
Lucía Fraga (A Coruña, 1979)
Licenciada en Filología Hispánica, especializada en el área de Teoría de la Literatura. Actualmente realiza el doctorado internacional (Universidade da Coruña- Universität zu Kiel) sobre la obra de Cesar Antonio Molina.
Ha publicado Nostalgia del acero . En cuanto a producción en lengua gallega, he publicado dos poemas del libro inédito e inconcluso Fiolosofías dun sexo esgotado en la revista de la Universidad de Córdoba que dirige Elena Medel. Alicia en el país de la Menopausia , publicado en las actas de la Fundación Rafael Alberti de Poesía Última, contiene dos partes: Electra niña habla a su último padre y otros poemas. La primera parte constituye un conjunto de cartas en prosa poética de marcado corte nihilista que se ha ido asentado en El goce del dolor, publicado en el libro colectivo Miradas Incómodas.
Habitualmente codirige las jornadas de poesía "Territorios da Poesía" de A Coruña. Miembro fundador de la revista "Mester de Vandalía". En la actualidad tiene una columna en el periódico "El Correo Gallego" donde se dedica a la reflexión metapoética, al artículo de opinión y a la crítica. En cuanto a su labor como investigadora he abarcado el campo de la poesía, la literatura comparada, el cine v el teatro. Todos estos estudios se encuentran publicados.
En aquella madrugada de acero y frío apenas nos veíamos las manos.Nuestras caras eran una ilusión de vaho que desaparecía una y otra vezComo una vela entre las manos a punto de apagarse.Éramos siniestros hijos de la niebla sin carné ni destino más que a lo vedado.Entre uno y otro cristal jugábamos a ser críos que pintan letras de amor con el aliento.Letras fugaces y calientes que piden algo más que la instantaneidad de un soplo.Estábamos sitiados por la niebla y la incomprensión sonora de un cristalQue no sabíamos si nos hacía entender o perdernos entre aspavientos.El eterno vidrio de las distancias sobre el que dibujar un amanecer o un asesinato.El cristal de los corredores sin salida que siempre llevan al mismo punto.Finalmente, los trenes se movieron en sentido contrario.Mi cara ensangrentada incrustada contra la ventanilla.Y tú escribiendo palabras ilegibles sobre tu aliento amoroso en un destrozado adiós.L. Fraga.
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