01 junio 2010

Carlos García Freire

A mi hijo David

No soy tu amigo,
ni tú colega,
ni el que te ofreció la primera copa,
ni el primer cigarrillo.
Soy el que se desvela cada noche,
cuando las agujas del reloj,
dejan atrás la hora de recogida.
Soy el que le pide a Dios,
que te eche una mano,
en esos momentos,
y en esos lugares,
en los que no puedo estar,
por ser humano.
Soy el que recibe,
tú mirada fría,
y tú despecho,
cuando no te cumple,
algún capricho.
Soy el que quiere darte todo,
para luego no pedirte nada.
Soy el que viéndote,
sano y feliz,
es su alegría.
Soy tu Padre.


se muestra la imagen tal como aparece en: www.hoypadres.com/papa/hijos-adoptivos-2/

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