28 abril 2009

Poema de Luis Felipe Comendador



ESTE ES EL COMIENZO DE UNA GRAN AMISTAD

Ahora que me pregunto

de qué sirve mi boca

y dudo.

Para qué usar las manos

si no son «erramienta».

Cómo mirar sin ver

la utilidad concreta

del enfoque del ojo...

Ahora que sé tus trampas,

que conozco el latido de tu interés

y el odio que regalas en dosis

como un medicamento.

Ahora que atisbo el límite

del rencor que nos une

y nos separa...

debo darte el abrazo,

pues de nuestras miserias

puede nacer un tiempo

de amapolas y pastos.

Brindemos por el fin

de este camino abierto

para el puñal y el asco.

Que otros se ensañen

mientras crezca esta cuenta

de alimañas que somos.

La alfombra de cristales

se tiende a nuestros pies.

Pisémosla seguros,

pues vamos bien calzados.

No hay comentarios: