17 febrero 2010

Eva Márquez

Me gotea la cara
cuando no alcanzo a ser
tu limpia parabrisas,
tu traductor simultáneo,

cuando no llego a tiempo
para anudarte los zapatos
y enfundarme en tus calzones,

me gotea la cara

cuando no puedo desenroscar
el tiempo que me atrapa,
que me aleja de un nosotros,

me gotea la cara

y el sabor de su sal
me golpea por no saber
hacer de ti el abrigo
que preciso.

No hay comentarios: