26 noviembre 2010

Pedro Javier Martín Pedrós Copyright ©,













En ocasiones, me avergüenzo de mis lágrimas,
también de los surcos que dejan,
porque me delatan y se
manifiesta
el niño que escondo en mis adentros.
Existen ciudades con nombres
y apellidos de dolor,
sabor a sangre
y sufrimiento.
Me duelen hoy, ahora, los
niños de las guerras,

de las malditas y repugnantes
guerras.
Los niños de miradas
limpias y ojos penetrantes,
de angustias y ruinas,
con los corazones encallecidos,
sentimientos enlatados,
pisoteados,
maltratados,
quemados,
puteados,
puteados,
puteados.
A veces, quisiera esconderme
en el lobo feroz que se come
a la «caperucita roja de todos los cuentos».
Deseo que se llenen todas
las plazas del mundo de
juegos infantiles
y
globos con sabor a fresa.
Del libro : En la bajamar

1 comentario:

milusa dijo...

Hola Javier. Soy Ángela Ramos, una de las autoras que están en tu blog. Tengo libros nuevos y me gustría saber cómo hacértelos lelgar y ver si puedes actualizar los textos míos. Mi correo es aramdia@gmail.com No sabía cómo contactar contigo. Saludos desde las Canarias. Ángela