07 septiembre 2008

Poema de Jesús Delgado Valhondo





TARDE DE DOMINGO


"Así murió aquella tarde solo

y quejándose al sol".

José María Gabriel y Galán

Puede ser que tú seas

en los ratos perdidos

esta tristeza absurda

de tarde de domingo.

Una pasión cualquiera

que no tiene sentido,

un recuerdo de música

entre ramas de olvidos.

Puede ser que te piense

sin encontrar camino

en este día hermoso

por el amor vencido.

¿Quién quedará en nosotros

si cobardes huimos?

¿Quién quedará esta tarde

en lo desconocido?

Pregunto: ¿qué será

lo que llaman destino?

Deben de ser los sueños

colgados en racimos.
Mañana el vino espléndido,

Dios de pan y de vino,

comer, beber las horas

de lo nunca acaecido.

En la cima se mudan

los pájaros de nido

en esta tarde tibia

de orillas y de abismos.

¿Quién quedará en nosotros

si nosotros dormimos?

¿Quién quedará detrás

de lo que ayer hicimos?

Va escondiéndose el tiempo

en la esquina del frío,

cansado como un hombre

que ha segado su trigo.

Suenan cerca campanas

de platas en el quicio

de la puerta del alma,

en un cielo escondido

donde sangran vencejos

grises nubes de gritos.

La calle queda sola

como un cerrado libro

y yo amueblo mi vida

con la vieja tristeza

de tarde de domingo.




Foto de Piedad Lorena Guerrero Coka

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