
De lágrimas llenas de amaneceres
junto al mar,
de amaneceres llenos de lagrimas
junto al mar,
del mar lleno de lágrimas al amanecer.
De sonrisas, besos, abrazos
y revolcones acompañados
de oraciones sinceras.
Me vienen recuerdos de música
llena de juventud.
De un ayer,
de un ahora,
de un mañana.
Me siento fruto
de estas sensaciones y de un montón
más que las guardo en
las cajas negras de mis versos.
¿Sabes?, si encontrara el play
de aquel tiempo
te invitaría a estas experiencias.
Ahora,
sigo con la música,
los recuerdos….
Foto de :Stefan Obernosterer
llena de juventud,
de algunos amigos hoy eternos.
De amores huracanados, salvajes.
De mi Vespa H-15045, llamada
cariñosamente “La leprosa”
porque se caía a trozos.
De la trenka marrón franciscano,
de mi pelo largo a media melena.
De montones de latas de conservas
abiertas a cualquier hora de la
madrugada y en lugares variopintos.
De la novia que perdí con profundo
dolor de corazón, llamada
luego entre mis amigos del
alma “el muerto”.
De los agujeros en los bolsillos
del pantalón de pana.
De los mini chalecos que tejían mis amigas.
De las apariciones de la Virgen en
cualquier servicio de taberna que
después resultaban ser almanaques colgados
con publicidad de polvorones de Estepa.
De lágrimas llenas de amaneceres
junto al mar,
de amaneceres llenos de lagrimas
junto al mar,
del mar lleno de lágrimas al amanecer.
De sonrisas, besos, abrazos
y revolcones acompañados
de oraciones sinceras.
Me vienen recuerdos de música
llena de juventud.
De un ayer,
de un ahora,
de un mañana.
Me siento fruto
de estas sensaciones y de un montón
más que las guardo en
las cajas negras de mis versos.
¿Sabes?, si encontrara el play
de aquel tiempo
te invitaría a estas experiencias.
Ahora,
sigo con la música,
los recuerdos….
Foto de :Stefan Obernosterer
2 comentarios:
No me hables más del mar. Resbala por mis ojos y me ahoga la garganta. Las lágrimas junto al mar son nuestra impotencia ante la inmensidad que no tiene humana explicación , que nos desborda, nos anega, nos hace naufragar en un sin fin de recuerdos que las olas se llevaron mar adentro, para siempre. Gracias, el poema es precioso. Amanda
Estimada Amanda, me alegro que te guste el poema, no me puedes pedir que no hable del mar, forma parte de mi existencia, vine de allí y terminaré navegando al final del camino en el.
¡ Bendito mar !
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