05 febrero 2009

PARA QUÉ LA POESIA. Pablo Mora



Para qué la poesía
Pablo Moramoraleja@telcel.net.veProfesor Titular, Jubilado, UNETSan Cristóbal, Táchira, Venezuela


Que cada palabra lleve lo que dice.Que sea como el temblor que la sostiene. Que se mantenga como un latido.

No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni añadirbrillos a lo que es.


Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad. Seamos reales.


Quiero exactitudes aterradoras.


Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.

Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame la impostura, restriégame la estafa.


Te lo agradeceré, en serio.


Enloquezco por corresponderme.


Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.


Rafael CadenasArs poética (De Intemperie - 1977)



Para mantener abierta la palabra
Para reinar sobre la muerte
Para revivir cada día
Para sentir junto con los otros
Para sacar la flor de las cenizas
Para vigilar mientras todos duermen
Para que le sirvan
Para apuntalar el sueño
Para servirse
Para alimento espiritual
Para unir lo posible con lo imposible
Para salvar del diario morir
Para hacer más vivo el vivir
Para la Poesía y la Verdad
Para la vida
Para transformar la vida
Para limpiar cuando el poder corrompe
Para cambiar la vida
Para alentar todas las otras formas
Para la fidelidad al relámpago
Para la memoria de los pueblos
Para la salvación del hombre
Para el asombro antiguo
Para un no sé qué
Para descubrir los secretos del mundo
Para llevar el infinito a cuestas
Para salir a la percepción de la mirada
Para alumbrar la maravilla
Para todos y por todos
Para despertar a latigazos el silencio

Para defender el milagro de la vida
Para amar a los otros.



Para salir a la percepción de la mirada


“Está presente en la obra poética eso llamado por Heidegger “la temporalidad”. Es el tiempo de la existencia el único paraíso conocible hecho con el drama de su naturaleza diádica, del bien y el mal, lo bello y lo feo, el goce y el dolor, lo justo y lo injusto, la libertad y la miseria, en fin. Constituye la substancia de la temporalidad la vivencia. Pero ¿qué entendemos por vivencia? Creó este vocablo José Ortega y Gasset para verter al castellano el término alemán Erlebnis. Compleja palabra cuya traducción literal sería ese extraordinario logos llamado “aventura”. Mas a su vez Erlebnis viene de leben, vivir, y de Leben, vida. Relacionase entonces vivencia con la aventura de vivir; valga decir, entender la existencia cual una andanza, un peregrinaje por este magnífico y mistérico regalo de la oportunidad de estar sobre la tierra, esta errancia donde el hombre se halla con eso mentado asombro, esos espacios del tiempo cuando se topa el humano con la excelsa sorpresa, la maravilla conmocionadora del espíritu y lo marca, deja esa huella perenne llamada memoria. Define, pues, la vivencia vida vivida y permanece cual ventana en el recuerdo, diferente de la experiencia objetiva más bien sujeta ésta a la cotidianidad y a la rutina. Son en realidad las vivencias las verdaderas hebras estructurantes del espíritu en cuanto éste tiene de tiempo, de “advenir sido” (Heidegger). Las asume el hombre como su fortaleza, su armadura de existir. Hilvanan ellas la historia interior de cada vida, el resto en el olvido se pierde. Necesariamente entonces el receptáculo de las vivencias la elocución; en el caso del trovador éste al través de la kalós, la belleza, la dignifica para verterlas transformadas en poseía.” (Lubio Cardozo).


“La poesía en el poema, lo poético, nutre todas las estructuras de la composición, el léxico, los tropos, las figuras, el verso y la estrofa (si los hay), la musicalidad. La poesía comprende la belleza, la engloba, pero va más allá de ella. Incorpora el pensar, ideas, visiones, a su entidad; no obstante a todos ellos los subyuga para salir a la percepción de la mirada y del oído, a accionar la inteligencia (interpretando una frase de Plotino se podría decir en este caso, la inteligencia se hace entonces ser de la poesía y el ser de la poesía se hace a su vez inteligencia. Enéada sexta. VI, 2) a ser percibida, sentida, intuida; a ser placer, conocimiento, misterio y sobrecogimiento.” (Lubio Cardozo).

Foto de Sergi Vera

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