24 marzo 2010

Pablo Mora


Empezamos


Empezamos midiendo con la mano

el patio, el cielo de la antigua escuela;

ahora solamente sopesamos

el llanto de la muerte en pie de guerra.

Cuando niños jugamos al castillo,

los sueños se mecían en las sienes,

diciembre ? lumbre en colosal niñura?,

algo mejor para el mañana ignoto.

De nuevo niños ? el reloj del tiempo?.

¡Que nunca se nos nuble el horizonte!

¡Que nunca más la nieve se enrojezca!

Ante el niño fundido en la trinchera:

¡Menos fuerza, Señor, para la guerra

y más valor para fraguar la paz!

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