MARÍA JESÚS SILVA GARCÍA
Nací en Madrid. Sé muy poco de casi todo. Tengo infinitos defectos y cometo igualmente multitud de errores. Me atraen los latidos y me apego a ellos con fuerza, me entristezco cuando ya no los siento. Me vuelvo frágil con la gente que me roza el alma. Adoro las palabras, escritas y habladas. Me conmueve especialmente la enfermedad, la violencia en cualquier sentido, el abandono, el dolor en todas sus formas. No me gusta la falta de respeto ni la intolerancia. Admiro la generosidad de las personas que lo dan todo a cambio de nada. De pequeña volé, quizá por ello conservo la facilidad para elevarme dos centímetros por encima de la realidad, pero me quedó pendiente aprender a aterrizar y suelo estrellarme repetidas veces.
La ventana

La ventana
se abre a la tarde,
pasa un aire nuevo,
despacio.
Olor a jara.
Los visillos se aligeran,
el cristal, embadurnado de lluvia,
se vuelve azul por un instante.
Noviembre espera
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