Pesadilla del contrasentido
en los pueblos hambrientos.
La moribunda agonía
de la esperanza
es enterrada
entre los vómitos del mercado.
Sus digestiones depredadoras
llenan los horizontes
moribundas
y restos humanos enloquecidos.
En la tarde angustiada
de occidente
ventean los miedos
y la esclavitud
del pensamiento
alimenta
los espacios de la estupidez.
En el orden del día
se han borradolos matices
de la rebeldía
y todo se asemeja
al silencio
de los cementerios.
La noche espera un sueño
que nos levante
el futuro espera las voces
que nos despierten.
Imágen:
Pidiendo limosna: Isidre Nonell Monturiol.

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