24 marzo 2011

Antonio Gala,



Aún eres mío, porque no te tuve...


Aún eres mío, porque no te tuve.


Cuánto tardan, sin ti,

las olas en pasar...


Cuando el amor comienza, hay un momento


en que Dios se sorprende
de haber urdido algo tan hermoso.


Entonces, se inaugura


-entre el fulgor y el júbilo-


el mundo nuevamente,


y pedir lo imposible


no es pedir demasiado.


Fue a la vera del mar, a medianoche.


Supe que estaba Dios,


y que la arena y tú


y el mar y yo y la luna


éramos Dios. Y lo adoré.

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