28 octubre 2010

Juan Ramón Jimenez.


REPROCHES


Como el cansancio se abandona al sueño


así mi vida a ti se confiaba...


Cuando estaba en tus brazos, dulce sueño,


te quería dejar ....y no acababa...Y no acababa.....


¡Y tú te desasiste,


sorda y ciega a mi llanto y a mi anhelo,


y me dejaste desolado y triste,


cual un campo sin flores y sin cielo!


¿Por qué huiste de mi? ¡Ay quién supiera


componer una rosa deshojada;


ver de nuevo, en la aurora verdadera,


la realidad de la ilusión soñada!


¿Adonde te llevaste, negro viento,


entre las hojas secas de la vida,


aquel nido de paz y sentimiento


que gorjeaba al alba estremecida?


¿En qué jardín, de qué rincón, de dónde


rosalearán aquellas manos bellas?


¿Cuál es la mano pérfida que esconde


los senos de celindas y de estrellas?


¡Ay quién pudiera hacer que el sueño fuese


la vida!, ¡Que esta vida fría y vana


que me anega de sombra, fuera ese


sueño que desbarata mi mañana!

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