21 noviembre 2010

Aurelio González Ovies,


Quién sabe, amor


Quién Sabe, amor,

si un día

en tus ojos yo veo

mi vida que te busca

enfurecidamente

como una mar con viento.

Si en tus ojos,

un día,

me parece que veo

las tinajas de humo,

los bosques y los barcos

y las casas de cal

y las proximidades que envejecí soñando.

Si en tus ojos,

un día,

yo leo que no puedo

morirme

porque nos falta un verso.

Porque te necesito

para bajar despacio

de todos los poemas

que no desandaremos.

Para mirar las luces

del mundo

que se apagan

como una noche más

pero rotundamente.

Porque te necesito

sentada

a mi derecha

por si tuviera frío,

por si sintiera miedo,

por si pidiera agua,

por si quisiera que

me hablaras del pasado

mientras me dure el sueño

longevo de la muerte.

Quién sabe, amor,

si un día,

en tus ojos se enciende

alguna dirección como la de la infancia

con colores y cintas

y soles con visera

y caemos al límite de un paisaje con prisa

donde todo progresa

y pervive

regresando.

Si en tus ojos

escucho que unos guardias

excavan

imágenes y túneles

y caminos muy largos.

Y te miro y comprendo

que, en todo lo que existe,

las formas no son más

que mi capacidad

para reconocerte.

Y te miro y comprendo

que no quiero marcharme

a no ser hacia el ámbito

de tu interior de amante;

a no ser que tú vengas

conmigo

y te me acuestes

con tu tierra y su peso

en la tierra que ocupo.

Quien sabe, amor,

si todo

es nada

finalmente.

Y la verdad más grande

de nosotros

es la mentira hermosa

que vivimos.



(C) Aurelio González Ovies


Poema publicado en el primer número de la revista "La caja de Pandora", 1997

No hay comentarios: