
ASCENSIÓN DE LA ESCOBA
Coronad a la escoba de laurel, mirto, rosa. 
Es el héroe entre aquellos que afrontan la basura. 
Para librar del polvo sin vuelo cada cosa 
bajó, porque era palma y azul, desde la altura.
Su ardor de espada joven y alegre no reposa. 
Delgada de ansiedad, pureza, sol, bravura, 
azucena que barre sobre la misma fosa, 
es cada vez más alta, más cálida, más pura. 

Nunca: la escoba nunca será crucificada, 
porque la juventud propaga su esqueleto 
que es una sola flauta muda, pero sonora. 
Es una sola lengua sublime y acordada. 
Y ante su aliento raudo se ausenta el polvo quieto. 
Y asciende una palmera, columna hacia la aurora.
Foto de Juan Manuel Alvarez Hernandez
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