23 mayo 2010

Pablo Neruda


Y ME DECLARO CULPABLE

Me declaro culpable de no haber hecho,

con estas manos que me dieron,

una escoba.

¿Por qué no hice una escoba?

¿Por qué me dieron manos?

¿Para qué sirvieron

si sólo vi el rumor del cereal,

si sólo tuve oídos para el viento

y no recogí el hilo

de la escoba,

verde aún en la tierra,

y no puse a secar los tallos tiernos

y no los pude unir

en un haz áureo,

y no junté una caña de madera

a la falda amarilla

hasta dar una escoba

a los caminos?
Así fue:

no sé cómo,

se me pasó la vida

sin aprender, sin ver,

sin recoger y unir

los elementos.
En esta hora no niego

que tuve tiempo,

tiempo,

pero no tuve manos

y así, ¿cómo podía

aspirar con razón a la grandeza,

si nunca fui capaz

de hacer una escoba,

una sola,

una?
Sí, soy culpable

de lo que no dije,

de lo que no sembré, corté, medí,

de no haberme incitado

a poblar tierras,

de haberme mantenido en

los desiertos.

y de mi voz hablando con la arena.

No hay comentarios: