08 mayo 2009

Poema de Marcos Ana




A los católicos




Escúchame, quienquiera que tú seas


si es que el amor a Dios el alma te ilumina;


no puedes de este mundo así marcharte,


emprender la gran senda con las manos vacías,


llegar ante las puertas de Dios, que tu fe sueña


para decir: "Señor, no traigo nada;


dame un punto de amor de tu lumbre divina.


"Porque el Señor, tu Dios, contestaría:


Vete, rompe tus pies por los bermejos hielos infinitos,


apóyate en la vara nudosa de tus odios,


serás un caminante para siempre si no hallas


la palma del amor que no quisiste


tomar del árbol que plantó Mi Sangre"


Foto de Marta Mercader

3 comentarios:

OPIÜM dijo...

Hola no conocía tu blog.Me alegro de que tengas un pos sobre Marcos Ana.En 2007 tuve el placer de verle y escucharle en Salamanca y la verdad esque es un gran hombre,tiene una mirada de haber visto y padecido muchas cosas.Un hombre muy especial.
Pasate por mi blog si quieres,un saludo!

Amanda. dijo...

MarcosAna:
Tu poesía me ha llegado al alma.
No todos los católicos somos como los que, desgraciadamente conociste.
Te regalo este pensamiento de ¡no se quien!
"Tengo las manos vacias de tanto dar sin tener; pero las manos son mías"
Con todo mi afecto y admiración.

Anónimo dijo...

Marcos Ana:

Me gustaría poder escribirte.
No importa quien soy ni quien eres.
Solo importa que somos dos seres humanos. Tú poeta, Yo con vocación de serlo. ¿Te importaría darme tu
dirección electrónica? Luego, en
privado, te doy la mía?