17 septiembre 2010

Manuel Senra,



MEMORIA
(Finalista del premio de Poesía Digital 2009)



A los 70 años de la muerte de
Antonio Machado



A veces hay que huir de lo que más se quiere.
Saltar la tapia de la muerte. Ver
una tierra sin odio donde
vaya la vida cosida a la carne,
y de ese modo evitar que un hombre
se muera en cualquier parte,
o acaso
en sitios ignorados
en que se hablen lenguas diferentes.
Atrás quedan los patios sevillanos,
con olor a albahaca y limonero.
La fría Soria, cárdena Baeza.
¡Su Leonor, ardida en la memoria!
Atrás quedan las huellas de los años.
El tiempo de los versos, del amor, de otras cosas.
Como un rey destronado, iba ungido
con el agua bendita del desprecio.
Atrás se quedan ya las dos España.

Las mismas que aún perduran. Y él lo sabe,
porque aún continúa con nosotros.
(¡Maldito sea el viento que asesina!
Y la mano malvada
que empuja el huracán ciego. Pues no
está la muerte en la espada, sino
en la mano del hombre).
Iba deshilvanando pensamientos,
con la maleta de cartón repleta
de corazones vivos.
Un poema arrugado en bolsillo...
Y hacía, andando, el camino de ida,
pero ya no el de vuelta.
Aunque parezca ayer,
a mí me alumbra hoy un sol más justo...
Así que amen, señor don Antonio Machado.
Y gracias por las plantas que dejaste
creciendo en cada uno de nosotros.
Que Collioure respete su memoria.
Mientras que en la andaluza tierra de los cantes
seguiremos bebiendo de sus versos.

Del libro : Antología Personal.

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