Desde la ventana de nuestro blog, queremos compartir con todos nuestros amigos este tercer libro“ Abrazos de Náufrago “ de la colección “Poesía en la distancia “, así iremos abriendo, poco a poco, las páginas del mismo.
Dionisio López Fernández.
Dionisio nació a los catorce años de edad, más o menos. Según cuenta en sus memorias, estaba tumbado y, de pronto, un atardecer dibujado con letras le dio a luz.
Se había empezado a gestar meses antes, lo recuerda bien, durante una laberíntica clase de gramática, de la que pudo escapar gracias a unos versos marginados a las últimas páginas del libro. Meses después, deslumbrado por los versos roncos de un poeta calvo y limpio (resignado a que el viento dispersase la niebla), compró su primer libro de poesía.
Así fue como, en mitad de la nada, nació, cerrando puertas y ventanas.
Y así fue como años después, nadie lo habría adivinado (ni siquiera ella, que pasaba largas tardes tratando de que leyera una sola línea), desembarcó en un pueblo blanco y feliz, coronado por el busto de un poeta. Allí, quizás a la ribera de un fresno, comenzó a escribir seguramente los capítulos más hermosos de su vida (rescatando para sus alumnos, los marginados versos de las últimas páginas del libro de gramática).
La Metamorfosis: http://gregoriosansa.blogspot.com/
dionilf@hotmail.com
La creación del universo
I
Yo vine al mundo,
Dios me creó,
para cantarte,
para que todos supieran
que tiene sentido vivir
porque existes.
Yo vine al mundo
para decir tu nombre
y tú, tú, el mío
creado por tus labios.
II
Yo vine a vivir
y veinte años vagando fue tanto, tanto
hasta llegar a ti,
a tu luz, a tu altar,
a tu mundo de estrellas,
a la vida.
III
Tantos años vagando sin sol
son ya cenizas,
tantos años sin ojos
¡para qué mirar!
y, de pronto, en un instante
llegaste
y se oyó:
“¡Hágase la luz!”
(Cuaderno de Salamanca, 2002)
Dionisio nació a los catorce años de edad, más o menos. Según cuenta en sus memorias, estaba tumbado y, de pronto, un atardecer dibujado con letras le dio a luz.
Se había empezado a gestar meses antes, lo recuerda bien, durante una laberíntica clase de gramática, de la que pudo escapar gracias a unos versos marginados a las últimas páginas del libro. Meses después, deslumbrado por los versos roncos de un poeta calvo y limpio (resignado a que el viento dispersase la niebla), compró su primer libro de poesía.
Así fue como, en mitad de la nada, nació, cerrando puertas y ventanas.
Y así fue como años después, nadie lo habría adivinado (ni siquiera ella, que pasaba largas tardes tratando de que leyera una sola línea), desembarcó en un pueblo blanco y feliz, coronado por el busto de un poeta. Allí, quizás a la ribera de un fresno, comenzó a escribir seguramente los capítulos más hermosos de su vida (rescatando para sus alumnos, los marginados versos de las últimas páginas del libro de gramática).
La Metamorfosis: http://gregoriosansa.blogspot.com/
dionilf@hotmail.com
La creación del universo
I
Yo vine al mundo,
Dios me creó,
para cantarte,
para que todos supieran
que tiene sentido vivir
porque existes.
Yo vine al mundo
para decir tu nombre
y tú, tú, el mío
creado por tus labios.
II
Yo vine a vivir
y veinte años vagando fue tanto, tanto
hasta llegar a ti,
a tu luz, a tu altar,
a tu mundo de estrellas,
a la vida.
III
Tantos años vagando sin sol
son ya cenizas,
tantos años sin ojos
¡para qué mirar!
y, de pronto, en un instante
llegaste
y se oyó:
“¡Hágase la luz!”
(Cuaderno de Salamanca, 2002)
No hay comentarios:
Publicar un comentario