Salir de un sueño y soñar despierto
es como ver el sol de madrugada
-perpetuo esclavo de la voz callada:

tragar arena y vomitar desierto-,
es querer descubrir lo descubierto,
sembrar la vida donde todo es nada,
y haciendo del pasado tu morada,
tener por vivo lo que ya está muerto.
Al final, el ayer es el recuento
de ese tiempo pasado, de los sueños:
historia-fósil de una vida hermosa.
Es lo irreal, la voz de un puro cuento:
imposible intentar los desempeños
cuando hasta ni la rosa es ya una rosa.
Foto de sonimeiga
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