
Es sin duda, la historia más triste que me has contado.
al calor de la lumbre
alguna vez te oí hablar
de la ristra de ajos
de la luz del candil
del cesto de mimbre
y la noche en que guardasteis
el corazón en la alacena
y en la alacena guardasteis
las ganas de comerlo
pensando
que el hambre
era cosa de un sólo día
años difíciles
nubes y claros
y posibilidad de chubascos....
si el tiempo sigue así
para los caprichosos: pétalos de rosas....
para nosotros:
verde desasosiego y
hojas de esperanza.
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