
El nacimiento de Venus
He rapado mi bitácora virtual
no he dejado un solo pelo.

Después, he rapado mi sexo
y la sangre ha corrido calle abajo
como el tributo a un dios
que huye del lugar
que por derecho le corresponde.
Ha sido como raparse la cabeza
en un ritual budista.
He juntado mis manos
apretándolas fuertemente,
he respirado hondo y…
apiádate de mí,
apiádate de él
apiádate de ellos
me he lanzado al vacío.
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