Al retiro
Te imaginaba rubia y suelta
en parques de ensueño,
capaz de cualquier cosa
por revolotear
caminos
y saltar barreras
de tiempo.
Allá quedó Madrid
como cuadro de nubes
que necesita azules besos,
pinceladas mágicas
que
devuelvan la realidad a mis pies.
Te imaginaba saltarina y princesa
en lagos invisibles,
capaz de cualquier cosa por llegar
a la luna que no sale nunca.
Y entre estatuas domingueras
de un parque ya lejano,
enterrar imágenes de agua y tiempo.
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