10 junio 2010

Gsús Bonilla


Es sin duda, la historia más triste que me has contado.


al calor de la lumbre

alguna vez te oí hablar

de la ristra de ajos

de la luz del candil

del cesto de mimbre

y la noche en que guardasteis

el corazón en la alacena

y en la alacena guardasteis

las ganas de comerlo

pensando

que el hambre

era cosa de un sólo día

años difíciles

nubes y claros

y posibilidad de chubascos....

si el tiempo sigue así

para los caprichosos: pétalos de rosas....

para nosotros:

verde desasosiego y

hojas de esperanza.

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