La mentira es la niebla.
La niebla es la herida de una lluvia rabiosa,
su color el herraje de un cielo desbocado
dirigiéndose a los pulmones de la tierra
y enferme de cielo.
Rastrera,
dormida en el valle nos convierte en mudos de vista,
en ciegos de frío.
Líquida,
como suele vestirse si nuestra pasión la ata,
si la convierte en leona etérea.
Quisiera ser estatua de su obra,
del aprecio que nos provoca su simpleza.
Aéreo corazón / húmedo valor,
mientras más cree en sí
más nos obliga a sentirnos nido,
donde el viento intenta su semilla
y la ingenua tierra sirve de lecho.
Cruzamos la sierra de Oaxaca y hemos rebasado las nubes,
eso no es niebla señores, esto que humedece mis ojos
es el grito de los espíritus que intentaron la vida,
chorreando de niebla estos valles que nunca han sabido de amor.
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