14 febrero 2009

Félix Morales Prado



Del libro

haikus de la lluvia

y otros poemas breves.


El cuerpo envejece


y el alma


sigue siendo una niña escondida.


*


La lluvia canta en la bóveda del cielo.


Los pájaros acechan la memoria cansada.


*




Es la melancolía un campo de manzanas


que se extiende en el alma


como una seda oscura.


*

Inmensa como un desierto,


blanca y callada,


la soledad bajó a mi corazón.








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