09 enero 2010

Mariana Henriquez



Suplica o promesa...

Llena de vida estos ojos negros
que ansían hurgar más allá de tu cuerpo.
Con tus fuertes y suaves manos
recórreme despacio
sitiendo el tibio deseo que cobijo.

Descubrirte entre la oscuridad que me nubla,
escribir sobre ti con palabras dulces
borrando cada verso triste
Y convertirme en la ilusión que te impulse.

Ten piedad de mi sed
Mójame entera, no temas, con lágrimas o sonrisas.
Adéntrate como la peste misma
no sientas pena de mí
en ese instante seré de nuevo yo
me sentiré plena.

Transcenderá, el peso de tu cuerpo en el mío
tus labios tendrán feliz morada en mi boca.
“Me mueve el deseo y la distancia se acorta.
Dime que no estoy sola.”

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