27 agosto 2008

Poema de Rafael Alberti





... Y ya estarán los esteros

rezumando azul de mar.

¡Dejadme ser, salineros,

granito del salinar!

¡Qué bien, a la madrugada,

correr en las vagonetas,

llenas de nieve salada,

hacia las blancas casetas!

¡Dejo de ser marinero,

madre, por ser salinero!

*

Si mi voz muriera en tierra,

llevadla al nivel del mar

y nombradla capitana

de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada

con la insignia marinera:

sobre el corazón un ancla

y sobre el ancla una estrella

y sobre la estrella el viento

y sobre el viento la vela!

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