10 noviembre 2009

Pablo Mora


Para mantener abierta la palabra
Para reinar sobre la muerte
Para revivir cada día
Para sentir junto con los otros
Para sacar la flor de las cenizas
Para vigilar mientras todos duermen
Para que le sirvan
Para apuntalar el sueño
Para servirse
Para alimento espiritual
Para unir lo posible con lo imposible
Para salvar del diario morir
Para hacer más vivo el vivir
Para la Poesía y la Verdad
Para la vida
Para transformar la vida
Para limpiar cuando el poder corrompe
Para cambiar la vida
Para alentar todas las otras formas
Para la fidelidad al relámpago
Para la memoria de los pueblos
Para la salvación del hombre
Para el asombro antiguo
Para un no sé qué
Para descubrir los secretos del mundo
Para llevar el infinito a cuestas
Para salir a la percepción de la mirada
Para alumbrar la maravilla
Para todos y por todos
Para despertar a latigazos el silencio
Para defender el milagro de la vida
Para amar a los otros


Para sentir junto con los otros

La tarea del poeta consiste en una investigación continua desarrollada en dos planos: el del conocimiento lo más completo de cada aspecto de la realidad, en confrontación con la sensibilidad del poeta mismo y su weltanshauung o modo de interpretarla y de transformarla, y el de la expresión o creación propiamente dicha, la que antes no existía: la poesía per se, la novedad, la invención. Nace, así, el evento poético, que indaga sobre la vida, sus fases, sus afectos, problemas, relaciones, todo lo que envuelve y mancomuna a los hombres en el gran misterio de la vida: la solidaridad, la amistad y la igualdad humanas.
"Es muy difícil dar una opinión sobre el provecho de la poesía individualmente: depende de factores particulares del poeta. Puede ser la concreción de una necesidad esencial, una manera de ver y mostrar el mundo, una manera de sentir junto con los otros... Socialmente, significa incluir a los lectores y entonces tiene que ver con lo que el poema transmite, convoca. Existe, como casi todos conocemos, aquella clásica controversia sobre 'el arte por el arte o el arte para la sociedad'. Actualmente se considera ingenua la ideología que afirma que la poesía (la literatura) es un arma y puede cambiar la sociedad. El tiempo ha demostrado que la literatura no evita el hambre, la injusticia o la corrupción. Tampoco cabe cuestionar al arte -la literatura, en este caso -porque tenga como fin su propia poética, su intención estética específica (lo que se ha llamado 'torre de cristal'); el verdadero artista muestra siempre un mundo diferente y la literatura cumplirá su destino, cualquiera sea el camino con el que el artista la instrumente. La cultura, el arte, han nacido de una necesidad humana y cualquiera sea la interpretación de esa necesidad (psicológica, estética o espiritual), allí donde hay arte, hay un testimonio del espíritu humano, una prueba de la esencia creadora del hombre." (Graciela D. Bracaccini).

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