19 julio 2010

Antonio Gala,




Aún eres mío, porque no te tuve...

Aún eres mío, porque no te tuve.

Cuánto tardan, sin ti,

las olas en pasar...

Cuando el amor comienza, hay un momento

en que Dios se sorprende

de haber urdido algo tan hermoso.

Entonces, se inaugura

-entre el fulgor y el júbilo-

el mundo nuevamente,

y pedir lo imposible

no es pedir demasiado.

Fue a la vera del mar, a medianoche.

Supe que estaba Dios,

y que la arena y tú

y el mar y yo y la luna

éramos Dios. Y lo adoré.

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