
• Dante Medina • Estel Juliá •
Los amantes siempre buscan un espejo
Duermen mal, los amantes, y al salir de la cama
se visten pesadillas
Son ojerosos, los amantes
y no saben mirar sin cierto pánico.
Los amantes, en los estantes de la habitación
dejan sus anillos, desvisten sus brazos y sus piernas,
se ponen lazos de domingo
en las comisuras de los labios.
Y, a veces, muertos de miedo
los amantes
se miran a los ojos
temiendo que suceda lo que siempre sucede:
encontrar el espejo de sí mismos
en la pupila que nunca antes habían visto.
Los amantes, por eso, tienen que ser valientes:
Amar es una experiencia extrema,
un juego peligroso, un juego juego
donde la vida va por todo o nada.
Y a veces, se rinden al sueño
los amantes
se hunden en el silencio de la nada
mientras Perséfone descansa su pupila,
ojiva de sangre, tras la puerta
hasta que rompe el día.
Duermen mal, los amantes, y al salir de la cama
se visten pesadillas
Son ojerosos, los amantes
y no saben mirar sin cierto pánico.
Los amantes, en los estantes de la habitación
dejan sus anillos, desvisten sus brazos y sus piernas,
se ponen lazos de domingo
en las comisuras de los labios.
Y, a veces, muertos de miedo

los amantes
se miran a los ojos
temiendo que suceda lo que siempre sucede:
encontrar el espejo de sí mismos
en la pupila que nunca antes habían visto.
Los amantes, por eso, tienen que ser valientes:
Amar es una experiencia extrema,
un juego peligroso, un juego juego
donde la vida va por todo o nada.
Y a veces, se rinden al sueño
los amantes
se hunden en el silencio de la nada
mientras Perséfone descansa su pupila,
ojiva de sangre, tras la puerta
hasta que rompe el día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario