

Despedida.
Tus miradas
me sabrán siempre
a tardes
rociadas de cafés exquisitos,
a charlas
en la puerta
de cualquier iglesia de barrio,
a música llena de paz
y gozo.
Mis torpes manos guiadas por el
corazón amigo,
acariciaron tus silencios,
con olor a despedida,
a disimulo de tristezas.
Humedades…
En la autopista de tus sueños,
deslizo mis manos,
siento como se abren tus
deseos.
Olores…
Hace rato que desperté,
paseo en pijama para evitar
que se fueran los bostezos
eróticos.
Recuerdos…
Busco el calor de las sabanas
para que se derrita la
vergüenza escondida.
Mensajes…
Ya es primavera en nuestro “invernasexo”
compre ahora y empiece a pagar
dentro de seis meses.
Mezclas…
No soporto el olor a naftalina,
tampoco el de las axilas aunque
no tengan bellos.
Deseos…
Quiero penetrar en tus ojos,
en tu saliva
y gemidos.
En la lluvia que nace en ti.
Pedro Javier Martín Pedrós.
Escribo para dar a luz partos
ordinarios,
para engordar y
quitarme el hambre, fatigas.
Para alzar manos
en cuerpos desnudos,
llenos de mentiras.
Escribo para compartir
sonrisas y llantos,
para beber en fuentes públicas
aún no contaminadas,
acariciar distancias,
romper torpezas y
soñar primaveras.
Escribo para la caja de mis
debilidades,
el aburrimiento de
mis venas y el exceso de tinta,
escribo para hacer surcos en las calles
de tierra urbana.
Fotos de Pablo Molanes
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