22 abril 2010

Alejandra Peart,


La fractura

primero,

la caída

el trance

el dolor

el no poder pensar

ni hablar

ni mover un solo dedo

tirada boca abajo

intentaba decir algo

pero dolía

ardía.

después

el dolor cedió a la razón:

pude hablar

y observar la herida,

logré pensar:

dolía

sangraba:

dolía,

estaba hinchado:

dolía.

ahora,

cuando menos lo pienso

el dolor vuelve

y lloro,

grito con la cabeza en la almohada

cuento algunos segundos y pasa

siempre pasa

pero hay una cicatriz,

tejido enfermo,

músculos que al estirarse

magullan los nervios:

dolor que no cesa

y me recuerda

que nunca volveré a estar

completa

tengo una fractura eterna:

la nuestra.

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